Maybe There Are Feelings In Space||Simple Simon [Bill Skarsgard]

Capitulo 16.

—¿Simon porque hiciste eso? 

Pregunto Sam intentando descifrar el motivo de la nueva crisis que su hermano estaba sufriendo.

—El gesto de Rose fue muy lindo, ella...ella estuvo toda la semana planeando tu obsequio ¿por que reaccionaste así?—cuestiono pero no obtuvo respuesta—A ti te gustan las estrellas.
—Si.
—¿Entonces?

Pero nuevamente el silenció predomino. Simon no entendia exactamente lo que le estaba ocurriendo pero al momento de recibir su obsequio, de ver de que se trataba y ver a Rose tan feliz, se permitió por primera vez pensar y decirse mentalmente "Me gusta. Ella me gusta" lo que fue demasiado para él, demasiado para quien jamás quiso sentir atracción fisica hacia nadie. De ahí su crisis.

[. . .]

Habian pasado dos semanas y Rose no se habia ni aparecido en casa de los muchachos. Al principio por vergüenza a lo sucedido y luego por vergüenza al haberse desaparecido, le daba pena regresar así como si nada. Sin embargo es algo que tuvo que hacer ante las continuas insistencias de Jennifer.

—No puedo creer que regreses allá luego de como te trato ese tonto.
—No le digas tonto Pam—musito Rose cabizbaja—Y no voy allá por él, lo hago por Jennifer, también por Sam, ellos siempre fueron muy lindos conmigo.

—No quiero que te lastime de nuevo, Rosie—explico su hermana dejandole ver cual era su preocupación.
—No pasara, esa amistad se acabo y la absurda atracción también porque lo pense ¿sabes? Lo pense mucho en estos dias y no tiene el más minimo sentido seguir fijandome en una persona que jamás me mirara, y encima de eso, solo me causara dolor. 

Soltó encogiendose de hombros para luego tomar su abrigo, colocarselo y salir de su casa de camino al departamento de los muchachos. Al llegar fue recibida por Sam, quien enseguida le indico que Jennifer continuaba aun en su habitación por lo que camino hacia la misma encontrandose con su amiga charlando con Simon.

—¡Rose, viniste!

Exclamo la blonda aproximandose a la recien llegada para darle un efusivo abrazo, sin embargo esta forzo una sonrisa y no por no estar feliz de verla de nuevo, sino que le incomodaba ver a Simon.

—Ven, sientate.

Indico y la pelinegra se sento en un costado de la cama, junto a su amiga, dejando a Simon frente a ellas.

—¿Como has estado, amiga?—inquirió Jennifer abrazandola nuevamente.

—Bien—respondió Rose esquivando con nerviosismo la atenta mirada de Simon—Voy por un vaso de agua, ya vuelvo.

Dijo poniendose de pie para poder salir rápido de la habitación, y practicamente corrió a la cocina donde se encontro con Sam.

—Hey...creí que huirías de Simon pero no de este modo—bromeo y ella lo vio con seriedad—¿Sigues molesta con él?
—Un poco—respondió recargandose en la encimera, mientras el chico a su lado cocinaba—Es que ni siquiera sé si estoy molesta, solo...solo siento angustia al acordarme de lo que paso.

—Simon esta arrepentido. No lo dijo exactamente pero lo conozco, él nunca quiso herirte solo no supo reaccionar correctamente ante tu regalo—explico su amigo, haciendo una mueca.
—Lo sé, sé que en parte no es su culpa porque hay emociones que él no entiende ni...ni controla, pero me hizo sentir mal y no pude ignorar eso.
—Yo lo sé Rose, pero no lo abandones—pidió Sam, ella lo miro—Tú no sabes cuanto le agradas, aunque no lo demuestre como se debe, le agradas mucho y te quiere, creeme que te quiere. Ya eres parte de su vida y perderte desataria una nueva crisis, uno que podria ser un retroceso para su salud. Por favor no le quites tu amistad.

Insistió mientras la chica lo oía atentamente, de pronto Simon se hizo presente en la cocina y Sam prefirio dejarlos solos un momento para que pudiesen hablar solo que Rose no tenia nada para decir y Simon sintió tanta vergüenza que prefirió guardar silencio. 

Ella lo miro e intento salir de allí solo que Simon se interpuso en su camino por lo que regreso hacia la encimera para recargarse en la misma y cruzarse de brazos.

—¿Estas enojada? 
—¿Tú que crees?
—Que si—respondió él sin dejar de observarla—Si me gusto tu regalo Rose, me gusto mucho.
—¿De verdad?—inquirió ella levantando la mirada para poder mirarlo.
—Si.

—¿Por que te metiste al ba...um, a tu nave? Si te gusto ¿por que lo hiciste?
—Porque me asuste.
—¿De que?—inquirió ella frunciendo el ceño—Si te gustan las estrellas y te gusto el regalo ¿de que te asustaste?

Pregunto pero él no contesto, no iba a decirle que se habia asustado de esos nuevos sentimientos dentro suyo que ella habia hecho aflorar.

—Olvidalo.

Murmuró Rose girando los ojos e intentando salir nuevamente de la cocina solo que al igual que la vez anterior él se interpuso.

—Quedate—le pidió—Quiero que te quedes.

Expresó acercando lentamente su mano hacia la de la muchacha en un intento por tomarla, solo que no pudo, se esforzo mentalmente por olvidar ese disgusto por tocar personas al menos una vez y tomar la mano de Rose, pero no lo consiguió. No pudo hacerlo.