CAPÍTULO 6

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A la mañana siguiente Eli y su banda emprendieron un viaje al Instituto de Tecnología de Bajoterra para encontrarse con Catherine, y de paso, recoger a Carolina en la Universidad Babosaturia.

Mientras iban de camino, Kord intentó romper un poco la tensión que se había formado en el ambiente:

—Oye, amigo, ¿por qué quieres ver a Catherine? —preguntó.

Eli no respondió.

Nadie entendía qué le pasaba.

—Ah, ¿Eli? —volvió a preguntar, con la esperanza de que lo escuchara.

—¿Qué? —Eli se sobresaltó, pero al fin se dio cuenta de que Kord le estaba hablando—. Lo siento, Kord. ¿Qué dijiste?

—Pregunté: ¿por qué quieres ver a Catherine?, pero parece que estás en otro mundo, amigo.

Eli bajó la cabeza —No es eso.

—Entonces, ¿qué es?  Trixie estaba preocupada. ¿Por qué se comportaba así?

Eli no le había dicho nada a la banda, pero no paraba de pensar e intentar encontrar una razón por la que esa ladrona quisiera robar esas reliquias. ¿Acaso ella sabía qué cosa eran? O ¿En verdad lo hacía simplemente por diversión?, y si ese era el caso, ¿por qué?

—Es que... hay algo extraño en esa ladrona.

—¿Qué cosa extraña? —preguntó Kord.

—¿En serio?, ¿ninguno se preguntó por qué ella lo hace por "diversión", por qué no dice su nombre o por qué no usó ni una sola babosa? —les preguntó—. Si las intenciones que tiene son las misma que las de Deina, entonces buscaría que todos en Bajoterra supieran que es capaz de entrar a donde quiere... pero... no, ¿por qué?

—Eli —interrumpió Trixie—. Es una ladrona. Es obvio que no quiere que sepan quién es. Tal vez...

—Tal vez ella sepa qué son esas cosas. ¿No se lo han preguntado?, es probable que por eso no quiere revelar quién es, para que no podamos detenerla. Y eso también explicaría por qué los roba. ¿Y si tiene algo planeado?

—No lo creo, joven Shane. Ni los propios encargados de la Caverna Museo saben qué son. Así que no hay forma de que ella lo sepa.

—Y con respecto a las babosas —continuó Kord—. Puede que les tenga miedo, al igual que Quentin. Lo que sí me parece extraño es, ¿cómo demonios hizo para evadir las cámaras y la seguridad? Y no me refiero solo en la Caverna Museo. Me refiero a todos los lugares a donde ha entrado...

—Y no solo eso —continuó Pronto—. ¿Cómo logró desaparecer así?, ¡es imposible!

—No lo sé, chicos. Ladrones como ella no solo desaparecen, también se esconden. Hasta cabe la posibilidad de que siguiera en la Caverna Museo cuando nos fuimos —les dijo Trixie.

—Tal vez —dijo Kord—. Pero creo que tengo la solución. Estuve pensando y tal vez podamos rastrearla.

—¿Rastrearla? —preguntó Trixie, confundida.

—Aja. Hace poco fui a Bartoni Spinx y encontré unos minirastreadores que seguro funcionarán. Miren. —Kord se detuvo, y con él, los demás. Sacó de su bolsillo uno de los rastreadores, que eran más pequeño que un botón. Se lo colocó a una de sus babosas y le dijo que se alejara de ellos—. Muy bien. Miren. —En la pantalla unida a la lanzadora se podía ver la localización de la babosa. —Estas cosas tienen un rango de gran alcance, así que es casi imposible que podamos perderla.

—¡Genial! —exclamó Eli, emocionado—. Con esto seguro podremos atraparla. Gran idea, Kord.

Bueeeno —respondió Kord entre orgulloso y apenado—, aún hay que ver si funciona, pero no podré colocárselo hasta que la volvamos a enfrentar.

Secretos de un ShaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora