Capítulo ochenta y siete "Ya no está entre nosotros"

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Abrí los ojos y lo primero que vi fue luz blanca la cual daño mis ojos, parpadee rápidamente para alivianar la molestia y cuando lo hice miré a mi alrededor, estaba en un hospital. Instantáneamente bajé la mirada a mi vientre tenía un pequeño aparato amarrado con un elástico, supuse que con eso monitoreaban a la bebé.

—¿Hannah? —voltee encontrándome con Scott, eso me sorprendió, era la última persona que esperaba ver aquí.

—¿Qué pasó? —pregunté pues apenas recordaba algo.

—el nogitsune te atacó y...tuviste una amenaza de aborto —explicó —pero ya está todo bien.

Al ver detenidamente noté que había algo mal, sus ojos no tenían ese brillo característico.

—¿Pasó algo más?

—¿por qué preguntas? —fingió demencia.

—te conozco Gregorio, como a la palma de mi mano y sé que algo anda mal.

—ah...no, no pasa nada —se encogió de hombros.

La puerta se abrió dejando ver a mi padre —Annieh —se acercó y me envolvió en un cuidadoso abrazo —me alegra que hayas despertado.

—a mí igual —sonreí —¿Dónde está Stiles?

—descansando, luego vendrá a verte ¿Sí? —asentí.

—Scott ¿por qué estás aquí? Digo, creí que me odiabas.

—no...yo jamás podría —admitió.

—lo siento, yo no quería lastimarte esa nunca fue mi intención —suspiré —te amo Scott y nunca buscaría hacer algo para dañarte, por favor...perdóname —unas lágrimas corrieron por mis mejillas —me duele que estemos peleados, me duele no tenerte.

—Annah, yo ya te perdone —lo miré confundida —lo hice en el momento en que te dejé en el estacionamiento del hospital, fui un estúpido no debí...no debí hacerte eso.

—estaba en todo tu derecho, yo me lo busqué.

—aún así, no fue muy maduro de mi parte —apoyó una mano en mi mejilla y secó las lágrimas con delicadeza antes de dejar un beso en mi frente que disfrute mucho.

—¿Estamos bien? —conectamos nuestras miradas.

—si —asintió.

Cierto cabello rubio se asomó por la puerta —¿Isaac? —pregunté atónita al ver a mi amigo de pie frente a mí —¡Isaac! —estiré mis brazos para que viniera abrazarme y eso hizo —me alegra verte recuperado.

—me alegra que el nogitsune no te haya hecho daño —sonrió muy apenas pero no llegó a sus ojos, él también estaba triste.

—¿y Lydia? ¿Allison? ¿Están bien? —ambos se miraron preocupados antes de dirigirse a mí.

—si, están bien, sólo que...están descansando por la pelea. —respondió Scott.

—okay...—sentía que me estaban ocultando algo.

—Scott, ya deberíamos irnos —murmuró Isaac a su oído. —debemos terminar con el nogitsune.

—si, es cierto —asintió.

—¿Irán a pelear con él nogitsune? —ambos me miraron sorprendidos —¡yo iré! —me quité la sábana y tuve intención de arrancarme la sonda que me habían puesto con suero pero el castaño me detuvo.

—no, no, mejor quédate ¿Sí? No quiero que nada te pase —me acomodó otra vez en la cama y me tapó —no soportaría otra perderte a tu también

—¿Cómo que también? —fruncí el ceño.

—es una forma de decir.

—bueno —suspiré —antes de que te vayas...¿puedes decirme algo?

—lo que sea —aceptó.

—¿Cómo me encontraste?

—oí tu rugido —admitió.

—¿y como sabías que me secuestró el nogitsune?

—es una historia curiosa, de hecho —sentí un tono amargo en su voz —Hale vino a mí casa desesperado, ¿Enserio estuviste toda la tarde con él?

—sólo me hacía compañía —me encogí de hombros —¿Estás celoso? —lo miré divertida.

—casi lo mato, ¿Eso responde tu pregunta?

—mm...un poco —mordí mi labio inferior —Sabes que no te cambiaría por él ¿verdad?

—asintió —sí —se rascó la parte trasera del cuello —¿Me amas?

—más que a nada en este mundo...bueno, quizás te amé menos que a alguien —dije como quién no quiere la cosa.

—¡lo sabía! Hannah, yo puedo ser mejor que él.

—¿De quién hablas? —Reí —yo me refería a Melody.

—ah...sí, yo también —hizo una mueca bajando la mirada avergonzado.

—yo creí que hablabas de Robbie —comentó Isaac, él cual recibió un golpe por parte del alfa —¡au!

—no quiero a otro hombre que no seas tú, Scott Gregorio McCall —admití.

—¡te amo! —tomó mi rostro entre sus manos y me besó de esa manera tan única, tierna y especial propia de él.

—debemos irnos, Scotty —Insistió el rubio.

—si, volveremos pronto ¿Sí? —asentí.

En cuanto se fueron tomé mi celular y revise que no tuviera ningún mensaje importante, no había nada.
Estuve un buen rato navegando en las redes hasta que me aburrí.

—Hola Annah —voltee encontrando a Melissa entrando con una charola que supuse tenía mi comida. —¿Cómo estás? —con cuidado la acomodó en una mesa frente a mí.

—bien ¿y tú?

—bueno, un poco triste por lo que le ocurrió a Allison —fruncí el ceño.

—¿De qué hablas? ¿Qué le ocurrió a Allison?

La enfermera palideció —creí que Scott te lo había dicho.

—Scott me dijo que estaba descansando. —vi lo afligida que se había puesto —Melissa ¿Qué pasó?

—no sé si decírtelo sea lo mejor, no deberías alterarte —suspiró —casi pierdes a tu bebé.

—yo quiero saber —insistí.

—si Scott no te lo dijo yo no debería de hacerlo.

—por favor, dímelo —supliqué.

—bien—se sentó y tomó mis manos com cuidado —Allison...Allison...ella...falleció.

Mis ojos se llenaron de lágrimas —no...no —negué —no es cierto ¡Estás mintiendo! —chillé desesperada —ella está bien, está con Scott peleando contra el nogitsune.

—lo siento cariño, pero ella ya no está entre nosotros —me abrazó con fuerza.

—¿Qué pasó?

—los oni, uno de ellos la mató —explicó a grandes rasgos.

—no es posible, ¡era mi mejor amiga!

—lo sé —acarició mi cabello tratando de tranquilizarme. —por esto es que Scott no quería decirte, Ann, no quería que te alteraras.

—Entiendo —me sequé las lágrimas. —si el nogitsune no se hubiese alimentado de mí, quizás la hubiera salvado.

—también podrías haber sido tu la que moría —asentí —Annah, no puedes culparte por esto, no había forma de que supieras que iba a suceder.

—en realidad sí, pero por alguna extraña razón...no funcionó.

—¿por qué no comes algo, ahora? —me acercó el plato de comida.

—no tengo apetito.

—tienes que comer, anda —insistió.

—está bien.

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