Parte 21 Final

92 15 4
                                    


Después de seis meses sin volver a saber de Jimin, a no ser que fuera por los medios, estaba terminando los preparativos para mi boda con Yeong, quien, me lo había propuesto una semana después de mi última visita a esa casa. Teníamos programado casarnos en dos días más y hoy iríamos a celebrar juntos nuestros últimos días de soltería con una noche de copas con nuestros amigos. En el barrio nocturno de Busan, las calles estaban siempre repletas de gente, los bares no daban abasto y los diferentes estilos de música podían invadirte por completo. 

Última noche.

 Yeong me toma por la cintura para poder cruzar la calle y entrar al bar detrás de nuestros amigos, cuando de improviso alguien choca el hombro de Yeong y le pide disculpas. Idiota despistado. Iba a poner un pie dentro de la entrada de aquel bar, cuando siento el aroma del perfume del tipo que acababa de chocar con mi futuro esposo, me parecía tan familiar. ¿Dónde lo había olido antes?

Intentaba aclara mis pensamientos, cuando decido mirar hacia atrás, confirmando lo que mi mente había caído en cuenta. Vestía chaqueta negra de cuero, pantalones de cuero ajustados del mismo color, una camiseta blanca, llevaba cubrebocas y lentes oscuros a esas horas de la noche. No puede ser. Esto no me podía estar pasando.

Era Jimin. Quien llevaba de la mano, a una chica que no parecía tener más de veinticinco años.

El lobo salió a cazar. Allí va su nueva presa.

Giró su cabeza y me sonrió. ¿Me habrá reconocido? lo dudo.

Entro al bar junto a Yeong, nos sentamos en una mesa que daba a la ventana de la calle, nuestros amigos agregaron mesas y comenzaron a pedir los tragos. Yeong me toma las manos con delicadeza y me las besa tiernamente mientras no dejaba de sonreír. Soy una mujer afortunada. Al pasar de unos minutos siento que mi celular suena desde mi bolso, lo saco y me doy cuenta que un mensaje de texto acababa de llegar. Todos mis amigos estaban ahí, Yeong también, ¿Quién más podría ser?. Era un numero desconocido y mientras comenzaba a leerlo, mi corazón se paralizó, mi cuerpo se tensó y recordé esa sensación que había dejado de sentir hace mucho tiempo.

"Alguien como tú, merece una noche de bodas como yo.

¿Qué dices? me pediste que te preguntara la próxima vez que quisiera hacértelo."

¿Desde cuándo se había vuelto tan obediente? En mis labios brota automáticamente una sonrisa lasciva, ese mensaje había logrado que me removiera en mi asiento de la excitación y no podía creer que aun tuviera ese efecto en mÍ. Miro hacia afuera del vidrio para poder despejar la mente y ese mensaje, cuando lo veo allí, estaba parado en la acera de enfrente, apoyado justo a un costado de su vehículo, mirando fijamente hacia mÍ. Sonrió. Estaba esperando una respuesta. Dios mio...

Existen mujeres que saben que algunos hombres son peligrosos, que no nos hacen bien, que juegan al papel del caballero andante pero en realidad, solo buscan una noche de diversión o pasar el rato. Pero nada de esto es suficiente razón para dejar de verlos, existen mujeres que aman amar a los chicos malos, que también se obsesionan y que terminan siendo parte de uno de los círculos viciosos mas grandes del mundo. Te hace mal, pero aún así lo buscas. Te hace daño, pero aún si lo quieres. Te usa pero aún así lo deseas. Qué fácil era reconocerlas.

"Que el taxi me recoja a las 22 hrs mañana en la noche"

Sí, yo me había convertido en una de esas mujeres.

Leyó mi mensaje, volvió a sonreír, puso su mano como militar en su cabeza y se despidió.

¿Quién era la puta ama ahora?.

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora