ESPECIAL

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¡¡ATENCIÓN!! Este no es un capítulo canónico a la historia, ¡en absoluto! Y tampoco mostrará a todos los personajes por razones de que no encontré manera de meterlos aquí por lo que necesito ilustrar. Sin embargo, expondrá toda la verdad. Y todo lo que se diga durante el capítulo son las razones que realmente sucedieron dentro de la historia.

Si quieren entender mejor a qué me estoy refiriendo, pueden leer la nota que dejaré al final . Sin más...╰⁠(⁠ ⁠・⁠ ⁠ᗜ⁠ ⁠・⁠ ⁠)⁠➝

La noche oscura y lluviosa mantenía las calles en completa desolación. Lo único que se escuchaba era el estruendo de los truenos, las gotas de lluvia al tocar el suelo ya empapado, la respiración agitada y el retumbo de sus corazones azotándoles los oídos.

Las tres personas corrían por la acera para llegar al único lugar seguro que se le había ocurrido al mayor de ellos después de que Blakk, Tad y Goon y su nuevo aliado secuestraran a Richard Croft y mandaran a un ejército de guardias detrás de sus cabezas.

Will Shane ya había avisado, por medio de un teléfono improvisado que Twila había conseguido armar antes de su repentina y rápida retirada, de que iban en camino.

Gimo Shane quedó furioso al enterarse de que su sobrino y su hijo habían dejado escapar el mal de Bajoterra y ahora atentaba con infectar la Superficie. Sin embargo, les había dejando quedarse en su casa hasta que planearan sus siguientes movimientos.

A Twila el mundo le daba exactamente igual. Lo único que quería era recuperar a su padre antes de que su antiguo mentor se aburriera de amenazarla con matarlo y al fin se decidiera por hacerlo.

Todo lo demás era intrascendente para ella.

Pero eso no significaba que se sintiera contenta de ver de nuevo a aquel maldito anciano. Lo aborrecía, lo odiaba. Pero no le quedaban ya lugares para esconderse. Ezra se había hecho con la lista oficial de propiedades de su padre y de sus contactos más cercanos. De ambos. Y tampoco podía usar sus portales sin ser rastreada. Ni mucho menos podía usar aviones o barcos.

Se sentía atrapada.

El trayecto se les hizo eterno, pero al fin consiguieron llegar a la casa en donde Gimo había vivido los últimos años. En donde también Eli había vivido después de que su madre lo abandonara.

Estaban exhaustos.

Will tocó la puerta sin parar hasta que Gimo se dignó a abrirles.

Twila sintió un escalofrío al ver de nuevo el rostro del anciano. Y muchos malos recuerdos le vinieron a la mente.

—Espero que tengas una buena explicación para esto, Will —reclamó Gimo. Se llevó una de sus manos a la frente y con frustración dijo—: se supone que tu deber era proteger Bajoterra, ¡y ahora no solo Bajoterra está al borde del colapso sino que ahora también lo está la Superficie! ¡Pero qué le pasó a nuestra familia! —Y viendo a Eli, agregó—: tú tampoco te salvas, Eli. ¡¿Qué te repetí una y otra vez?! Pero como siempre sigues siendo un blando.

—¡Basta, Gimo! —cortó Will—. No fue del todo nuestra culpa. Se aliaron con fuerzas que no somos capaces de igualar. Pero no nos han vencido, la banda de Eli está cuidando a los sobrevivientes en Bajoterra, ¡así que deja ya de reclamar y déjanos entrar! Estamos exhaustos, y pelar no nos ayudará a derrotar a Blakk.

Gimo seguía furioso, pero los dejó entrar.

Twila se tensó antes de pasar el marco de la puerta, pero Eli la tranquilizó tomándola de los hombros y guiándola al interior de la casa.

No fue hasta ahí que Gimo se dio cuenta de su presencia.

—¿Y quién es ésta? —exigió saber.

Twila desvió la mirada. Maldición, aún la conseguía intimidar. Aun cuando ya no podía hacerle daño.

Secretos de un ShaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora