Parte 9

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Desde la habitación no podía escuchar lo que estaba pasando ahí abajo, pero podía distinguir risas entre él y mi tía. De un momento a otro siento el motor del auto y a alguien alejándose de la casa, quizás ya se había ido y esto era solo una broma de mal gusto. Comienzo a sentir pasos subiendo las escaleras hasta que alguien abre la puerta y entra a la habitación, era él nuevamente, que venía con un bolso no muy grande.

-¿De que va todo esto? - Pregunté molesta pero sé que él se había dado cuenta que estaba impaciente por saber que haría conmigo amarrada -

- Creo haberte dicho que yo soy tu amo - Su voz de mando, seductora y tensa me estaba obsesionando, el podía subirme y dejarme caer mil veces y yo seguiría queriendo que me hablara así - Esta vez te pasaste de la linea Clara, te advertí que te castigaría por gritarme - Miró a mis ojos fijamente, llenos de ira, emanando endorfinas por todo el lugar.

- No entiendo de que estas... - No alcancé a terminar mi frase cuando una bola de plástico tapó mi boca por completo y la sujetó con una banda en mi cabeza.

- Perfecto, así esta mejor. No quiero escucharte hablar, eso me quita las ganas - Sentencia rodeando mi cintura con uno de sus brazos y con el otro sujeta un vibrador. 

Enciende el vibrador sin ningún inconveniente y con una sensualidad desbordante, me mira a los ojos y comienza a recorrer mi cuerpo con el juguete sexual que tenia en su mano. Nunca me había sentido tan indefensa ante un hombre en mi vida, esta era, definitivamente, la primera vez que me sentía en total desventaja de la situación. ¿Porque me mira de esa manera?. Su mirada era un torbellino de sensaciones, podía ver qué estaba excitado, que el placer de verme atada y a su merced le alimentaba un ego voraz. Su deseo carnal hacia mi aún seguía sin comprenderlo del todo, mas cuando sus ojos expresaban una ira descomunal e inexplicable. ¿que lo hacia estar tan enojado? Necesitaba tener una respuesta ante su actitud conmigo. No demoré mucho en recordar algo que me hizo mucho sentido en ese momento, "todas las mujeres mienten". Una mujer le había mentido y descargaba su ira contra mí y mi cuerpo. Esta conclusión solo me hizo descontrolarme aun más, mientras trataba de zafarme de las ataduras que namjoon había hecho sobre mis muñecas, crecía en mí el deseo por vivir esta tortura absolutamente erótica.

El vibrador comenzó a recorrer mi cuerpo desde las rodillas subiendo lentamente por mi entrepierna, dando círculos para estimular de manera extrema mis músculos y culminar en mis labios vaginales. Casi como un grito ahogado, no pude evitar comenzar a jadear y gemir de placer, cuando el juguete frotaba mi clítoris una y otra vez, de manera suave hasta intensa. Mi cuerpo se desvanecía con cada movimiento, mis piernas perdían fuerza y retorcía mis músculos, tratando de controlar la libido que invadía centímetro a centímetro mis hormonas. Deja de masajear mi clítoris con él vibrador para hacerlo con sus dedos, mientras me pierdo en su mirada exigente de placer.

- Estas húmeda - Me dice mirándome con una fascinación inexplicable, donde a continuación procede a sacar su pene del pantalón - 


Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora