Capítulo noventa y tres "diecisiete otra vez"

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—¿Qué pasó? —preguntó Braeden bajando de su moto para acercarse a nosotros.

Stiles y yo revisamos el jeep —no lo sé —respondió mi mellizo.—sentí que golpeamos algo.

—Scott debemos llegar antes del anochecer —dijo la cazadora. —sino es muy peligroso.

Él me miró —vayan —hice un ademán con mi mano, Stiles asintió de acuerdo.

—no sin tí, Hannah —negó —y Stiles, tampoco sin tí.

—Cariño, hay que encontrar a Derek —suspiré

—lo resolveremos como siempre, tú ve. —insistió mi hermano.

—Scott lo pensó unos minutos —sí —fue hacia la moto donde Breaden ya lo esperaba.

—¡Scott! —corrí hacia él, deteniendolo —ten cuidado, si algo te pasara...—negué sintiendo un nudo en mi garganta ante la sola idea de una catástrofe en la que él salga herido —Melody y yo no sabríamos que hacer.

—regresaré por ustedes —sonrió, yo igual lanzándome a sus brazos, sentí automáticamente como correspondía.

—Scott, el sol se oculta.

Sentí unas suaves caricias en mi espalda —ya tengo que irme —asentí separándome de él, se estaba por irse pero tomé su mano haciéndolo voltear al tiempo que con mi otra mano tomaba su rostro uniendo nuestros labios, en un corto pero dulce beso. Luego casi a regañadientes solté su mano dejándolo ir.
Vi como se alejaban en la moto, sintiendo mi corazón en un puño, con la sola idea de que algo le pasara.

—Stiles, no creo que golpearlos algo —voltee hacia Malia —más bien algo nos golpeó —sacó lo que parecía un colmillo.

Me acerqué para ver mejor —es un ¿Colmillo? —tome el objeto de la mano de mi hermano, quien lo había estado viendo minutos antes.

—eso parece —murmuró Kira.

De repente una imagen apareció en mi cabeza, solté un grito soltando el colmillo con horror.

—¿Qué pasó? —preguntó el castaño —¿Qué viste?

—esa cosa —lo miré —la cosa que vi cuando salíamos del ascensor en el hospital.

—¿Tú sabes lo que es? —inquirió la coyote.

—no —negué —solo lo vi en una visión pero, no sé parece a algo que haya visto antes.

Stiles siguió intentando reparar a Roscoe, mientras nosotras vagamos por ahí esperando.

—tal vez deberíamos caminar —propuso la pelifresa.

—no es una mala idea —estuve de acuerdo.

—oigan, nunca voy a abandonar mi camioneta ¿Me entienden? ¡jamás! ¡nunca! —gruñó mi hermano —abandonaría a Hannah sin pensar pero a Roscoe...¡eso sí que no!

Lo voltee a ver indignada —¡hijo de...!

—trabaja de prisa, Stiles —ordenó Malia, quien estaba con Kira registrando el perímetro. —hay algo aquí afuera, con nosotros.

Finalmente anocheció y estábamos más qué vulnerables, ya que el jeep aun no funcionaba.
Me acerqué a las chicas mientras hacía dos esferas de energía con mis manos, usaría algo de magia para defenderme en caso de ataque.

—¿algo?

—es difícil ver —respondió la rubia mirando alrededor. —debimos haber traído otra linterna.

Kira se acercó con su katana a uno de los faros del jeep y uso el reflejo para que podamos ver con más claridad.

—¡ahí! —señalé un punto delante nuestro —¿lo vieron?

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