Capítulo ciento doce "Culpa mía"

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Pov Scott:

Salir de la iglesia en aquel pueblo fantasma se sintió como una victoria pírrica. Estábamos agotados, heridos, y nuestras mentes aún estaban nubladas por los horrores que habíamos enfrentado.

Derek estaba esperándonos afuera, su rostro una mezcla de preocupación y expectativa. Se acercó rápidamente y traté de explicarle lo sucedido.

—Derek... Kate... Hannah... —traté de hablar, pero las palabras se atascaban en mi garganta. —no sé que hacer, no la puedo perder.

Stiles estaba tan mal que apenas pudo decir algo. Su mirada vacía y el temblor en sus manos decían todo lo que las palabras no podían expresar.Malia estaba a su lado tratando de brindarle algo de apoyo y Kira, bueno, a ella le tocó cuidar de Melody junto con Liam.

—descuida Scott, Annah es... —su nariz se arrugó ligeramente.Derek, con su agudo sentido del olfato, detectó el olor a sangre antes de que pudiéramos explicarle. Su expresión se endureció.—Hay que hacer un torniquete, ahora mismo —dijo, tomando el control de la situación.

Juntos, improvisamos un torniquete con cualquier cosa que pudiéramos encontrar: trozos de ropa, correas de mochilas. Trabajamos rápido y en silencio, la gravedad de la situación pesando sobre todos nosotros.

—Scott, sujétala firme —indicó Derek mientras ajustaba el torniquete.

Melody, que había estado observando en silencio, se acercó y tomó mi mano, sus pequeños dedos apretando con fuerza. La miré y traté de ofrecerle una sonrisa tranquilizadora, aunque mi corazón se rompía por dentro.

—Papá, ¿mami va a estar bien? —preguntó, su voz temblando.

—Sí, pequeña. Vamos a hacer todo lo posible para que mamá esté bien —le aseguré, aunque la incertidumbre me ahogaba.

Con el torniquete en su lugar, cargamos a Hannah en la camioneta de Derek. La colocamos con cuidado en el asiento trasero, y me senté junto a ella, manteniendo presión sobre sus heridas.

Derek se sentó al volante, mientras Stiles se acomodaba en el asiento del copiloto, todavía en shock.—Vamos, tenemos que llegar al hospital de Beacon Hills lo más rápido posible —dije, mi voz firme a pesar del pánico interno.

Stiles estaba apoyado contra la ventanilla con su mirada en la carretera, su rostro pálido y sus manos temblando. No había pronunciado una palabra desde que salimos, su miedo y angustia eran palpables.

Derek, que había estado observandolo con sus sentidos agudizados, apoyó una mano en su hombro.

—Stiles, mírame —dijo Derek suavemente, poniendo una mano firme pero reconfortante en el hombro de Stiles.

Sentí la necesidad de aliviar un poco la tensión. —Oigan, no se vayan a besar. Recuerden que hay una niña aquí.

Stiles y Derek se giraron hacia mí. Stiles puso cara de fastidio pero con los ojos lagirmosos, mientras Derek levantaba una ceja, su expresión casi divertida.

—Scott —empezó Stiles —a ti te afectó severamente juntarte con Annah.

—Sólo digo, mantengan el drama al mínimo, ¿de acuerdo? —dije, tratando de mantener el tono ligero.

Mi amigo levantó la vista, sus ojos llenos de lágrimas no derramadas.

—No puedo perderla. Ella es todo lo que me queda de mi madre. No puedo... —la voz de Stiles se quebró al final, su angustia volviendo más pronunciada. —antes de que ella...se fuera, le prometí que cuidaría de mi hermanita, rompí mi promesa...no puede hacerlo.

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