Corey, Mason, Scott, Liam y yo nos encontrábamos observando un punto en el cielo raso de la casa de Scott. Una serie de ramificaciones negras se extendían por el techo, creando una red oscura que parecía absorber la luz del lugar.
—¿Así fue como entró? —preguntó Corey, sus ojos fijos en las marcas.
—¿Qué es? —Liam preguntó, frunciendo el ceño mientras examinaba las ramificaciones.
—Es un punto de impacto de un rayo —explicó Mason, señalando las marcas. —Usualmente se ven lugares quemados así en el suelo después de una tormenta de rayos violenta.
—Así entró el jinete fantasma —afirmó Scott, con la mirada fija en las marcas—. Montando el rayo.
El beta miró a Scott, pensativo. —Si pueden usar rayos para cruzar el serbal...
—No hay lugares seguros —terminé por él, comprendiendo la gravedad de la situación. Scott asintió en señal de acuerdo.
—¿Y qué hay de los demás? —preguntó Corey con un tono de preocupación. —Es mi culpa que los marcaran.
—Hallaremos cómo protegerlos —aseguró el alfa con firmeza, su voz llenando de determinación el espacio—. A todos.
Sabíamos que no sería fácil, pero en ese momento estábamos unidos y dispuestos a hacer lo que fuera necesario para mantener a salvo a quienes nos importaban.
Luego de esa pequeña reunión dejamos a Melody en su escuela y luego fuimos a la nuestra.
Lydia nos mostró un carnet de uno de los chicos que habían sido borrados, sosteniéndolo con delicadeza entre sus dedos.
—Es una reliquia —explicó, sus ojos fijos en el objeto.
—¿Qué es una reliquia? —preguntó Malia, frunciendo el ceño.
—Es un objeto con una asociación fija al pasado —respondió con calma—. La identificación de Jake se quedó cuando se lo llevaron, y Gwen encontró el brazalete de su hermana en su habitación —dijo, haciendo énfasis en la importancia de estos objetos.
Fruncí el ceño, intentando comprender. —¿Cómo puede ser alguien borrado y dejar cosas visibles?
—La conservación de la masa —la pelifresa asintió, como si esa fuera la respuesta más obvia del mundo—. La masa total de cualquier sistema aislado permanece constante. Incluso si alguien es borrado, algo de ellos queda atrás.
—Hasta los jinetes tienen una debilidad —notó Scott, su mente trabajando rápidamente para conectar las piezas del rompecabezas.
—Una reliquia sería prueba de que Stiles existió —entendió la coyote, una chispa de esperanza iluminando su mirada.
—Y tal vez podamos recuperarlo —continuó el castaño, su voz firme y decidida. La idea de recuperar a Stiles, de desafiar a los jinetes y ganar, nos llenó de una nueva determinación.
—Iré a hablar con tu padre, Han, necesito revisar tu casa —dijo Lydia, su tono serio y decidido.
—Voy contigo —respondí sin pensarlo dos veces. Me giré hacia Scott, tomándolo por el cuello de su camisa para inclinarlo hacia mí y dejar un suave beso en sus labios—. Pórtate bien, guapo —sonreí, disfrutando del momento—. Te veo en el partido o quizás antes.
—Cuídate, amor —dijo él, acariciando mi mejilla con ternura. Su sonrisa era cálida y antes de que pudiera responder, volvió a besarme, esta vez con un poco más de urgencia y necesidad, como si quisiera asegurarme que todo estaría bien.
—Vomitaré arco iris —interrumpió Malia con expresión de asco—. En serio.
Nos separamos riendo, conscientes de que incluso en medio de todo el caos, aún había espacio para estos pequeños momentos de normalidad.
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AMHES
Fiksi PenggemarDos adolescentes, sin saberlo, comparten un vínculo trascendental: en una vida pasada, fueron amantes y padres de la diosa de los lobos, Ahmes. A medida que el destino los empuja a revivir esa conexión en la época actual, descubren sus roles divinos...