♣️HOUSE ♥️OF♦️ CARDS♠️ (Kim Seok Jin)🔞 #PGP2022

067 - 𝐏𝐨𝐫 𝐦𝐢 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚

NARRA Nara.

Después de un rato sentada en la cama, me decidí ir a buscar a Jin. Necesitaba dejarlo ir, lo sabía, pero me era casi imposible. Me quedaba poco tiempo, pero no quería, simplemente no quería.

Pero debes.

Lo sé.

Iba a dirigirme a la otra habitación a buscarlo, pero vi su enorme cuerpo recostado en el sillón. Me acerqué a él para pedirle que volviera a la cama, pero unas pronunciadas gotas resbalando por su frente me llamaron la atención.

Estaba sudando.

Toqué su frente y efectivamente tenía fiebre. Iba a levantarme para conseguir algo de medicina, pero me detuvo.

Él me detuvo.

—No~ —abrió los ojos y me miró— ¿Estás bien? —preguntó, asustado.

—¿Qué? —pregunté ahora yo, confundida— Jin, estás agitado, sudando y con fiebre. Ve a la cama.

—No, tú estaban en el accidente.

—¿Qué? ¿Qué accidente?

—Estabas ahí, nos estaban persiguiendo y tú...tú... ¡Ash! Olvídalo. Solo fue un sueño.

—¿Soñaste con un accidente? —pregunté entendiendo todo.

—No importa, solo es un sueño. No es la primera vez que pasa. Ve a dormir, yo tomaré un té para relajarme.

Lo tenía más que confirmado. Por mi culpa él también podría llegar a recordar el pasado, por mi culpa él podría llenarse de odio al igual que yo, por mi culpa todo podría convertirse en un infierno para él. Está recordando cosas, y es POR MI CULPA.

No le hice caso y me puse a prepararle su té. Luego de diez minutos se lo entregué y él rápidamente lo bebió.

—Tranquilo, está caliente.

—No importa, mamá me enseñó a beberlo casi hirviendo. Ve a dormir.

—Yo no voy a trabajar, tú sí. Así que ve a dormir tú, estoy segura que en este mueble no te sientes para nada cómodo. ¿No te duele la espalda?

—La verdad, sí.

—Vamos a la cama, te daré un masaje para que te relajes.

—¡Wow! Creo que me enojaré contigo más seguido.

—No te acostumbres a mí. Vamos —lo tomé de la mano y entramos a la habitación.

—Relájate con el masaje que me vayas a dar. Si tus manos se pasan me dolerá mucho contenerme por el público que tenemos —advirtió viendo a la pequeña mocosa que estaba enrollada con una colcha en medio de la cama.

—En la mañana se la entregaremos a las autoridades, ellos sabrán qué hacer. Solo será por hoy.

Él se recostó boca abajo en la cama. Yo me posicioné encima de él con una pierna a cada lado de su cuerpo y empecé a masajear su espalda.

—Te dije que controlarás tus manos, mujer.

—Es que no es mi culpa que tengas una enorme espalda, y tan~ así.

—¿Cómo "así"?

—No me hagas decirlo.

—Dilo.

—No.

—Dilo.

—Buenas noches —besé su mejilla, luego mordí el lóbulo de su oreja, y por último besé su cuello—. Ahora sí, buenas noches.