Capítulo ciento veinte "Ahvi"

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Era una tarde perfecta para un paseo. Melody y yo íbamos en el jeep cantando a todo volumen. Nos reíamos y disfrutábamos del momento, como si el mundo estuviera en pausa y solo existiéramos nosotras dos. De repente, un auto se atravesó en nuestro camino, obligándome a frenar de golpe. El miedo se apoderó de mí cuando vi salir a dos hombres del auto.

Uno de ellos era Andrew, y el otro me resultaba familiar, pero no podía recordar de dónde lo conocía.Intenté dar marcha atrás, pero otro auto nos bloqueaba. Sentí que el corazón me latía con fuerza cuando Melody comenzó a ponerse nerviosa.

-Tranquila hija, todo estará bien -le dije, tratando de calmarla mientras mi mente buscaba frenéticamente una salida.

Los hombres forcejearon la puerta del jeep y, con un esfuerzo conjunto, lograron abrirla. Andrew me agarró con fuerza y yo luché con todas mis fuerzas, tratando de zafarme.-¡Corre, Melody! ¡Escapa! -le grité desesperadamente.

Melody, con un coraje que no sabía que tenía, abrió la puerta del jeep e intentó salir. Pero el otro hombre la tomó en sus brazos antes de que pudiera huir. Melody se retorció -¡suéltame! -gritó.

-quédate quieta, engendro -gruñó el tipo tratando de inmovilizarla.

En su desesperación, mi pequeña lo mordió con todas sus fuerzas. El hombre reaccionó violentamente, y mi corazón se rompió al ver cómo trataba a mi hija.

-¡Déjala en paz! -grité, luchando aún más contra Andrew-. ¿Por qué haces esto? ¿Por qué no te das por vencido?

-tú sabes porqué lo hago, porque yo debí tenerte, no ese monstruo -dijo con despreció.

-bien, puedes tenerme a mí pero ¡Deja a Melody fuera de esto!

Andrew no respondió. En lugar de eso, sentí un pinchazo en el cuello y todo se volvió negro.

Desperté en un lugar desconocido, un almacén oscuro y frío. Mis manos estaban atadas y mis ojos aún se ajustaban a la poca luz. Al poco tiempo, varias mujeres se acercaron y comenzaron a prepararme para una boda.

Me negué a cooperar, pero una de ellas me susurró-Si no lo haces, lastimarán a tu hija.

Mi corazón se hundió. Andrew apareció de nuevo, con una sonrisa que me llenó de repulsión.-No puedes huir de esto, Hannah -dijo con voz suave pero amenazante-. Melody estará a salvo si cooperas.

Mientras me preparaban, el hombre que me resultaba familiar apareció nuevamente. Se acercó y dijo con una voz que resonó en lo más profundo de mi memoria -Tanto tiempo, Tala.

Lo miré, tratando de recordar. -¿Te conozco?

Entonces, algo en sus ojos me resultó familiar.-¿Tan cambiado estoy, hija, que no me reconoces?

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda al reconocer al hombre. Era el cacique, el padre de Tala. Mi corazón se aceleró y, con un hilo de voz, pregunté -¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué estás con Andrew?

El ex cacique esbozó una sonrisa fría y calculadora antes de responder -Voy a terminar lo que se empezó hace tanto tiempo atrás.

Negué con la cabeza, Mis ojos llenos de furia.-No lo haré -dije con firmeza.

Powhatan se inclinó hacia ella, su voz se volvió amenazante. -Lo harás o la bastarda de Tayen pagará.

Mi ira estalló y, con los ojos llenos de fuego, grité -¡No te atrevas a llamarla así!

Antes de que pudiera reaccionar, el ex cacique me propinó un cachetazo, dejándome aturdida. Mientras trataba de recomponerme, él continuó -Recuerda tu pasado, Hannah. Estabas embarazada cuando te íbamos a casar con Andrew. Queríamos ocultar que Tayen había vuelto a meterse donde no debía. Pero, supongo que ese bebé murió con Tala cuando le dispararon.

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