Parte 5

71 15 0
                                    


Jimin le dió un sorbo e hizo un gesto de placer, mientras no podía dejar de mirar las comisuras de su boca y esos labios prominentes. Suspiró y fijó su mirada en mi, unos ojos grises, risueños, apasionados y penetrantes me hicieron remover de mi lugar. Resultaba absolutamente cautivador.

Esto no podía estar pasando, definitivamente no podía creer que fuera él quien me invitara un trago, ya que soy del tipo de chica que jamas podría llamar la atención de una celebridad, de estatura baja, contextura media, poco atlética, de un mal gusto para vestir y donde lo único que siempre llamaba la atención de mis amigas coreanas era mi perfecta piel blanca. Aun así, nada que ellos no conocieran en su país. Así que sí, estaba prácticamente en un sueño. Despierto de mi ensoñación cuando siento que mi teléfono celular vibra en mi cartera. 

"Vino un mesero muy guapo a decirnos que estabas en el vip. Que no nos preocupáramos. Nos dieron barra libre toda la noche, así que te perdono. Pero me tendrás que explicar mañana."

¿Barra libre? ¿Quién va a pagar eso? ¿Jimin?, wow.

- Yo me he presentado pero tú no lo has hecho - Murmuró con un tono deliberadamente sensual mientras no dejaba de mirarme a los ojos.

- Mi...me llamo Carolina - Titubeé un instante - Es increíble como puedo estar sentada aquí bebiendo un trago junto a ti - Intento sonreír.

- Me lo imagino - Dice al momento en que se acerca un poco más a mí - ¿Estás nerviosa?

- Un poco la verdad, ¿Quién no lo estaría? - Intento responderle con seguridad pero flaqueo al final. Uf este hombre es envolvente.

- ¿Puedo ponerte aún más nerviosa? - Me dijo mientras posó su mano sobre mi pierna, ascendiendo lentamente, pasando por mi rodilla y subiendo hasta mi muslo derecho. Me puse rígida. No pude contestarle, estaba totalmente petrificada, sentir sus dedos sobre mi piel, generó una serie de sensaciones que jamas había sentido y estaba quedando sin aliento ante el roce. Cuando su mano llega a mi entrepierna, mi vientre se contrae, él se acerca hasta mi oido y me susurra con un tono tan ardiente que pude sentir cómo mi ropa interior se comenzaba a mojar. ¡Qué rayos!

- Quisiera llevar a esta mujer tan hermosa a otro lugar mas cómodo - Susurró deliciosamente. ¿Podía negarme? ¿Realmente podría negarme a este hombre?

- Vamos - Musité con el escaso aliento que me quedaba. Él sonrió maliciosamente. 

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora