CAPÍTULO 28

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—¡¿Por qué tardan tanto?! ¿Acaso se atoraron en el tráfico? —Aurora caminaba de un lado a otro en el hall. Viendo de vez en cuando por la ventana para averiguar si la furgoneta llegaba.

Aries estaba sentado frente a ella, aburrido de escuchar la cháchara que ella tenía consigo misma mientras reclamaba por la tardanza de todos.

—¿O es que Zip los accidentó? —Se preguntó—. Si es así, entonces esta vez Zip sí va a saber quién es Aurora Cro...

El sonido de un motor se escuchó a la lejanía. Y en cuanto Aurora lo escuchó, literalmente saltó hacia la ventana y vio a la furgoneta entrar por la verja de la mansión.

Soltó un grito de emoción y tomó a Aries en brazos.

—¡¡Al fin llegaron!!

**********

Eli y todos los demás se la pasaron titiritando medio camino. Sin contar lo que tuvieron que soportar por los incesantes frenazos que pegó la furgoneta.

¿Qué ese Zip no sabía manejar?

Pero después del interminable recorrido sintieron como la furgoneta se detenía y apagaba el motor. Se escuchó como Twila y el otro sujeto bajaron de la furgoneta y, al fin, Zip abrió la puerta trasera.

—Chicos, llegamos —dijo Twila, quien estaba a la par de Zip.

—¡¡AL FIN!! —gritaron los cuatro.

Sin duda esa había sido la hora más larga de sus vidas.

Uno a uno bajaron de la furgoneta, dejando a Trixie de último. Y cuando intentó salir:

—Por favor, deja que un caballero te ayude a bajar. —Zip se plantó frente a ella y le extendió una mano con la intención de que ella la tomara.

Eli no supo por qué razón, pero ese "gesto" le enervó la sangre, así que se apresuró a plantarse a la par de Zip.

—Trixie, yo te ayudo. —Y también le extendió la mano para intentar dejarle en claro a Zip que él sería quien la ayudaría.

Trixie, al ver la actitud de los dos, rodó los ojos.

—Soy lo suficientemente grande para bajar por mi cuenta —regañó. Luego bajó de la furgoneta mientras atravesaba a Eli con la mirada.

Eli rio nervioso y siguió a Trixie para reunirse con el resto.

Zip rio por lo bajo.

—Ay, Shane, debes mejorar tu coqueteo —susurró.

—¿Y tú piensas ayudarlo? —susurró Twila detrás de él, también atravesándolo con la mirada.

Zip se encogió de hombros.

—No puedes negar que está funcionando.

—¿Hacer que Trixie se sienta fastidiada es ayudarlo? —volvió a susurrarle.

—Uuuh. ¿Acaso los celos de hermana sobreprotectora están saliendo a flote?

Twila frunció el ceño.

—Déjate de tonterías, Zip.

Zip hizo un mohín.

—Vamos, nena, yo solo quiero divertirme un rato.

Twila llevó su mano a la frente y negó, cansada.

—Cuidado, Zip, porque también sé lo que te fastidia a ti. —Y con esas palabras lo dejó solo para que cerrara la furgoneta.

Fue con la banda y les tuvo que explicar, con más detalles de lo que hubiera deseado, que su padre era un exnoble del reino Cuarzo Rosa de Caliza, pero que renunció a su título por un altercado que tuvo con su padre hacía muchos años por razones que no conocía. Además de que en un tiempo también fue profesor.

Secretos de un ShaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora