Capítulo ciento cincuenta y tres "Conexión"

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Llegamos al bosque, luego de dejar a Malody con mis padres y comenzamos a caminar hacia el lugar donde habíamos encontrado a Peter. El sol estaba comenzando a ocultarse, y la luz del crepúsculo arrojaba sombras alargadas entre los árboles.

—¿Cuánto tardaron los jinetes en aparecer cuando estuviste aquí? —le preguntó Scott a Malia, su tono grave reflejaba la preocupación.

—Un par de minutos —respondió, echando un vistazo nervioso a su alrededor.

—Qué reafirmante —opinó Lydia, con un toque de ironía en su voz.

—Sí —murmuré en acuerdo.—¿Cómo se vería la brecha? —inquirí, adelantándome para estar junto a Scott mientras nos adentrábamos más en el bosque.

—Es una fisura en el mundo —respondió Lydia, mirando alrededor. —Teóricamente podría verse como un agujero negro microscópico o un puente flotante de Einstein-Rosen. —Detuvimos nuestros pasos en medio de un claro, y todos miramos al cielo, tratando de detectar alguna anomalía. —Espero que no esté allá arriba.

—Podría fijarme, si quieren —me ofrecí, preparándome para usar mis alas.

—No, primero revisaremos aquí —dijo Scott, con determinación. —Separémonos.

Cada uno tomó una dirección diferente, avanzando con cautela entre la densa vegetación. El bosque estaba en silencio, salvo por el crujido de las hojas bajo nuestros pies y el murmullo ocasional del viento.

—Oigan, ¡miren esto! —el castaño nos llamó desde unos metros adelante. Nos apresuramos a su lado y vimos un túnel parcialmente oculto entre la maleza.

Scott examinó el suelo cerca del túnel, donde había restos de ceniza y tierra removida.—No está encima, chicos —dijo la pelifresa, observando el entorno con su mirada aguda.

—Está abajo —afirmó el alfa, señalando la entrada del túnel.

—Entonces, tenemos que encontrar una entrada subterránea —comenté, mirando el túnel con creciente preocupación. —¿Sabemos si hay algún pasaje o cueva en esta área?

—Podría haber —dijo Lydia, acercándose al túnel con cuidado. —Lo mejor es que tengamos precaución. No sabemos qué tipo de criaturas o trampas podrían estar aquí abajo.

—De acuerdo, sigamos adelante con precaución —afirmó Scott, preparándose para entrar en el túnel.

Tomé mi celular, apreté la aplicación de linterna y la encendí, iluminando el oscuro pasaje.

—Vamos a bajar —dijo Scott con determinación. —Yo primero, así me aseguro de que no sea peligroso.

Asentí con un gesto, preocupada por la seguridad de todos. —Ten cuidado, cariño.

Él tomó su celular para usar la linterna y comenzó a bajar las escaleras del túnel. La luz tenue de su teléfono iluminaba de manera inquietante las paredes de piedra húmeda. Observé cómo descendía, y cuando noté que estaba todo en orden fue mi turno de bajar.

—No veo nada —dijo Lydia mientras nos movíamos. A pesar de que estábamos usando nuestros celulares como linternas, la oscuridad era densa y parecía envolvernos.

—Debe estar aquí abajo —dijo Scott mientras avanzaba más, con una linterna que iluminaba el camino adelante. Lo seguimos, con los pasos resonando en el túnel.

Continuamos avanzando en la penumbra, el eco de nuestros pasos y el sonido del viento entre los pasadizos añadiendo una sensación de desasosiego. De repente, Malia tropezó con una barrera invisible y retrocedió, sorprendida.

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