Dos adolescentes, sin saberlo, comparten un vínculo trascendental: en una vida pasada, fueron amantes y padres de la diosa de los lobos, Ahmes. A medida que el destino los empuja a revivir esa conexión en la época actual, descubren sus roles divinos...
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Miré a la bebé con admiración era sumamente perfecta, no podía creer que esta pequeña había salido de mi, que Scott y yo la hicimos. Tenía sentimientos encontrados y no sabía como expresarlo. Finalmente las lágrimas que no sabía que estaba conteniendo bajaron por mis mejillas, era felicidad pura.
-¿Estás bien? -preguntó Scott preocupado.
-lo estoy -asentí -son de felicidad -comenté haciendo referencia a mis lágrimas. -¿no es la bebé más perfecta que hayas visto? -alcé la mirada para cruzarla con la suya.
-lo es -estuvo de acuerdo -¿Puedes creer que hicimos una personita? Yo aún no puedo procesarlo, es...¡alucinante!
-sii -solté una pequeña risa -si, es increíble.
-y milagrosamente, no sacó tu mandíbula dispareja -Stiles rompió el momento, Scott lo volteó a ver y soltó un golpe amistoso en su estómago.
-¡cállate! -negó divertido.
-rompes el momento, Stiles -fingí enojo.
-lo siento...¡oh por favor! Alguien tenía que decirlo -alzó las manos antes de dejarlas caer con pesadez.
-Annah, lamento interrupir pero...debo llevarme a la pequeña -dijo Melissa algo apenada.
-¡oh! Desde luego -se la pasé con cuidado. -cuídala ¿sí? -miré a la bebé en sus brazos.
-está en buenas manos -sonrió para luego salir de la habitación.
-¿Cómo te sientes? -inquirió mi chico.
-bastante adolorida y...débil -admití -creo que Melody se absorbió sus poderes de loba de mí.Scott tomó mi mano y venas negras cruzaron su brazo, vi el esfuerzo que comenzó a hacer. -espera -no me hizo caso -¡basta! -eso llamó su atención porque me volteó a ver. -no sigas, no quiero que termines mal.
-estoy bien -tuvo un pequeño mareo que hizo que casi se cayera pero Stiles logró ayudarlo sentandolo en la silla junto a la camilla.
-no lo estás -negué -descansa un poco.
-tú también -sonrió apenas estirando su mano en mi dirección, iba a tomarla pero me detuve a medio camino.
-no intentes quitarme más dolor ¿okay?
-¿Confías en mí? -negué con una sonrisa antes de tomar su mano.
-sabes que sí. -suspiré -¿se tardarán mucho con la bebé?
-¿ya te encariñaste? -inquirió Lydia.
-ah...quizás un poco. -me quedé callada pensando en lo que haría, debatiéndome cuál futuro sería el que me esperaría.
Melissa regresó pero lo hizo sola, nos dijo que se tenía que encargar de mi ya que al no tener poderes de curación estaba como cualquier mujer luego de dar a luz. Me pasó a una habitación nueva privada y se encargó de que estuviera cómoda, lo cual agradecí.
