Capitulo 10

210 15 0
                                    

Una vez más, se apoderó de mi mano. Nos acercamos a la atmósfera sudorosa de la pista de baile. Apenas tuve tiempo de ponerme la chaqueta y agarrar mi bolso. Tomó mi mano una vez más. Ahora llevaba su chaqueta, empujó las mangas hasta sus antebrazos fuertes.

- ¡_!

Justin no le hizo caso, pero me volví para ver a Hayley buscándome preocupada. Su fuerza dominó la mía mientras me empujó hacia la salida. Era difícil mantener el agarre de Justin a través de la densa multitud. Mis dedos se escaparon de los suyos. Dejé escapar un pequeño grito cuando alguien agarró mi cintura. Definitivamente... No era mi noche. Levanté la vista hacia un hombre que claramente estaba borracho.

- Aléjate de ella. - gruñó Justin.

Se movió para empujarlo agresivamente, rápidamente di un paso hacia delante presionando mis manos contra su pecho, en un intento de detenerlo.

- Justin. - supliqué. - No lo hagas.

La imagen de él pegando a Jake aún estaba fresca en mi memoria. No podría soportar verlo de nuevo. Su pecho subía y bajaba pesadamente bajo mi tacto. Suspiré de alivio cuando agarró mi mano y continuó moviéndose a través de la multitud. Pronto estábamos en la puerta.

- Vamos.

Miré a Justin, su mandíbula estaba tensa. Me esforzaba por mantenerme a su ritmo. Poco tiempo después, ví el vehículo negro aparcado en la carretera vacía. Suspiré de alivio cuando me paré a su lado. Justin se detuvo bruscamente, dejándome confundida.

- ¿Justin?

Él no respondió. Desvié mi mirada hacia donde él estaba mirando. Un coche estaba aparcado justo enfrente de su coche. Mis latidos crecieron, y reconocí a los chicos del coche. Los amigos de Jake. ¿Estaban esperando a Justin?

Casi sin darme cuenta, me empujó hacia un callejón estrecho y oscuro. Justin apoyó su espalda sobre el frío ladrillo. Lo único que se podía oír era su respiración pesada. Cerré los ojos, aliviada de que nos ocultara de las personas que pretendían hacernos daño. Me sorprendí cuando los dedos de Justin apartaron el pelo de mi cara. Le miré a los ojos. Sus mechones rubios cayeron sobre su frente, con sus ojos mirándome fijamente. Justin era uno de los chicos más hermosos que había visto nunca. Y sin embargo, era de los más aterradores.

- Podemos caminar a mi casa, no está tan lejos. - susurró.

Tragué saliva nerviosamente, sin decir nada en respuesta. Él se apartó de la pared. Me tendió la mano. Miré sus nudillos ensangrentados. Era difícil decidir si el líquido rojo pertenecía a Justin o a Jake. Pero no importaba. Dejé de respirar cuando cerré la distancia entre nosotros desapareció. Mi espalda chocó contra la pared.

Extendió la mano, ahuecando mi barbilla e inclinándola a un lado. Sus labios hicieron contacto en mi mandíbula, y después en mi cuello. Chupó la piel caliente. Dejó un rastro húmedo de besos a lo largo de mi mandíbula mientras sus dedos se movían para descansar en mis caderas. El toque de Justin dejó mi cara. Hizo una pausa, mirando mis labios. Sentí su nariz contra mi mejilla. Después me dio un beso prolongado. Sus labios se movieron un poco, plantando otro beso en la comisura de mi boca. Cuando se dio cuenta de que no iba a empujarlo, atrapó mis labios con los suyos. El beso era un poco más urgente que el anterior. Enredé los dedos en su pelo. Y su mano comenzó a vagar por el interior de mi muslo.

- No. - jadeé.

Él se alejó sonriendo antes de chocar los dedos contra mi entrepierna. El tacto áspero me hizo estremecer de nuevo en la pared. Mi aliento salió a bocanadas temblorosas mientras le miraba fijamente. Me dio un beso en los labios y luego me separó de la pared.

- Vamos a mi casa. - me guiñó un ojo.

***

Habíamos tenido cuidado de no ser vistos por los amigos de Jake. Justin iba a recoger el coche por la mañana, evitando una confrontación inevitable con los amigos de Jake.

No tuvimos que caminar mucho hacia su casa. Puso su brazo fuerte por encima de mi hombro mientras me guiaba por las escaleras hasta la puerta principal. No pude evitar que mi pecho se levantara rápidamente hacia arriba y hacia abajo, el miedo de saber que iba a estar completamente a solas con Justin. En su piso. Me mataba por dentro. Eché un vistazo alrededor para ver las casas que se alineaban en el lado opuesto de la carretera. Ví a un vecino entrometido correr la cortina para ver quién estaba. Y eso me hizo pensar cuántas chicas había llevado Justin a su casa.

Abrió la puerta rápidamente. Entró encendiendo la luz del pasillo. Estaba congelada, todavía de pie en el escalón superior. Frunció el ceño y se volvió hacia mí, quitándose la chaqueta.

- Puedes entras, ¿sabes? - sonrió.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora