Capítulo ciento siete "Completa e irrevocablemente enamorada"

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Desde aquel día comenzamos a vernos más seguido con Andrew, Melody ya confiaba más en él y se había soltado. Los consejos que le dió el joven, la ayudaron bastante a sobrellevar la vida en la escuela, cosa que agradecí.

Una noche decidimos hacer noche de películas los tres. Habíamos preparado palomitas y creado un lindo ambiente en el living, con almohadas y mantas esparcidas por el suelo. La atmósfera era acogedora y relajante, perfecta para una noche tranquila.

Nos acomodamos en el sofá, Melody entre nosotros, su atención fija en la pantalla. Andrew y yo soltábamos algún que otro comentario sobre la película, riéndonos de las escenas divertidas.

—¿Sabías que esta película está basada en un libro? —dijo Andrew, sonriendo.

—Sí, pero siempre me ha gustado más la película. Tiene un encanto especial —respondí, riéndome.

De repente, sin previo aviso, Andrew se inclinó hacia mí, se me quedó mirando unos segundos antes de inclinarse y  besarme. Me quedé helada por un segundo, mi mente tratando de procesar lo que acababa de suceder. Luego, instintivamente, me separé bruscamente y, sin pensarlo, volví su rostro de una cachetada sonora.

—¡¿Qué diablos te pasa?! —exclamé, furiosa.

Melody me miró con ojos muy abiertos, asustada y confundida.Andrew se llevó la mano a la mejilla, sorprendido y dolido.

—Hannah, lo siento, yo solo...

—¡No! —lo interrumpí, levantándome del sofá—. ¡Esto es inaceptable! Te dije claramente que no podía haber nada entre nosotros más allá de una amistad.

Se puso de pie, su rostro mostrando arrepentimiento.—Hannah, por favor, no quise hacerte sentir incómoda...

—¿Qué parte de "estoy completa e irrevocablemente enamorada de Scott" no se entiende? —estaba muy molesta —estas obsesionado, lo único que te interesa es tenerme y eso no lo vas lograr en ninguna de nuestras vidas, jamás. —admití —¡Fuera de mi casa, ahora!

—Pero Hannah, no quería... —intentó disculparse de nuevo.

—¡Vete! —grité, señalando la puerta—. ¡No quiero volver a verte!

Con una mirada final de disculpa, Andrew salió del apartamento. Cerré la puerta detrás de él con un golpe fuerte, tratando de controlar mi respiración.Me volví hacia Melody, que todavía estaba sentada en el sofá, sus ojos llenos de lágrimas.

Me acerqué a ella y la abracé.—Lo siento, cariño —dije suavemente—. No debiste ver eso. Todo está bien ahora.

Ella asintió, abrazándome con fuerza.—¿Por qué estaba tan enojada, mamá? —preguntó, su voz temblorosa.

—Porque Andrew hizo algo que no debía. Pero no te preocupes, ya se ha ido. Todo está bien ahora —le respondí, acariciando su cabello. —sólo necesito que me hagas un favor ¿Sí?

—¿Qué favor, mami?

—Cuando hables con tu papi, ¿puedes no mencionar lo que pasó esta noche con Andrew? Quiero que quede entre nosotras, ¿de acuerdo?

Melody me miró con sus grandes ojos inocentes y asintió.—Está bien, mami. No le diré nada a papi.

Pasamos el resto de la noche abrazadas en el sofá, viendo la película en silencio. Pero mi mente seguía dándole vueltas al incidente. Andrew había cruzado una línea, y sabía que tenía que proteger a Melody y a mí misma de cualquier posible repercusión.

Cuando la película acabó, le di un beso en la frente a mi pequeña y la llevé a su cama. Luego de arroparla y desearle buenas noches, me dirigí a mi habitación.

Me sentía agitada y sabía que no podría dormir sin hablar con alguien. Tomé mi celular y, después de dudar un momento, decidí llamar a Lydia. Necesitaba hablar con una amiga, y Lydia siempre sabía qué decir.

