Capítulo ciento dos "El plan"

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El sol de la mañana se filtraba suavemente a través de las cortinas, bañando la habitación con una luz cálida y dorada. Me desperté lentamente, parpadeando mientras mis ojos se adaptaban a la claridad.

Al girar la cabeza, lo primero que vi fue a Scott y Melody jugando juntos a mi lado en la cama.Scott tenía una expresión de pura alegría mientras hacía cosquillas a ella, que reía a carcajadas, su risa llena de felicidad y despreocupación. Me quedé unos minutos observándolos, una sonrisa en mi rostro al verlos tan felices.

-¡Mamá, mamá! -exclamó mi pequeña al darse cuenta de que estaba despierta -¡despertaste!

Antes de que pudiera responder, Melody se lanzó sobre mí, abrazándome con fuerza. Su energía era contagiosa, y me encontré riendo junto a ella mientras me envolvía en sus pequeños brazos.

-Buenos días, amor -dijo Scott, acercándose para besarme suavemente en los labios -. ¿Dormiste bien?

-Sí -sonreí -. ¿Qué están haciendo ustedes dos? -pregunté, aunque ya conocía la respuesta.

-Estamos jugando a "cosquillas" -dijo Melody con entusiasmo, todavía riendo por las cosquillas de Scott.

-¿Ah, sí? -dije, levantando una ceja-. ¿Cosquillas, eh?

Mi hija asintió vigorosamente, y con una sonrisa traviesa, me lancé sobre mi novio, haciéndole cosquillas en los costados. Scott se retorció y comenzó a reír, intentando alejarse pero sin mucho éxito.

-¡No, no! -dijo entre risas-. ¡No, por favor!

Melody, viendo la oportunidad, se unió a mí y comenzó a hacerle cosquillas a Scott también.-¡Ataquemos a papá! -dijo, su risa resonando en la habitación.

Scott, fingiendo rendirse, se dejó caer en la cama.-¡Está bien, me rindo! -dijo, tratando de recuperar el aliento-. ¡Ustedes ganan!

Pero antes de que pudiéramos celebrar nuestra "victoria", se giró y comenzó a hacernos cosquillas a las dos. Ambas nos retorcimos de risa, intentando escapar de sus manos implacables.

-¡No, papá, no! -gritó Melody entre risas-. ¡Mamá, ayúdame!

-¡No puedo! -dije, riendo tanto que apenas podía hablar-. ¡Es demasiado fuerte!

Finalmente, todos nos dejamos caer en la cama, agotados pero felices. La risa llenaba la habitación, y me di cuenta de lo afortunados que éramos de tener estos momentos juntos.

-¿Qué tal si hacemos un trato? -dijo Scott, todavía respirando con dificultad-. Nadie hace cosquillas por el resto del día.

-Trato hecho -dije, sonriendo mientras me acurrucaba junto a ellos.

Melody asintió, todavía riendo un poco.-¡Está bien! Pero fue divertido.

Nos quedamos en la cama un rato más, disfrutando de la compañía mutua. Finalmente, Melly rompió el silencio con una seriedad inesperada.-Mamá, papá, quiero ir al colegio.

Scott y yo nos miramos, la preocupación reflejada en nuestros ojos. Claro que queríamos que Melody fuera al colegio, que tuviera una vida normal. Pero había tanto peligro allá afuera, tantas cosas que aún no entendíamos del todo.
Podría haber un asesino que tuviera la lista en su colegio y sin nosotros cerca, podría atacarla.

Scott fue el primero en hablar.-Melly, sabemos que quieres ir al colegio, y queremos que vayas también. Pero necesitamos asegurarnos de que estarás segura.

Melody nos miró con esos ojos grandes y llenos de inocencia.-Pero ustedes estarán conmigo, ¿verdad? Siempre me protegen.

Sentí una punzada en el corazón. La confianza que tenía en nosotros era inquebrantable, pero el mundo era un lugar peligroso, especialmente para alguien como ella.

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