Capítulo ciento veintiocho "Hiperión"

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Antes de que pudiera irme, Stiles me detuvo, llamándome con urgencia.—Espera, Hannah. Hay algo más que no te he dicho.

Me volví hacia él, con una mezcla de sorpresa y preocupación.—¿Hay más?

Él asintió, respirando hondo.—Anoche... anoche, Theo mató a Josh, la quimera que estaba en el hospital. —Explicó rápidamente—. Dijo que lo hizo por defensa propia, que si no lo hacía, él iba a matarlo.

Suspiré, intentando procesar la información.—Genial. Eso alivia las cosas, al menos una. Con Theo como asesino, Scott no lo querrá en su manada.

Mi hermano me miró fijamente, con una mezcla de inquietud y esperanza.—Y a nosotros tampoco nos querrá.

Tomé una decisión rápida, tratando de encontrar un rayo de esperanza en medio del caos.—Stiles, piénsalo. Theo nos dio la respuesta... No somos asesinos. Fue por defensa propia. Si no lo hacías, Donovan iba a matarte.

Stiles frunció el ceño, todavía dudoso.—No lo sé, Han. —Suspiró profundamente, luego recordó algo más—. Ah, y por si fuera poco, ya tenemos otra quimera.

Lo miré sorprendida.—¿Quién?

El castaño respondió sin dudar.—Hayden, la compañera de Liam. La que fue atacada por Tracy.

Rodé los ojos con resignación.—Genial. Solo quería un sábado tranquilo.

Stiles me observó detenidamente.—¿Por qué viniste? Sé que no fue solo para hablar.

Suspiré, recordando mi propósito original.—Le prometí a Melody llevarle una de mis muñecas. ¿Sabes dónde las guardó papá?

Asintió, señalando hacia el garaje.—En el garaje, con las otras cosas.

Me dirigí al garaje, y empecé a buscar la caja de las muñecas entre las cosas viejas y olvidadas. Encontré la caja que buscaba y la tomé, pero al sacarla, noté otra caja escondida en el fondo, casi oculta por la oscuridad. Un viejo papel medio roto revelaba el nombre "Selene".

Intrigada, dejé la caja de muñecas a un lado y tomé la otra caja, colocándola en el suelo. Al abrirla, un humo de polvo me envolvió, obligándome a toser un poco. Al mirar dentro, encontré varias cosas: adornos, joyas con formas de luna, y muchas fotos antiguas.Tomé una de las fotos, viéndome a mí misma de niña, vestida con lo que parecía un disfraz.

Noté algo llamativo en la foto: mi cabello negro tenía un mechón blanco. En otras fotos, mi pelo parecía volverse progresivamente más blanco hasta convertirse en un color plata. En algunas de esas fotos, un hombre aparecía en el fondo.Lo miré más de cerca, dándome cuenta de que era el mismo hombre que Melody juraba que era su abuelo Hiperión, con quien habíamos tropezado en la calle. Se veía más joven en las fotos, pero inconfundible.

Mi mente se llenó de preguntas y confusión.También encontré películas, casetes con grabaciones y cuadernos. Uno de los cuadernos pertenecía a mi madre, y el otro parecía ser un diario íntimo mío, de cuando era niña.Tomé el diario, sintiendo un nudo en el estómago. ¿Cuántos secretos más había en mi familia? ¿Cuántas cosas no sabía de mi propio pasado? Decidí llevarme la caja completa al interior de la casa para examinarla con más calma. Tenía la sensación de que las respuestas que buscaba estaban ahí, escondidas entre las páginas amarillentas y las imágenes del pasado.

Ya en la sala, abrí mi diario con intriga. Las páginas amarillentas y el olor a papel viejo me llenaban de una extraña mezcla de nostalgia y misterio. No había tenido en mis manos ese diario desde hacía años, y la curiosidad de su contenido se apoderaba de mí. En ese momento, Stiles apareció de repente, interrumpiendo mis pensamientos.

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