Deseo Púrpura

Parte 4

Me tomó de la mano y nos dirigimos a un pasillo que se encontraba a un costado del bar, estaba iluminado de manera tenue y nos llevó a otro ambiente, donde había un bar un poco mas pequeño que el que había conocido y solos tres sillones donde sentarse a parte de la barra. Parecía un vip. Había oido que hasta los lugares más sofisticados tenían estos privados, donde regularmente asistían personalidades del medio artístico como Jimin. Había un sillón disponible, los otros dos estaban con personas que no podía reconocer debido a la poca luz del lugar, la barra esta llena y Jimin me acomoda en el sillón de forma caballerosa. Se sienta a mi lado, quitándose la chaqueta de cuero que llevaba encima, dejando solo una camiseta color negra que se ceñía muy bien al cuerpo, sus pantalones también eran de la misma textura y le quedaban de una manera extremadamente sexy. Se acercó a mi lo bastante como para sentir hasta su respiración, hizo una seña al chico de la barra y este vino hacia nosotros de inmediato. Lo mismo de siempre, le dijo, sonrió y el chico asintió con la cabeza. ¿Lo mismo de siempre? ¿Viene seguido?.

Yo estaba complemente nerviosa, a penas podía respirar y miraba a mi alrededor intentando no toparme con sus ojos. 

-¿Estás nerviosa? - Se inclina hacia mí, mientras toma una de mis manos.

- No para nada - Miento. Si estaba nerviosa. - Es solo que mis amigas me están esperando y deben estar preocupadas.

- ¿Tus amigas? - Sonrió y se llevó una de sus manos al cabello - Ellas ya saben que estas acá, le pedí al chico que nos atendió que les dijera que te invité un trago. - Dijo resuelto.-  Pero si quieres las llamas.

- Voy a mandarles un mensaje de texto - intente reír, pero mis nervios me delataron. Él rió.

"Diana, me invitaron un trago, Discúlpame amiga.

Cuando te cuente de quien se trata no me vas a creer."

Envié el texto lo más rápido posible, no quería perder la oportunidad de estar con Jimin y Diana iba a entender una vez que le contara con quiene estuve. Claro que lo entendería. Dejé mi teléfono en la cartera y llegaron nuestros tragos, ambos eran iguales, tenían un color azul, debía ser de esos tragos preparados que hacen acá, porque no lo había visto en la carta cuando llegamos. 

No le dí mayor importancia.