Al otro día fuimos a la escuela, la verdad se sentía extraño sin él. Mi hermano me hacía mucha falta, no me había dado cuenta de ello hasta ahora y eso me molestaba mucho.
Por lo que sabía de Stiles, estaría todo el día en el hospital, pues querían hacerle pruebas, eso sí me asustaba pues, me recordaba a mi mamá y su enfermedad.
En receso estaba junto a Scott en su casillero cuando Lydia llegó y se apoyó en el de al lado. —¿Te sientes bien? —preguntó el castaño.
—sí, solo un poco hipersensible a los sonidos fuertes.
—le harán análisis a Stiles toda la tarde —comenté —pensábamos ir a las seis a visitarlo...¿Quieres acompañarnos?
—tal vez deba volver a casa —dijo un poco ida.
—¿Segura que estás bien? —insistí.
—sí...los busco después —se alejó de nosotros.
—ella no está bien —suspiré.
De repente ya no estaba en el pasillo de la escuela sino que estaba en una habitación oscura llena de luciérnagas, no entendía que significaba esto.
Al fondo logré ver una puerta entreabierta, me acerqué esquivando a los insectos que volaban a mi alrededor.
Cuando llegué tomé el pomo y tiré para abrirla por completo, del otro lado era completa oscuridad, hasta que la luz se encendió. En medio de aquel lugar estaba el jeep estacionado.Fui hasta el vehículo y al abrirlo en el asiento del piloto noté una luciérnaga muerta, al tomarla se me vino esa imagen extraña de Stiles.
—¿Annah? —regresé a la escuela un poco aturdida, aun intentaba descifrar que significaba eso.
—tuve una visión...creo —murmuré.
—si eso lo noté, por eso te di un cuaderno y un lápiz —bajé la mirada a mis manos, el dibujo era confuso, había luciérnagas, el jeep de Stiles, una puerta entreabierta y una única luciérnaga muerta. —¿Qué significa eso?
—no lo sé —negué —pero evidentemente tiene que ver con Stiles. —las cosas en mi mano temblaron y terminaron por caer al piso.
Scott las recogió y las guardó para luego concentrarse en mi —¿Qué tienes Annieh? —me abrazó.
—el fantasma de la enfermedad de mi madre, me asecha —admití —temo que Stiles tenga lo mismo —suspiré —estuve anotando los síntomas que él presentaba...y coinciden con los de mi madre.
Me abrazó con fuerza tratando de reconfortarme. —como desearía que no tuvieras que pasar por esto —murmuró.
—¡Ah! —me sostuve el bajo vientre.
—¿contracción? —asentí —tienes que calmarte, no le está haciendo bien al bebé ni tampoco a ti.
—si, lo sé pero, no puedo evitarlo —limpié mis lágrimas.
A las seis tal y como habíamos arreglado fuimos al hospital.
Estábamos en la habitación donde le harían una resonancia magnetica a Stiles para descartar cualquier enfermedad mental.—no estoy seguro de cómo pronunciar esto o si de hecho esta mal escrito —dijo el médico haciendo referencia al nombre de mi hermano.
—soñó dígale Stiles —arregló mi padre.
—bien, Stiles —lo volteó a ver —te lo advierto, vas a escuchar mucho ruido durante la resonancia, eso se debe a los pulsos eléctricos que pasan por los alambres del metal dentro de la máquina —explicó el doctor. —si quieres podemos darte tapones o audífonos.
—no, no necesito nada.
—oye, estaremos al otro lado de la ventana ¿Sí? —avisó mi progenitor, Melissa lo acompañaba, lo cual me pareció muy tierno de su parte.
—sí.
Ellos salieron y nos dejaron a los tres a solas.
—¿Saben que están buscando, no? —nos preguntó, ambos estamos sumidos en nuestros propios pensamientos, ninguno quería creer lo que estaba pensando.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude evitar negar con la cabeza —no puede ser posible.
—se llama demencia frontal temporal —le explicó a Scott. —áreas del cerebro que se encogen, es lo que tenía nuestra madre.
—y la única forma de demencia que da en la adolescencia...y no hay cura —terminé por él, asintió.
—Stiles si tienes eso, haremos algo —dijo Scott —yo haré algo —lo miró.
Nos abrazamos los tres —te amo Mischief —sonreí con tristeza —ojalá no sea eso porque me niego a...aceptar que mi hija no tendrá a su padrino para que le enseñé a hscer travesuras.
—¿seré el padrino?
—tú yo sólo tú —tomé su mano. —ay por Dios, no puedo perder a mi otra mitad —lo volví a abrazar —quiero que esto no sea real, que sea una pesadilla y poder despertar.
—lo siento Annieh —murmuró —pero, esto es real —un escalofrío recorrió mi columna al oír su voz, sonó tan siniestra...este no era Stiles.
Me separé despacio y sequé mis lágrimas dando un paso atrás.
Salimos a la sala de espera donde nos encontramos a Derek, creo que no lo pensó dos veces y me abrazó —siento tanto lo que estás pasando con Stiles —murmuró.—ese no es mi hermano —admití, ambos hombres lobo se sorprendieron de mis palabras.
—lo notaste —afirmó Derek.
Los tres tomamos asiento. —¿sabes qué? Las cosas que me dijiste sobre señales químicas, me recordaron la vez que me enseñaste a usar el enojo para controlar el cambio —confesó Scott.
—creo que al final tu me enseñaste más sobre eso —sonrió apenas.
—¿Me enseñas de nuevo?
—más bien consideralo un intercambio de secretos —suspiró —llevé a Cora de vuelta a América del Sur ¿Sí? Ahí es donde pasó la mayor parte del tiempo después del incendio pero, no me fui solo por eso, necesitaba hablar con mi madre.
—¿Tú madre muerta? —quise golpear a Scott por esa pregunta innecesaria.
—ella me dijo algo que cambio mi perspectiva...sobre muchas cosas, dijo que mi familia no sólo vive en Beacon Hills sino que la protegía, la ciudad necesita alguien que la proteja —explicó —alguien como tú.
—y alguien como tú que me enseñe algunos secretos. —se paró —él intentaba protegernos, Stiles estaba protegiéndonos.
—de sí mismo —murmuré mirando hacia el techo.
Los tres subimos a la azotea para revisar el lugar.
—¿Qué estamos buscando? —preguntó Derek.
—no estoy seguro pero, creo que Stiles no vino aquí solo a luchar consigo mismo —dijo Scott —creo que estaba luchando para no hacer algo.
Scott tomó un bolso que estaba sobre el techo de una de las estructuras. Estaba lleno de herrientas y cosas que no eran de mucha ayuda.
La estructura hizo corto circuito, rápidamente uno de los chicos me alejó poniéndome tras su espalda. Uno de los cables se soltó y fue a caer en la parte delantera del hospital.
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AMHES
FanficDos adolescentes, sin saberlo, comparten un vínculo trascendental: en una vida pasada, fueron amantes y padres de la diosa de los lobos, Ahmes. A medida que el destino los empuja a revivir esa conexión en la época actual, descubren sus roles divinos...