AMHES

Capítulo sesenta y uno "El nemeton"

Cuando estuve mejor busqué a mi hermano, ya que estaba segura de que también sabía de las malas noticias.
Su rastro de olor me llevó a los vestuarios de hombres, al asomarme vi a Stiles sentado en piso siendo besado por Lydia.

En el momento en que se separaron entré y me acerqué despacio y lo vi era un aura rosada que se cernía a su alrededor, era amor.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó mi mellizo.

—yo...eh...una vez leí que contener la respiración detiene los ataques así que, cuando te besé dejaste de respirar. —explicó la pelifresa.

—¿Enserio? —tanto el castaño como el rubio junto a mí que me había seguido hablaron am unísono, lo voltee a ver.

—te hubiera besado —se encogió de hombros.

—y yo te hubiera golpeado tan fuerte que hasta tus antepasados iban a poder sentirlo. —gruñí en un murmullo.

Salí y corrí a abrazar a mi hermano quién no tardó en corresponder.

—gracias Lyds —dije mirandola de reojo —por ayudar a mi hermanito.

—hermano, soy el mayor —reí.

—hermano —corregí.

—de nada... —se sentó al otro lado junto a Stiles —¿Sabes? Si fuera más inteligente te hubiera dicho que fueras más sesiones con la consejera. —retomo una conversación que habían tenido ellos dos antes de mi interrupción.

—Mourel —los tres nos miramos antes de correr hacia la oficina de la consejera.Entramos y nos encontramos con que ella no estaba pero si una alumna que esperaba pacientemente a la castaña.—¿Viniste con la señorita Mourel?

—no, creí que aquí era educación física.

—cariño, no estamos aquí para bromas ¿Sabes donde está? —preguntó Lydia.

—si lo supiera no llevaría veinte minutos esperándola. —respondió con fastidio —que tal si salen por esa puerta y esperan su turno.

—no venimos a una sesión —aseguré.

—pues yo si, tengo muchos problemas que solucionar.

—oye espera, eres Danielle, la mejor amiga de Heather —notó mi hermano.

—era la mejor amiga de Heather —corrigió —por eso vengo a sesión tres veces por semana.

—espera —la interrumpí —¿Mourel, tiene veinte minutos de retraso?

—y no sé por qué, siempre es muy puntual.

—yo la veía al inicio del semestre —dijo la pelifresa —nunca llegó tarde.

—no viene tarde, esta desaparecida —afirmó el castaño.

—¿Y sino somos los únicos que creen que ella sabe algo? —inquirí.

—pues quiero saber lo que ella sabe —se acercó al escritorio y lo revisó.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Danielle.

—intento encontrarla.

—esos archivos son privados —comentó la chica.

—si, ella tiene razón —hice una mueca.

—este es tuyo —sacó un archivo que extendió frente a mi amiga.

—déjame ver eso —lo tomó y lo abrió observando cada hoja.

—oye, ese dibujo —tomé la hoja —yo hice uno igual...es un árbol ¿no?

—si, es un árbol.

—es un buen dibujo —opinó Danielle.