CAPÍTULO 84

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Cinco Días Después

—¿Así que... Bollito de melocotón?

Ambas rieron.

Twila estiró la mano y tomó la dona rellena de arándanos que acababa de comprar en la cafetería de la biblioteca, junto con uno de los dos cafés que había comprado para ella y para Eli.

—Así es. Mi futura "cuñada", al parecer ha estado obsesionada con Eli desde la primaria.

Aurora volvió a reír y miró a Eli desde la posición que le ofrecía la webcam de la computadora de la biblioteca. El atareado estaba sumergido entre los libros y, a la vez, también llenaba los exámenes de prueba que Twila le había preparado. Su rostro estresado y su ceño fruncido demostraba que, ese mismo día, en un par de horas, tendría sus dos últimos exámenes.

—¿Quién lo diría? Nuestro hermanito ha atraído miradas desde muy pequeño —ladeó la cabeza—. ¿Es extraño que a mí me parezca más tierno que atractivo?

—Yo me preocuparía si fuera al revés.

Ambas volvieron a reír.

—¿Y tú qué has estado haciendo?

—¿Aparte de leer los informes de Eddington y Vladimir? Sigo revisando las cajas que Gimo dejó. He catalogado, ordenado y seleccionado cada documento importante, y el resto lo he tirado a la basura.

—¿A Eli no le molesta?

—No lo sé. Y si lo hizo no dijo nada.

—¿Y llevas todo este tiempo ordenando documentos?

—No realmente. Empecé ayer.

—¿Y qué has estado haciendo los demás días?

—¿Me llamaste para saludar o seguirás con este interrogatorio?

Aurora rodó los ojos.

—Tú ganas.

—¿Cómo están papá y mamá?

—Yo diría que más que bien. ¿Recuerdas que ayer fue su aniversario de bodas? —Aurora se contrajo, asqueada—. Pues no salieron de la habitación en todo el día. Y no hay que ser un genio para adivinar qué estuvieron haciendo.

Twila hizo el mismo gesto de asco.

—Sigo sin acostumbrarme a ese temita.

—Yo igual. Y hoy, a parte de que se levantaron después del mediodía, y que tuve que soportar verlos mirándose con esas "miraditas" en el almuerzo y que también tuve que apartar mi vista de la mano de papá colándose debajo de la mesa a... —Se detuvo—. ¿Sabes qué? Mejor terminaré diciendo que vi que papá estuvo contestando llamadas y revisando mapas, creo que ese cliente volvió a contactar con él. ¿Cómo va Eli con sus exámenes?

Twila le dio un sorbo a su café.

—Bueno, no es un genio ni un prodigio, pero bastará para su emancipación.

—Y sabiendo que fue papá el que se encargó de gestionar esos exámenes... no creo que se los haya puesto fácil.

—A veces me preocupa la antipatía de papá hacia Eli

—Es verdad. Pero a la vez es difícil no entenderlo. Bueno... después de lo mal que te pusiste cuando él se fue.

Twila soltó el aire.

Secretos de un ShaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora