—Fueron demasiado crueles —suspiró Sarah mientras caminaban, recordando las expresiones de desesperación, desesperanza y pesimismo de Arnold y Valk.
Tras algunas palabras «motivadoras», Harry y Saya se la llevaron lejos del hotel San Muzis. No querían involucrarse demasiado debido a la clara falta de empatía que tenían, temiendo que pudieran empeorar la situación y perder aliados.
Durmieron en una posada donde ya habían alquilado con anterioridad, despertando temprano por la mañana y desayunando. Luego de la comida, marcharon hacia la salida sur de Esperanza.
—Cuando volvamos a encontrarnos, seguramente estarán en aprietos. Podrían estar desesperados por ayuda y tenernos como aliados invaluables, por lo que podríamos conseguir favores valiosos —explicó Harry con frialdad.
Qué despiadado, exclamó Sarah para sus adentros.
Cuando llegaron a la entrada sur de Esperanza, frenaron. Era el lugar de despedida, pues Saya y Sarah tendrían que emprender un largo viaje hacia la aldea demoníaca ubicada al sudoeste de Ípheros. Harry tendría que ir de inmediato hacia una sucursal de las Fuerzas Armadas para alistarse y no quería perder demasiado tiempo.
Y, así sin más, se despidieron.
*
El bosque Drastyn se extiende desde la frontera sur del Imperio gherciano y norte del Reino de Xyrnalia, llegando también a territorio de dragones. Dentro suyo habitaban y habitan numerosas razas, tanto de monstruos y bestias mágicas. Debido a esto, la población de humanos y elfos es escasa.
Saya y Sarah tenían planeado pasar por el bosque Drastyn hasta el sudoeste de Ípheros, donde estaba la aldea de demonios. Podían ir por un camino recto, que iba de Esperanza, pasaba por la tierra de nadie entre los imperios, traspasaba territorio draghniano y llegar a su destino.
Sin embargo, en vez de ir en diagonal por Ípheros, decidieron ir por un camino arqueado que pasaba por el bosque Drastyn y al sur del Hogar de los Dragones. ¿Por qué? Pues por la experiencia que le daría a Sarah. El lugar estaba lleno de peligros, por lo que, con la ayuda de Saya, la joven demonio podría luchar y aprender sin morir en el intento.
Y eso era exactamente lo que hacían en este momento.
—¡Malditas lunáticas! —gritó una voz áspera y hasta gutural con odio y pánico.
En una zona destartalada de árboles, había una pequeña fila de dos seres humanoides de piel áspera de color gris, mandíbula cuadrada, cuerpos robustos, de ojos negros, cabello negro muy corto. Tenían una especie de tentáculo rojizo que salía de sus espaldas, los cuales habían sido cortados.
Aquellos dos individuos eran ogros y los tentáculos eran «yadentúes», una extremidad extra de poco más de un metro de largo que sale de la columna (específicamente la espalda alta) y tiene una púa retráctil y con capacidad de segregar veneno. Los ogros lo usan también para cosas cotidianas como alcanzar algo medianamente lejos y suelen tenerlo enrollado alrededor del cuello.
Enfrente de ellos estaban tres cadáveres de ogros, y justo delante estaban dos mujeres y otro de los suyos.
—¡Bien, bien! ¡Sigue así! —alentó la mujer adulta a la adolescente que tenía enfrente.
—¡E-En eso estoy...! —logró responder Sarah, su brazo derecho ahorcando a un ogro maltrecho.
La joven demonio estaba empapada en sudor, su cuerpo agotado. Sin embargo, la poca fuerza que le quedaba parecía aplastante para el ogro, quien estaba tan maltrecho que su cuello se rompió, matándolo.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.