Capítulo ciento trece "Hombre Malo"

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Al entrar en la habitación, la luz tenue iluminaba a Hannah mientras yacía en la camilla, su rostro tranquilo pero pálido bajo la máscara de oxígeno. Melody, en mis brazos, observaba con ojos inocentes y preocupados.

—Papá, se ve como una princesa, ¿verdad? Como la Bella Durmiente —comentó, buscando consuelo en su propia metáfora infantil.

Asentí con tristeza, acariciando suavemente el cabello de Melody. —Sí, cariño, se ve hermosa —respondí, sintiendo el nudo en su garganta al ver a Hannah en ese estado.

—¿Tú eres su príncipe, verdad, papá? Debes darle un beso y despertarla —dijo con esperanza en sus ojos.

Bajé la mirada con pesar. —Ojalá fuera tan fácil, cariño. Pero no sé si eso funcione esta vez —respondí con sinceridad, deseando poder cumplir el deseo de mi hija.

Stiles se sentó al lado de Hannah, tomando su mano con delicadeza, ofreciendo un gesto de apoyo silencioso. El sheriff se acercó también, depositando un beso suave en la frente de su hija, sintiendo el peso de la preocupación y el dolor.

En ese momento tenso, Robbie irrumpió en la habitación con furia descontrolada. Se lanzó hacia mí, acusándome y culpándome por la situación de Hannah.

Melody, desde mis brazos, reaccionó con sorpresa y angustia.—¡Detente, Robbie! ¿Por qué quieres hacerle daño a papá? ¡Yo creía que tú eras bueno! —exclamó, con lágrimas en los ojos, sacudiendo emocionalmente a Robbie.

Derek entró justo en ese momento, alertado por la voz de la niña. Observó la escena con seriedad, dispuesto a intervenir si la situación se salía de control entre nosotros.

—Bravo Robbie, lograste caerle mal a una niña de siete años —dijo Stiles con su típico tono se sarcasmo en la voz.

El Hale suspiró, claramente afectado por las palabras de la niña. —Lo siento, Melody. Es solo que... —Miró a Derek y luego a mí—. Lo siento, tu más que nadie sabes que jamás haría algo que te hiriera, te lo demostré con ese hombre malo ¿recuerdas?

"Hombre malo" fue lo mismo que dijo mi hija en el auto, ¿Qué demonios pasó en New York y por qué Hannah no me dijo?

Mi corazón se hundió al ver la reacción de Melody, su pequeño cuerpo temblando de nervios. —¿hombre malo? ¿Qué pasó en New York?

—lo que pasa en New York se queda en New York —trató de bromear pero, al ver nuestra cara de pocos amigos comprendió que no lo había logrado.Robbie apretó los labios, su mirada dura. —Eso es algo que Hannah debe decirte, no yo.

Stiles no tardó en hacer uso de su sarcasmo. —Bueno, Robbie, por si no lo has notado, Hannah no está precisamente en condiciones de contarnos nada. ¿No crees que deberíamos saberlo?

Robbie miró a Stiles con frustración,soltando un gruñido por lo bajo, pero antes de que pudiera responder, Derek intervino, sujetando suavemente a su hermano por el hombro.—Basta ya —dijo, con una firmeza que no admitía réplica—. Este no es el momento ni el lugar para peleas. Todos estamos aquí por Hannah. Si sabes algo, sólo dilo.

Aún sosteniendo la mano de Hannah, levanté la vista hacia Robbie —Tienes razón. Todo esto es mi culpa, y lo siento. Pero ahora lo único que importa es que ella se recupere.

El sheriff, con una expresión solemne, se acercó a mí. —Tenemos que mantenernos unidos, por ella —dijo, su voz llena de autoridad y tristeza.

Melody, sintiendo la tensión, se giró y me abrazó con fuerza. —Papá, no dejes que nadie nos separe. Prométemelo.

La abracé del mismo modo, mi voz tembló mientras respondía —Te lo prometo, Melody. Vamos a salir de esto juntos.

Robbie, con el rostro todavía endurecido, miró a Melody y luego a mí. —Haz que esa promesa valga, Scott —murmuró, antes de dar un paso atrás y dejar que la familia se uniera en su momento de dolor y esperanza. —por cierto, lo que pasó en Nueva York no puedo decírtelo, tiene que hacerlo Annah.

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