El teléfono sonó unas cuantas veces antes de que Lydia atendiera.

—¿Annah? ¿Todo bien? —preguntó, su voz sonando adormilada pero preocupada.

—Lo siento por llamarte tan tarde, Lydia. Pero necesito hablar con alguien —dije, tratando de mantener la calma.

—No hay problema, cuéntame —respondió Lydia, ahora más alerta.

Respiré hondo y le conté todo lo que había pasado con Andrew, desde la película hasta el beso no deseado y cómo lo había echado de la casa.

—No quiero que Scott se entere —añadí—. No quiero preocuparlo ni hacerlo sentir que tiene que protegernos desde tan lejos. Además, Melody ya está asustada, y no quiero que esto se vuelva un problema mayor.

Lydia suspiró al otro lado de la línea.

—Annah, lo siento mucho. Qué situación tan desagradable. Pero entiendo tu decisión. Aunque sabes que eventualmente Scott lo sabrá, ¿verdad? No puedes ocultarle esto para siempre.

—Lo sé —admití—. Pero por ahora, prefiero manejarlo así. Solo necesitaba hablar con alguien sobre esto, y tú siempre has sido una gran amiga.

—Siempre estaré aquí para ti —dijo Lydia con firmeza—. Y si necesitas cualquier cosa, no dudes en llamarme. Aunque sea a medianoche.

Sonreí, sintiendo un alivio inmenso.—Gracias, Lydia. Eres la mejor. Me siento un poco mejor ahora.

—Para eso estamos las amigas. Ahora trata de descansar, ¿de acuerdo? Y si algo más pasa, me llamas inmediatamente.

—espera Lyds —la detuve antes de que corte —una cosa más, ¿Cómo está todo por allá? Scott no ha querido decirme mucho, supongo que para que no me preocupe.

Hubo un silencio al otro lado de la línea, uno de esos silencios que bien conocía de Lydia. Mi corazón comenzó a latir más rápido.—Lydia, ¿qué pasa? —dije, con la voz temblorosa—. Dime, por favor.

Lydia suspiró profundamente antes de responder.—Ann, aparecí en el departamento de Derek y...—comenzó, vacilante—. Grité. Sabes lo que eso significa.

Sentí un frío helado recorriéndome el cuerpo. No podía creer lo que estaba escuchando. Derek iba a morir. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

—No... no puede ser, Lydia. Derek... —mi voz se quebró—. Él es parte de nuestra familia. Melody estaría devastada si algo le pasa a su sourwolf.

—Lo sé, amiga. Lo sé —respondió Lydia, su voz llena de tristeza —creo que lo que le haya hecho Kate, lo hizo humano, ya no es un lobo y...es vulnerable.

Las lágrimas fluían libremente ahora. Derek había sido una roca para todos nosotros, un protector y amigo leal.

—¿Hay algo que podamos hacer? ¿Algo que pueda hacer yo? —pregunté desesperada.

—la verdad no sabemos como o cuando ocurrirá pero, —dijo Lydia—. Derek es fuerte y no va a rendirse sin luchar.Quería que supieras, para que estuvieras preparada y para que Melody también lo esté, en caso de que... en caso de que no podamos detenerlo.

Sentí como si el suelo se desvaneciera bajo mis pies. La idea de perder a Derek era insoportable.

—Gracias por decírmelo, Lyds. Lo aprecio, de verdad. —Respiré hondo, tratando de calmarme—. Por favor, manténme informada de todo. Y si necesitan algo, cualquier cosa, no dudes en pedírmelo.

—Lo haré, Annah. Y por favor, trata de descansar un poco. Sé que es difícil, pero necesitas estar fuerte para Melody.

—Lo intentaré —dije, aunque no estaba segura de cómo podría conciliar el sueño con esta noticia—. Buenas noches, Lydia. Y gracias otra vez.

—Buenas noches, Cuídate.

Colgué la llamada y me quedé en la oscuridad tratando de entender porqué nos pasaban estas cosas.

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