Al llegar a Kinia, se sintió como un dios entre los hombres debido a su poder; hizo lo que quiso durante siglos, sin importarle nada más que él mismo y esquivando siempre su pasado con tal de no recordar lo que había hecho. Qaxión, aterrado de su anterior vida y todo lo que conllevaba, actuó con puro libertinaje.
Sin responsabilidades más allá de matar a unos cuantos, se hundió en un océano de deseos mundanos al igual que Terjidón, pero mucho peor; el asesinato, los robos, los casinos, los burdeles y muchas cosas más. El lado más oscuro de su mente tomó el control por un largo tiempo, tanto que ya no quedaba nada de Bernardo Navarro más allá de los traumas.
Hasta que aparecieron Harry y Saya.
Con ambos en el escenario, Qaxión tuvo una pesada responsabilidad. Esa vida de libertinaje tenía que ser suprimida para cumplir las órdenes de Dylot, obligando al Corazón Férreo a volverse, en sus propias palabras, un «niñero».
Y eso conllevaba ver las acciones de los hermanos no-muertos. Los asesinatos, las torturas, los robos y las mentiras. Aquello no hizo más que recordar su propio pasado, tan amplificado que lo llenó de asco y rabia que dirigió hacia Harry y Saya.
—¿Por qué los odias? —le preguntó Beltran Salazar un día, cuando aún no había reaparecido Sarah.
—.... —Qaxión detestaba la pregunta, pero el Asesino de Grifos le recordaba vagamente a su abuelo—. Me recuerdan a mí.
—¿En qué sentido? —preguntó Beltran con calma y suavidad.
—.... Todo. —Qaxión sintió que su voz temblaba, los destellos de tiempos oscuros llenando su visión.
—¿Qué tan malo fuiste antes? —preguntó Beltran, casi sin inmutarse más allá de un ligero levantamiento de cejas.
—... Demasiado, y lo sigo siendo —respondió Qaxión, sintiendo que su corazón se apretaba.
—¿Estás seguro? —La pregunta de Beltran no parecía tener sentido—. No veo que seas tan malo.
—... —Qaxión lo miró en silencio—. ¿Por qué me estás preguntando todo esto de repente?
—Por nada en particular —respondió Beltran con una suave sonrisa—, sólo siento que es mi deber orientarte.
—Orientarme, ¿dices? —Qaxión sintió aquellas palabras como un insulto—. ¿Qué sabrás tú sobre orientación? Eres viejo y todo, pero...
—¿Qué hubieras hecho en el pasado? —interrumpió Beltran.
—¿A qué te refieres? —Qaxión empezaba a hartarse de la situación.
—Si hubiésemos tenido esta conversación en tu pasado, ¿qué hubieras hecho? ¿Cómo hubieras reaccionado? —Beltran mostraba una sutil sonrisa.
—.... —Qaxión había tenido charlas similares antes y recordaba bien lo mal que habían terminado cuando se sentía mínimamente ofendido—... Te hubiera atacado o peor. ¿A qué viene...?
—¿Y por qué no lo haces ahora? —Volvió a interrumpir Beltran.
—Tú...
Entonces, Qaxión sintió esa pregunta como un balde de agua fría.
¿Por qué no reaccioné peor?, se preguntó, completamente atónito. Tuve conversaciones mejores que ésta y las cosas terminaron muy mal. ¿Por qué no hice lo mismo? Apenas me sentí irritado... ¿Será porque estoy siguiendo órdenes de Dylot? No, él nunca especificó algo sobre esto...
—Has cambiado —afirmó Beltran con una sonrisa de satisfacción.
—Tú no sabes nada —contestó secamente Qaxión, aunque con duda.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.