Capítulo ochenta y tres "La vida es injusta"

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Estuve todo ese día en cama sin salir para nada, al final me enteré que en la escuela hubo un operativo por supuesta bomba, resultó que si había una pero en el departamento de policía. También supe que el culpable podría haber sido mi hermano o más bien el nogitsune.

Al otro día tuve intención de levantarme pero a último minuto decidí que no me sentía bien para ir a la escuela, a cada rato recordaba lo que ocurrió con Scott y lloraba desconsolada, estaba sola y eso me mataba aún más.
Pero al tercer día tuve que hacerlo, habían encontrado a Stiles y mi padre lo llevaría a Eichen House pues, él se iría a hablar con un médico y necesitaba saber que iba a estar bien. No quería quedarse conmigo porque sabía que suponía un peligro para mí.

Y aquí estábamos en el auto de camino a la casa Eichen, el auto estaba en silencio no había palabra que nos reconfortara.
Al llegar bajamos y nos quedamos mirando las imponentes rejas pero, algo nos distrajo; el motor de la moto de Scott.

—¿por qué no me dijeron? —preguntó al llegar.

—porque queríamos evitar algo como esto —explicó mi padre.

—solo son setenta y dos horas —comentó mi hermano.

—es el mismo lugar del que salió Barrow, el que tenía un tumor dentro de él lleno de moscas —nos recordó —aún no lo sabes todo. —miró a mi padre.

—sé lo suficiente, nogitsune, kitsune, oni o como sea que se llame.

—no, sorprendentemente todo es correcto —hablé por primera vez desde que salimos de casa.

—Scott, vi un resonancia mangnetica idéntica a la de mi esposa y eso en realidad me aterra —admitió —iré a Los Ángeles mañana para hablar con un especialista.

—¿por qué lo va a dejar aquí? —aproveché qué estaba distraido con mí padre para observarlo, lo extrañaba tanto y me estaba matando esta separación.

—no lo hará —desvíe la mirada lejos de él, en cuanto mi hermano habló —fue decisión mía.

—no puedo ayudarte si estás aquí.

—y yo no puedo lastimarte o a Hannah —se me hizo un nudo en la garganta con sus palabras.

—Deaton tiene algunas ideas y Argent va a traer gente, encontraremos algo y si no podemos...

—si no pueden...—se acercó a él —y si no pueden tendrás que hacer algo por mí, Scott —lo miró en silencio unos segundos —promete que no vas a dejar que salga.

La puerta emitió una vibración que indicó que podíamos entrar, así que nos acercamos.
Una vez dentro ellos fueron a hablar con la directora y yo me quedé afuera, la verdad no quería tener que enfrentarme a esa presión y dolor de dejar a mi hermano solo aquí.

Una vez que la entrevista finalizó, salieron los tres, la mujer se llevó a mi hermano pero antes le di un fuerte abrazo y luego, mi padre y yo nos retiramos de allí.
La vuelta a casa se hizo larga, el silencio reinaba en el auto como también la tristeza y me atrevería a decir que el miedo también.

—¿Peleaste con Scott? —mi padre rompió el silencio, lo voltee a ver sorprendida —si Annah, lo noté.

—mis ojos se llenaron de lágrimas —am...sí, pelee con él.

—¿Quieres hablar de ello?

—bueno, todo empezó porque quería poner en adopción a la bebé y Scott no quiso, entonces me trató de convencer de quedármela.Le prometí que lo pensaría —recordé —pero, yo estaba decidida a darla, entonces le pedía a Melissa que me buscará adoptantes y...lo hizo, encontró a una pareja, tuve la entrevista y todo fue bien —suspiré —y hace dos días tuve una segunda cita con otra pareja, Scott me vio y am...básicamente se enojó conmigo y rompió conmigo. —lloré. —viole su confianza, ¡y todo es mi culpa!

—ay cariño —tomó mi mano —estabas haciendo lo que creíste correcto.

—no me siento lista para ser madre —admití —y...no quiero darle ese peso a Scott a pesar se que él si quiere —intenté secar mis mejillas inútilmente. —no sé que hacer —negué —extraño a mamá, en estos momentos es cuando más la necesito y no la tengo.

—ojalá ella estuviera aquí, para ambos —murmuró —a mi también me hubiese encantado que no se fuera pero, así es la vida, Annieh.

—la vida es injusta —opiné.

—tienes razón, es muy injusta. —me miró de reojo —¿Seguro quieres quedarte estos tres días sola? Porque puedo hablar con Natalie para que te quedes con ella y Lydia.

—segura, estaré bien en casa. —aseguré.

[...]

Estuve en casa sola acostada en mi cama llorando y comiéndome mis penas, no tenía otra cosa que hacer.
El timbre sonó en algún punto del día, no sabía ni que hora era pero, no era algo que me preocupaba. Con algo de pesadez me levanté y fui a abrir la puerta.

—hola chicas —dije al ver a mis amigas frente a mí —pasen. —me hice aún lado. —¿Qué hacen aquí?

—venimos a verte —me abrazaron cosa que acepte porque realmente lo necesitaba.

—estoy bien —mentí.

—¿a quién quieres engañar, eh? Sabemos que no es así —comentó la pelifresa.

—suspiré —siento que estoy muerta en vida.

—no puedes ponerte así por un chico —opinó la cazadora.

—menos aún por Scott, puedes conseguirte a uno mejor.

—no quiero a uno "mejor" quiero a Scott —me dejé caer en el sofá.

—si te hace sentir mejor, él no está mejor que tú —admitió Allison.

—cometí el peor error de mi vida —otra vez lloré, las hormonas estaban fuera de control.

—Sólo hacías lo que...

—eso no justifica mis acciones —bajé la mirada —debí decírselo.

—oye, hagamos un momento de chisme para reconfortarte —asentí mirando a la banshee —Peter tiene un hijo.

—¿¡Peter Hale!?

—sip —sonrió.

—¡Dios se apiade de esa criatura! —me llevé una mano al pecho.

—¿Quieres saber quien es?

—¡obvio! —admití.

—Malia, la chica coyote que ayudamos ¿recuerdas?

—no...puede...ser —murmuré atónita.

—pobre chica, ¡que horror que tu padre sea Peter Hale! —exclamó la cazadora.

—¿y como se enteraron de eso?

—ambas chicas se miraron —fuimos a hablar con Peter, necesitábamos asesoramiento sobre...bueno, no importa. —negó la banshee —la cosa es que me pidió que trata de descifrar un recuerdo que su hermana tomó y que estaba en sus garras, así fue.

—si, entiendo. —asentí.

Estuvimos un rato más hablando de todo un poco y la verdad me ayudó bastante, lamentablemente la vista fue corta pero realmente lo agradecí, necesitaba este tiempo con ellas.

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