Deseo Púrpura

Parte 11

¿Qué podría haber olvidado y recordármelo una semana después? No chico conmigo no. Deseché de inmediato de mi cabeza la posibilidad de que olvidara algo en la casa de él, ese día estaba desencajada pero traía conmigo todo lo que llevaba. ¿A quién quería engañar?. Dejé el teléfono de lado y continue con mi cena. Cuando había terminado de lavar los trastes, volvió a llegar un mensaje de texto y esta vez lo abrí de inmediato porque sabia que era Jimin.

"Me quedaría con el reloj, pero no es de mi gusto y por lo que puedo ver es importante para ti. Seria un pecado tirarlo a la basura."

¡¡¡Mi reloj!!! grité. No podía ser. Revisé cada rincón de mi dormitorio, de la sala, el lavabo y la cocina. Nada. No podía creer lo que me estaba pasando, ese reloj tenia un significado muy importante para mí, si, tal cual como el lo había mencionado y ciertamente, leyó la dedicatoria que estaba escrita en él, sino, no sabia que jamas dejaría que se perdiera. Iré a recogerlo y me vendré cuanto antes, pensé. Inmediatamente le envíe un mensaje de texto en respuesta. No podía tomar más tiempo y ya era muy tarde por la noche.

"iré a buscarlo. envíame la dirección."

Comencé a vestirme, no podía ir así como andaba ya que parecía una indigente y si ese chico me veía así, me moriría. Elegí algo cómodo, pero sencillo y unos tenis que no había usado jamás. Sonido de mensaje de texto. Otra vez. Qué comunicativo.

"Te acabo de enviar un taxi. Te recogerá y te traerá a mi casa". 

¿A qué se debe todo esto? Su amabilidad me perturbaba. Pasaron 10 minutos y el taxi estaba afuera de mi departamento, salí de inmediato, me subí y tomamos rumbo a la casa de Jimin. Haciendo el cálculo de esa noche y hoy, pasaron exactamente 30 minutos y llegamos al lugar. Jimin me estaba esperando en la puerta, con unos pantalones de seda color blanco, una camiseta negra holgada que le dejaba ver parte de su hombro y clavícula, su pelo estaba desordenado y jodidamente sexy, con los pies descalzos y el bulto entre sus piernas del que no pude evitar fijarme. 

- ¿Tienes mi reloj?- Inquiero tímidamente. ¿¡Qué me pasa!?

- Claro que lo tengo - Me sonríe lascivo - Está en sala, puedes pasar.

- No, no, aquí esta bien - Respondo de inmediato.

- Por favor pasa - Me toma el brazo delicadamente y me hace entrar, cerrando la puerta detrás - Estás muy hermosa hoy.

-¿Hermosa? - Me confunde.- ¿Te olvidas acaso de lo que me hiciste hace una semana? - Contesto con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados.

- Eso paso hace una semana, bonita - Sonríe delicadamente y fija su mirada en mi. - Toma asiento.

- Estoy muy bien así - Respondo cortante - ¿Puedes darme mi reloj? Ya es tarde.

- Pero puedes quedarte - Sus ojos se encienden - Pero no prometo portarme bien.

- No volveré a tener sexo contigo Jimin - Repelo con firmeza.

-¿Estás segura de eso? - Me dijo mientras se acercaba a mí de manera sensual.