Parte 22: Final.

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Un año mas tarde, mi bebé ya se había convertido en mi adoración. Realmente me sentía cómoda siendo mamá, mi hermana me había apoyado mucho en todos los procesos y había logrado sanar varias heridas. Tete, como le decía de cariño a mi hijo, estaba creciendo fuerte, hermoso y lleno de vitalidad. A medida que pasaban los meses y se acercaba su segundo año, mas se parecía a su padre. No podía ser de otra manera. 

La pastelería iba de maravilla, mi hermana la había adquirido después de enterarse que mi hijo era de Taehyung, estaba siendo alquilada justo al lado de mi cafetería favorita, así que nada podía ser mejor para mí. Tete dio sus primeros pasos en el local, todos los que trabajábamos ahí estábamos emocionados, no sólo para mí y Emma era importante, sino para los que colaboraban día a día con nosotras. Con mucho entusiasmo preparamos el cumpleaños numero dos de Taehyung, fueron clientes, amigos nuestros y Ji-hu, quién quiso conocer a mi hijo después de llegar de un largo viaje al extranjero para reponerse del divorcio. Me sentía en paz, aunque aun extrañaba a Tae. 

Estábamos tomando un café con Emma mientras mirábamos los autos pasar, el día estaba hermoso, los árboles de cerezo estaban en su máximo esplendor y nuestra conversación se basaba en organizar una próxima inauguración del nuevo local que tendríamos en Ilsan. Tete ya había comenzado a hablar, era muy avanzado para su corta edad, un par de veces preguntó por papá pero siempre inventaba una excusa para no responder. Aun no estaba preparada para mentirle a mi hijo. No lo merecía. Así pasaron los meses, él seguía creciendo, inauguramos nuestra nueva sucursal, mi hermana había conocido a un hombre extraordinario y yo seguía sola. A pesar de los pretendientes, nunca quise retomar mi vida amorosa, quería que Tete creciera un poco más para poder volver a darle una oportunidad a un nuevo amor. 

Un día de primavera, con la brisa danzando por las calles de Seúl, la pastelería estaba más llena que nunca y era difícil estar pendiente de la caja y mantener a Tete en su lugar tranquilo. Era inquieto. Emma estaba esperando un pedido importante, la podía observar en la puerta de entrada mirando de lado a lado, para estar atenta. Yo sonreía con mi cabeza ladeada. El camión repartidor pasa por la calle y en vez de parar ahí, sigue hasta la esquina que se encontraba al lado de la cafetería, por lo que Emma sale corriendo para no perderlos de vista. Ella era un caso. Terminaba de atender a un cliente, cuando veo que mi hijo abre la puerta de entrada y sale corriendo detrás de su tía. 

- ¡Tete! - Mi grito retumba por toda la pastelería.

Salgo rauda abriendo paso por entre los clientes, desesperada, mi corazón estaba a punto de colapsar y mis pies lentos no me ayudaban en nada. Veo a Tete corriendo hacia su tía que estaba recibiendo el pedido, ¡Tete regresa!, le grito mientras seguía corriendo a su encuentro. No me oía.

- ¡Tete detente ahí! - grité otra vez - ¡Taehyung, hijo vuelve aquí! - se detiene al escuchar mi voz, se gira y me sonríe con su pequeña sonrisa cuadrada. 

-¿Taehyung? - Dice una voz atrás de mí. Podía reconocerla al instante, no podía ser cierto, no podía ser quién pensaba que era. Su voz era su sello. Era él. Me paralicé, mientras veía cómo mi hijo corría a mis brazos. 

- ¡Mamá! - dice dulcemente mientras me abraza con toda su pequeña fuerza. No...

- ¿Mamá? - Dice con tono de sorpresa - ¿Te dijo mamá y se llama Taehyung? No puede ser... ¿Lucía, este niño es mi... hijo?

Mierda...



Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora