capitulo 82

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Mi pie presionado contra su pecho. Miré mientras él desabrochaba la pulsera en mi tobillo, poniéndola a un lado donde el resto de mis joyas yacían. Yo no podía dejar de reír mientras Justin trajo mi pierna más arriba antes de chupar uno de mis dedos de los pies. Una sensación de cosquilleo. Él me sonrió, apareciendo los hoyuelos en sus mejillas.

- Justin. - Reí, tratando de conseguir que se detuviera.

Cuando terminó la única joyería que quedaba era colgante de Justin. El avioncito de papel descansa a salvo en mi pecho. Jugó con la cadena antes de inclinarse hacia mí, con los labios viajando a mi oído.

- Vamos a dejar esto. - Su voz rasposa susurró.

Asentí con la cabeza en acuerdo. No me lo había quitado desde que me lo había dado, nunca salía de mi vista.

Sus manos rozando por mi cuerpo, tocando mis pechos y apretándolos suavemente. Cosquillas de placer estallando a través de mi piel en forma de piel de gallina. Él sabía exactamente qué efecto tenía sobre mí y estaba tomando el máximo provecho. Mi cabeza rodó hacia un lado, mi pecho subiendo y bajando rápidamente ante el contacto íntimo de Justin.

- No, mírame. - Ordenó.

Mis ojos parpadearon abriéndose cuando me encontré con su mirada intensa, sus dedos arrastrándose por encima de mi estómago. Cada toque diminuto parecía magnificado. La presencia de Justin lo abarcaba todo, abrumándome. Justin se había trasladado más abajo en la cama, dejando besos en mi piel sensible a su paso. Sus movimientos eran tan calientes y seductores. Si no estuviera echada, había una fuerte posibilidad de que me hubiera caído en un instante al suelo. Mi mente volvió rápidamente cuando sentí su toque en mi ropa interior.

- Sabes que esto me encanta. - Él jugueteó con el encaje. - Quiero quitártelos, pero todavía no... - Añadió Justin con un guiño.

Antes de que tuviera la oportunidad de recuperar el aliento él bajó la cabeza. Sus manos atrapado mis tobillos, clavando los pies de la cama, con las rodillas flexionadas. Su boca colocada sobre la parte delantera de mi ropa interior. Aliento caliente filtrándose a través de la fina tela en cuanto él resopló a propósito.

- Mierda. - Maldije.

Mi cuerpo tembloroso trajo una sonrisa de satisfacción en su cara, sin poder mover las piernas y bajo su misericordia. Su risa se oía y se sentía en cuanto él mordisqueó la piel de la parte interna de mis muslos. Un tobillo fue puesto en libertad, su dedo índice enganchando mis bragas a un lado. Mis caderas levantándose en cuanto su lengua se adentró en mí. Yo no estaba en modo alguno preparada para sus acciones. Pero yo sabía que Justin se complacía viéndome en este estado. Sus labios y su lengua trabajando en conjunto para tenerme gimiendo su nombre. Mi mitad inferior levantándose del colchón un poco, desesperada por más contacto. Su risa retumbante vibrando contra mí, su lengua en zigzag a lo largo de mi centro dolorido. Mis manos desesperadamente tomando en puño el edredón de alrededor mío, aferrándose a cualquier cosa que podía mientras Justin continuaba la prendida tortura. Mi pecho constreñido, mi aliento enganchado mientras su boca se cerró alrededor de mi clítoris, chupando la protuberancia pequeña.

Justin se levantó por un poco de aire, sonriendo.

- ¿Se siente bien?

Asentí con la cabeza, incapaz de hablar. Mis ojos se cerraron, mi mano a ciegas viajando hacia abajo para buscar los mechones suaves en la cabeza de Justin y para enredarlos entre mis dedos. Me sobresalté cuando su nariz rozó mi clítoris.

- No tienes ni idea de lo increíble que sabes. - Murmuró contra mí.

Sus palabras audaces estimulándome aún más, intensificando mi excitación ya aumentada. Yo sabía que no sería capaz de retrasar mi orgasmo durante mucho más tiempo, el hormigueo que significaba su aparición inminente, estallando a través de mi cuerpo. Algo que era cada vez más evidente para Justin mientras trataba de sujetar mis piernas alrededor de su cabeza. Su lengua caliente sacudió las sensitivas terminaciones nerviosas dos veces más antes de apartar mis piernas, alejándolas.

- Todavía no, bebé. - Su tono seductor.

Sentí como si no podía moverme, mis miembros fláccidos cuando Justin se levantó. Él se recostó en las almohadas, sus manos sujetándome por las caderas para llevarme fácilmente con él. Mi espalda apretada contra su pecho desnudo mientras él doblaba sus rodillas, mi cuerpo tendido en la parte superior de Justin. Todavía estaba un poco cautelosa por sus heridas, pero las heridas no parecían molestar a Justin en absoluto.

Suavemente movió mi cabello hacia un lado, la longitud cayendo en cascada por mi parte frontal. Mis pechos fueron palmeados suavemente antes de que una de las grandes manos sea levantada.

- Chupa. - Retumbó la voz ronca de Justin debajo de mí.


Tomé el dedo extendido en el calor de mi boca. Gemidos podían ser oídos mientras yo arremolinaba mi lengua alrededor, la lubricando la longitud. Mis labios fruncidos cuando Justin lo sacó.

- Buena chica.

No hubo pérdida de tiempo en el deslizamiento del largo dedo en la parte delantera de mi ropa interior. Grité en cuanto su índice se empujó dentro de mí, mis pies presionando sus muslos aún vestidos. Un fuerte brazo me sostenía a él mientras yo me movía con sus acciones implacables. Mi mano con fuerza sostuvo su bícep mientras él continuaba bombeando un dedo dentro de mí. Su pecho vibró en un gemido debajo de mí, ya que moví el trasero contra su entrepierna.

- J-Justin, por favor

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora