Capítulo ciento veintitrés "No confío en él"

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Después de cenar, subimos a las habitaciones para acostarnos a dormir. Mientras Scott se encargaba de Melody, yo me fui al baño a cambiarme y cepillarme los dientes. El día había sido largo y cargado de emociones, y estaba deseando un poco de tiempo para relajarnos juntos.

Al salir del baño, una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver a Scott ya en la cama, relajado y esperándome. Sin pensarlo dos veces, caminé hacia él y me subí sobre su cuerpo con agilidad,sintiendo la calidez y seguridad que siempre me proporcionaba.

Me acomodé sentándome sobre su pelvis—Hola, tú —dije con una sonrisa juguetona, mirándolo a los ojos.

Scott me rodeó con sus brazos, devolviéndome la sonrisa.—Hola —respondió suavemente, sus ojos llenos de cariño. Apoyé mis manos a los costados de su rostro y lo atraje a mi uniendo nuestros labios —sería muy tonto preguntar como estas, ¿verdad? —dijo entre besos.

—demasiado —suspiré volviendo a unir nuestros labios mientras bajaba mis manos a su pecho, solté un quejido provocando la risa de Scott.

—lo sé, lo sé —dijo antes de que comentara mi disgusto —ya me la quito —llevó sus manos hacia el ruedo de la musculosa, antes de que se la quitara lo frené.

—ya no quiero —cambie de opinión.

—¿Segura? —alzó un poco la remera.

—maldito perro —estampé mis labios en los suyos quitando sus manos de la remera para hacerlo yo misma.

Me tomó de la cintura dejándome debajo suyo antes de quitarle la musculosa —¿Cómo me llamaste? —alzó una ceja, mientras pasaba una mano por mi pierna descubierta.

Sonreí —perro —mordí mi labio inferior.

—voy a castigarte por eso —dijo con voz gutural. Cuando estuvo por besarme, recordé algo importante que era de su incumbencia —espera, espera —apoyé mis manos en su pecho.

—¿por qué nunca no me dijiste que quieres ir a UCI Davis?

—tuviste literalmente todo el día para hacer esa pregunta ¿Y la haces ahora?  —alzó una ceja casi ofendido por interrumpirlo por esa tonta pregunta.

—día ocupado —me encogí de hombros, mientras tiraba de él para que se acostara junto a mí.

Me acomodé contra su costado y de perfil para poder verlo. Su brazo me envolvió pegándome a él. —es una buena escuela —respondió finalmente algo emocionado. —y está cerca del área de la Bahía.

—y tiene el mejor programa de ciencias biológicas y físicas, ideal para alguien que quiere ser veterinario —agregué, mirándolo a los ojos. —¿por qué no me dijiste? ¿Te preocupada que pensaría? Porque sabes que te apoyo, siempre lo he hecho, es más creí que ya teníamos resuelto lo que...—Antes de que pudiera terminar mi frase, Scott me interrumpió bruscamente con un beso. Sus labios se encontraron con los míos, y todo pensamiento coherente se desvaneció en un instante.

El beso era profundo, lleno de urgencia y emoción, y respondí de inmediato, dejándome llevar por la intensidad del momento.Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos respirando con dificultad.

Scott me miró a los ojos, su expresión mezcla de amor y determinación. —No, no, para nada. Es porque me preocupa no ser...lo suficientemente listo.

—si, lo eres —sonreí volviéndome a subir sobre él, me incliné hacia adelante y tomé su rostro besándolo, me separé y quité la parte de arriba de mi pijama, luego me estiré hacia la lámpara para apagarla pero una pequeña chispa salió de mis dedos explotando la bombilla, quedando a oscuras.

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