Deseo Púrpura

Parte 12

La mañana transcurrió normal para todos, aunque no podía dejar de pensar en él en ningún minuto, lo más probable para mi, era que no fuera ese día a practicar debido a lo sucedido y estaba preparada para que un mensaje cancelando la clase llegara a mi teléfono celular. Ya eran las ocho de la tarde cuando golpean a la puerta principal, era Jhope. ¿Había venido? ¿Le habrá importado como a mí lo que pasó?, mis piernas temblaban de solo pensarlo. Abrí la puerta y el entro muy calmado y como si nada entre nosotros hubiera pasado, estaba como la primera vez que lo vi, distante. Lo dejé ponerse cómodo y cerré la puerta. Su mirada era extraña, la inquietud me atravesaba como una lanza, necesitaba saber que le pasaba y a qué se debía ese cambio.

- ¿Cómo estás el día de hoy? - Le pregunto sonriendo dulcemente.

- Estoy perfecto - Dice duro con tono cortante. Añade enseguida - ¿Nos ponemos a practicar ya? No me gusta perder el tiempo

¿¡Qué!? ¿Perder el tiempo?, pensaba una y otra vez en mi cabeza. No podía dejar de mirarlo con mis ojos abiertos, confundidos y desorientados, estaba intratable. Realmente me desconcertaba. Claro, a trabajar, le dije en voz baja. Él asintió con la cabeza y comenzó a calentar el cuerpo. La clase de hoy fue bastante incomoda para mi, no era posible que no quisiera decir nada respecto a lo sucedido la noche anterior, tampoco estábamos hablando de un beso, estábamos hablando de sexo. Termino la clase y me pidió darse una ducha antes de irse, debido a que tenia que pasar por otro lugar antes de volver a su casa y no quería asistir sudado. Luego de la ducha, toma su bolso, se acerca a mí y me dice: Nos vemos la próxima semana, dedicándome una sonrisa completa. ¿Ahora estaba de buen humor? no entendía nada. La semana se me hizo eterna, jamás me había pasado que quería que los días volaran y poder verlo otra vez. Este hombre se estaba volviendo más importante de lo que yo misma creía, todas las noches soñaba con su cuerpo, con que me volvía a hacer el amor una y mil veces, que me susurraba en el oido y que confesaba su amor por mí. Ridícula, me decía luego de despertar. Una tarde, cuando estaba terminando de impartir una clases, un mensaje de texto me llega de improviso.

"La próxima semana tengo que irme a Japón, así que esta semana iré todos los días. Necesito que termines de enseñarme todo lo que me falta. ¡Saludos!"

Acá no ha pasado nada, decía en mi cabeza. Tenia que dejar de imaginarme cosas como una niña de siete años con su primer amor, tenia que dejar de pensar que para él había significado algo importante lo que había pasado entre nosotros, esto me demostraba que para él ni siquiera paso. Cómo podía ser tan idiota. Me enfoque en lo que me pidió, clasifiqué muy bien los estilos para poder terminar luego con sus clases y que haya aprendido lo básico. Tenia todo listo y preparado, solo quedaba que llegara. Tocan la puerta y no pude evitar sonreír.