Capitulo cincuenta y dos "Confío en ti"

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Cuando salimos del pequeño almacén nos encontramos con la consejera escolar quien también es hermana de Deaton al parecer hablando con mi padre.

—¿Hermano? —murmuró Stiles volteando a vernos, creo que los tres estábamos igual de confundidos.

Ella se acercó a nosotros —escuchen bien los tres, ningún investigador especializado de la policía va a poder encontrar a mi hermano.

—no tienes que pedir nuestra ayuda —dijo Scott.

—de hecho, intento ayudarlos, porque si quieres encontrar a mi hermano, necesitas al único que tiene las habilidades para percibir lo sobrenatural —ambos hombres me miraron.

—¡no soy yo! —rodeé los ojos —se refiere a Lydia.

Inmediatamente salimos hacia la escuela, Stiles se adelantó dejándonos a ambos solos.

—Scott, tengo que decirte algo —tenía que contarle sobre su cambio de estatus como lobo antes de que pasara, se merecía saberlo.

—¿hice algo malo? —me miró con esos ojos de cachorro que no puedo resistir.

Tomé su rostro entre mis manos y lo besé apasionadamente —¿Eso responde tu pregunta?

—más o menos, creo que necesito aclararlo —intentó besarme pero me alejé.

—de verdad tengo que decirte esto porque...es acerca de una visión que tuve sobre ti.

—dime —tomó mi mano jugando con ella tiernamente.

—am...creo que lo mejor será que te muestre el dibujo.

Cuando estaba por sacar el cuaderno de mi bolso su celular sonó—Stiles, la encontró.

—supongo que tendremos que dejar esta charla para después —supuse.

Un sonido como de golpes de un bastón sonando repetidas veces llamó nuestra atención por lo que caminamos en la dirección en la que sentíamos que venía el ruido. Lo cual nos llevó al salón de música donde estaba aquel hombre al que llamaban Deucalion.

—¿Sabes qué es un metrónomo, Scott? —habló el tipo, supongo que nos sintió entrar.

—una herramienta para ayudar a mantener un ritmo fijo cuando tienes un compás —explicó —algo me dice que, el compás de tu vida se ha acelerado mucho en las últimas horas...sí quieres puedo ayudarte a bajar el ritmo a un paso mucho más llevadero.

—¿Cómo? —pregunté a la defensiva.

—¡ah! No estás sólo —sonrió —mi querida Amhes.

—respondeme lo que te pregunté.

—ayudándolo a encontrar a Deaton —voltee hacia el castaño.

—cariño no te precipites ¿okay? Aún tenemos a Lydia, no lo necesitamos a él.

—tu corazón se revienta —se levantó —pero no es miedo, es ira, apuesto que piensas "¿tendrá algo que ver con la desaparición de Deaton?" Te diré algo, si puedes quitarme mi bastón, te diré exactamente donde está —estiró el objeto frente a nosotros —¿Qué opinas de eso?

Intentó quitárselo pero no fue tan fácil como se veía, en un momento quedaron frente a frente, Deucalion destapó la punta de su bastón dejando a la vista la filosa lanza y en cuanto Scott se movió lastimó su hombro.
Me acerqué para revisarlo —déjame ver —de un movimiento me puso tras él.

—estoy bien —me aseguró.

—impresionante pero sabes que yo no estoy descuartizando inocentes y rezandole a los Dioses antiguos, recolectando hierbas o lo sea que hagan los druidas —habló —soy parte de una manada que quiere a Derek muerto, Khalie irá tras él, así que te enfrentarás a una decisión difícil, porque alguien morirá está noche, que sea Derek o Deaton...—gruñí —veo que Amhes está más cerca de lo que parece, pero aún falta una pieza para ello, una que espero que no tardé en llegar —miró a Scott exclusivamente —depende de ti.

AMHESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora