Imagen "Eli con Traje" cortesía de:
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El olor a comida lo despertó. Sintió su barriga afirmando lo que su nariz percibía. Eli abrió los ojos, miró toda la habitación y confirmó que había dormido en la casa de su difunto tío. Se sentó en la, algo estrecha, cama. Dirigió la mirada hacia el reloj y descubrió que eran las 7:00 de la mañana.
Se quitó las frazadas, se levantó de la cama y acarició la cabeza de Aries, que estaba acurrucado al pie de la cama con Burpy durmiendo sobre su cabeza. Se talló los ojos y bostezó antes de abrir la puerta y salir de su habitación.
Caminó por el pasillo y descendió al primer nivel.
Encontró a Twila cocinando el desayuno. Ladeó la cabeza al ver la forma en la que estaba vestida.
Aquella vestimenta, junto con el peinado que dejaba todo su cabello a un lado y dejaba al descubierto un llamativo arete de oro, aparte de sumarle al menos un par de años, la hacía lucir elegante, pero a la misma vez, también informal.
Ella se movía en la cocina como si hubiera vivido allí toda su vida.
—¡Al fin despiertas! —le riñó ella en cuanto lo vio bajar las escaleras—. No sabes lo que me costó encontrar los platos, vasos y todo lo demás. —Se llevó una mano a la muñeca y revisó la hora en un pequeño y fino reloj—. Solo tenemos una hora y Leonardo advirtió que fuéramos puntuales.
Eli volvió a bostezar.
—¿Por qué no me despertaste antes entonces?
—¿Crees que tuve tiempo? Entre la cocina, la trajería y las llamadas...
—¿Llamadas? ¿Trajería?
—Sí recuerdas que tengo a Zip, Vladimir y a Eddington trabajando, ¿verdad? Los tres me tienen al tanto de todo lo que puedan encontrar para acceder a Ávalon. Y no creerás que irás vestido como se te dé la gana a una audiencia preliminar, ¿verdad?
En ese mismo instante el teléfono de Twila comenzó a sonar. Ella caminó hasta la mesa del comedor, lo tomó y contestó. Eli intentó adivinar de qué se trataba la conversación, pero la persona hablaba en un idioma que Eli no reconocía y, por supuesto, Twila le respondía de la misma manera.
En algún momento Twila se dirigió a él y le dijo:
—Te quiero listo en quince minutos. El traje está en la silla.
Eli miró hacia la silla que Twila indicó y vio el traje, ordenado y planchado en una cercha. En el área en donde estaba la silla, sobre la mesa, también estaba el plato con su desayuno.
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Secretos de un Shane
FanfictionComenzó a acercarse a la puerta hasta que distinguió la voz de una persona murmurar. -Lo siento, Will Shane, pero ya no puedo seguir callando esto. Tu hijo merece saberlo. Un segundo... ¡¿Qué acababa de decir?! -¿Profesor?- habló Eli, quién ya había...