- No hay nadie allí. - confirmó.
- Gracias por buscar Justin.
Él asintió con la cabeza a mi madre, dándole una sonrisa con hoyuelos. Me apresuré a cerrar la distancia entre nosotros, envolviendo mis brazo alrededor de su cintura y lo apreté. No fue una reacción inmediata, de parte de Justin, colocó su brazo alrededor de mí, justo era decir que no esperaba mi gesto repentino.
- ____, está bien.
Mi brazo fue devuelto mientras aspiraba su olor fuerte, enterrando mi cara en su pecho. La extensión de su mano derecha se frotaba contra mi espalda mientras se inclinaba la parte superior de mi cabeza. Mis mejillas estaban hormigueando de rosa mientras me echaba hacia atrás, consciente de que mi madre nos estaba observando.
- ¿Pero no son ustedes los más lindos? Oh, voy a llegar tarde al trabajo.
Yo no podía dejar de reír cuando ella sin querer levantó su estado de ánimo. Sus manos frenéticas agarraron su maleta para un turno en el hospital antes de girar para hacernos frente.
- Me alegra saber que todo está bien, diviértanse en la exposición de arte. - ella se apresuró escaneando con los ojos la cocina por algo olvidado. - Y um, lo que hablamos. - su preocupación se dirigió hacia Justin.
- Ya lo tengo cubierto. - le aseguró.
- Ah, y pueden quedarse juntos esta noche, eres más que bienvenido a dormir aquí Justin. Bien, me voy.
Nunca la había visto pasar tan rápido, prácticamente corriendo a la puerta principal para ingresar a su turno de noche a tiempo.
- Tu mamá es graciosa. - Justin se rió entre dientes.
Su tono se dejó caer segundos más tarde, agarrando mis brazos y conectando nuestra visión.
- No tienes de qué preocuparte más, voy a cuidar de las dos, voy a resolver esto ____.
Su declaración fue firme, algo acerca de la forma en la que lo expresó con seguridad me hizo creer que quería decir cada palabra. Se calentó mi corazón al saber que estaba dispuesto a hacerse cargo tanto de mamá como de mí,
Nosotras nos habíamos quedado sin mi padre durante tanto tiempo que se sentía bien tener a alguien para cuidar de nosotras.
- Lo prometiste. - le recordé nuestra conversación de afuera, el acuerdo de que iba a acabar con sus expresivas actividades violentas.
- No lo he olvidado. - Justin tranquilamente habló. - Pero ahora nos tenemos que ir. - me informó mientras miraba su reloj.
Nos detuvimos junto a la acera del estudio de arte, la gente se arremolinaba alrededor del exterior, absorbiendo el humo de los individuos que sostenían cigarrillos mientras conversaban. El encendido se apagó, los dos, Justin y yo, nos liberamos de los cinturones de seguridad. Observé cómo él se bajó de su lado, mis dedos probando la manija de la puerta del pasajero, para mi sorpresa se abrió. Me quedé un poco confundida cuando Justin me ayudó a bajar. Él no reconoció el hecho de que bloqueaba la seguridad normalmente y en su lugar la había quitado mientras hacía clic en el botón de sus llaves, y las metió en el bolsillo de sus jeans.
- ¿Estás lista? - preguntó él.
Asentí con la cabeza, tomando su brazo mientras nos condujo por el pequeño grupo de personas fuera de la sede y fuera de las puertas de cristal del edificio. Había un gran número de caras que reconocí, yo estaba agradecida de tener a Justin introduciéndonos de nuevo, sus nombres previamente resbalaban de mi memoria. Me divirtió descubrir a Justin que a propósito rodeaba a la gente que pasaba y que yo sabía que él conocía, en sus palabras "arrogantes tipos del arte" Sin embargo, la descripción no se parecía a Ryan, que nos recibió bastante emocionado.
- ¿Te gusta?
- ¿Qué? - sonreí.
- Mira hacia abajo.
Seguimos sus instrucciones, sumergiendo la cabeza en los colores salpicados por el suelo. Nuestro lienzo había sido puesto bajo un cristal enorme, permitiendo a los invitados rastrear los patrones bajo sus pies.
- Wow.
