En una situación similar a Jonathan, Sarah finalmente procesó sus acciones tiempo después de irse de la comunidad ogra. Se dio cuenta de que había hecho varias cosas sin pensarlas demasiado y dejándose llevar por la situación, llevándola a tener un profundo sentimiento de vergüenza e incomodidad.
¿Cómo pude haberlo abrazado así como si nada?, se preguntaba. ¡Un poco más y le daba un beso! Y sin contar con esas palabras... Ah, mierda, ¿cómo puedo ser tan impulsiva?
Observó al mercenario mientras pensaba en aquello. Ambos estaban al lado de un río, descansado tras entrenar arduamente. Mientras ella estaba estaba sentada, Jonathan se lavaba la cara con tranquilidad y paciencia.
Lo noto bastante tenso, pensó Sarah. ¿Será que también procesó mis acciones y se siente incómodo? Quizá debería tratar de hablarle...
Sin embargo, el mundo no tenía tiempo para sus dubitativos pensamientos. Y se lo demostró con la aparición de una amenaza marina.
—¡Mierda! —exclamó Jonathan mientras retrocedía, evitando ser tragado de un mordisco.
Frente a él, y saliendo del lago, estaba un ryūjin, una bestia mágica no-inteligente. Son serpientes de escamas negras y azules, con fauces afiladas, grandes y amenazadores ojos, yendo de una masa de agua a otra de dos formas: arrastrándose por la superficie o directamente cavando un túnel. Son rápidos en esto último, con una intuición sorprendente para saber dónde hay lagos, lagunas y ríos, por lo que nunca se les acaba el oxígeno mientras cavan.
Sarah eliminó sus dudas sentimentales de inmediato, saltando al ataque. A pesar de estar cansada físicamente, sus reservas mágicas estaban en perfectas condiciones, por lo que pudo conjurar múltiples bolas de fuego y acortar la distancia en segundos gracias su mejorada velocidad a base de puro entrenamiento.
El ryūjin logró esquivar algunas bolas de fuego, otras alcanzándole. Sin embargo, sólo necesitó sumergirse en el lago para apagar las llamas y volver a atacar, ahora a Sarah, quien estaba cerca del borde.
Pero sólo fue recibido por una espada de parte de Jonathan, quien saltó hacia él y hundió su arma en las fauces de la bestia, cortando parte de las mismas. El ryūjin rugió de dolor, moviéndose casi de manera errática antes de tirar la espada lejos, yendo a por el mercenario.
Jonathan ahora tenía la movilidad reducida y sólo pudo nadar un poco antes de que el ryūjin atrapara su pierna izquierda con sus dientes, desgarrándola. Estuvo a punto de partir su extremidad, pero fue detenido por Sarah, quien se sumergió y tocó su ojo izquierdo antes de desatar una poderosa aspa aérea que llevó tanto maná como se pudo.
El ryūjin murió casi al instante, liberando a Jonathan. La joven demonio no tardó ni un segundo en ir a por él, quien empezaba a ahogarse y con una cantidad alarmante de sangre saliendo de su cuerpo. Lo agarró del brazo, nadando fuera del lago y sacándolo a la superficie de una vez por todas.
—¡M-Mierda! —gritó, desesperada, Sarah tras escupir la poca agua de sus pulmones.
Se acercó a Jonathan, quien tenía la mirada perdida y a duras penas podía respirar. Aterrada ante la ínfima posibilidad de muerte, Sarah acudió a su ayuda y haciendo uso de unos toscos primeros auxilios.
—¡Mierda, mierda! —gritaba mientras pasaban los minutos—. ¡Despierta, despierta...!
Pocos segundos después, sus esfuerzos dieron resultados; Jonathan escupió bastante agua mientras se daba vuelta y se arrodillaba, evitando que más líquido mojara su cara debido a la fuerza de gravedad. Tras varios minutos, sus pulmones quedaron vacíos y finalmente pudo respirar con normalidad.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.