𝘔𝘪𝘯 𝘠𝘰𝘰𝘯𝘨𝘪

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Min Yoongi

¿Una vida normal? De esas no existen en un mundo donde el dinero y el poder son lo más importante. Lo descubrí cuando mi madre me abandonó a los 9 años.

Ella era cariñosa, dedicada a mí, y estuve años sin saber qué había pasado, e incluso creo que nunca supe la verdadera razón.

Cuando cumplí 13 años, mi padre consiguió otra mujer. Tenía miedo, mucho miedo que una mujer que no fuera mi madre se sentara todas las mañanas a desayunar con nosotros. Tenía miedo de que ella quisiera tomar el lugar de mi madre y que ella nunca volviera.

El primer año, ella fue buena. Atenta, dedicada, y muy, pero muy cariñosa. Solo volvió de la luna de miel con mi padre, y todo lo que había sido en un año había desaparecido.

Se empezó a creer la dueña de todo. Manejó a mi padre a su antojo e impuso respeto sobre la gente que trabajaba para mi padre. Ella se salió con las suyas varios años.

Pero no contó con que yo iba a crecer.

No contó con que yo era único hijo de mi padre y que yo era el único que iba a quedarse con todo. Ella estaba en completa desventaja.

—Solo digo. Mientras el niño esté en la universidad viviendo su vida alguien debería encargarse de todo. Tú ya debes descansar Woo Lee —dijo Dong Hee, mi madrastra en medio de la cena.

—Olvídalo. Solo me faltan dos años para entrar a la universidad y creo poder encargarme de lo que solo a mí me pertenece —quería que se notará mi molestia en mi voz.

—Debes enfocarte, Yoongi.

—Tú no sabes en qué debo enfocarme. No eres mi madre, así que no opines sobre mí vida.

—Yoon —mi padre me llamó la atención.

Mi padre era un hombre al que cualquiera le tuviera miedo con solo verlo. Alto, tez blanca pálida, hombros anchos, manos gruesas, voz rasposa y unos ojos de lince que obligan a cualquiera a lo que sea con tan solo parpadear.

Pero la verdad es que como padre era completamente diferente. No era un niño mimado, no me crio como tal, pero sí me crio con mucho amor. Me dejaba salirme con las mías, como también me corregía cuando me pasaba de línea. Sus castigos no eran dictadores, solo era encerrarme en casa sin dejarme salir y estudiar de más. Me enseñó su mundo oscuro en donde la mafia estaba involucrada.

Tenía 17 años cuando lo hizo. Al confesarme lo que creí por años que solo eran malos rumores de gente envidiosa, resultó ser real. Pero lo que me enseñó no fue lo que mi cabeza se pintó.

Creí que me iba a enseñar alguna casa abandonada con paredes sucias y una silla de madera a punto de quebrarse.

Era lo contrario.

Una casa casi parecida a la mía.

Entramos a un despacho en el que ya estaban sentados en una mesa redonda unos hombres que uno que otro ya había visto.

—Señores, él es mi hijo. Min Yoongi. Hijo, saluda —yo reverencié a los mayores.

Me sorprendía que el ministro de defensa estuviera ahí. Mi tío materno también estaba ahí, y el señor Kim, quien me habían presentado en mi fiesta de cumpleaños.

Había muchos involucrados. Según lo que escuché, llevaban años en ese negocio. No sabía exactamente a lo que se encargaban. A la vista de una persona común y corriente, ellos eran las peores personas del mundo, pero podía asegurar que vidas inocentes no se iban en su camino.

Mi padre fue claro cuando le reclamé.

—Nosotros no tenemos la culpa de que las personas busquen el mal camino.

♣️HOUSE ♥️OF♦️ CARDS♠️ (Kim Seok Jin)🔞 #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora