Me desperté con el sonido de un trueno. La luz intermitente brillaba por la ventana. Algo se movió repentinamente debajo de mí. Justin. Suspiré, me alegraba de haber sido despertada de un sueño horrible. Los eventos anteriores de la noche corrían por mi mente mientras dormía.
El bello rostro de Justin se iluminó por unos segundos antes de que la habitación se sumiera en la oscuridad otra vez. Sus largas pestañas descansaban en la parte superior de sus mejillas. Miré sus labios, el inferior estaba ligeramente hinchado por los golpes que había recibido. Nunca lo había visto tan tranquilo.
Pensé de nuevo en lo que me había contado antes de quedarnos dormidos. Me dolía el corazón con los recuerdos obviamente dolorosos de su madre y su hermana. Moví los dedos hacia su estómago, que estaba descubierto. Viajé hasta su pecho, arrastrandólos hasta el cuello. Fantasmeé por sus labios antes de acariciar su pelo.
Estaba tratando de protegerlas. La reacción de su madre le había roto por dentro, estaba desesperado por mantenerla a salvo, pero sus acciones violentas las habían asustado más que tranquilizarlas. Justin no podía soportar pasar por otra experiencia como la que presenció con su madre y su padre. Es por eso que arremetió contra el amante de su hermana.
No quería justificar el comportamiento violento que mostraba ahora, pero ciertamente podía entenderlo. Empecé a creer que las acciones de Justin hacia mí no era algo que debía temer. Pero él aún tenía esa ventaja intimidante.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando de repente, Justin se levantó. Sus manos agarraron las mías, tirando de mí hacia su cuerpo.
- Justin, es sólo un trueno. - susurré, tratando de calmarlo.
Sus brazos se movieron protectoramente alrededor de mi cuerpo. Moví los dedos por la piel desnuda de su brazo, poco a poco sentí cómo sus músculos se relajaban.
***
Miré la pequeña luz que salía de los bordes de la cortina. Justin todavía estaba dormido, con la boca ligeramente abierta. Salí de su agarre suavamente, arrastrando los pies fuera de la cama. Justin se movío, con la cara pegada a la almohada mientras roncaba. Abrí un cajón y saqué ropa.
Me volví para mirar su figura que seguía durmiendo antes de cerrar la puerta del baño. Me lavé y me cambié rápidamente. Apoyé los dedos en el manillar de la puerta, abrí la puerta. Posé los ojos en la cama. Las sábanas eran un desastre. Justin no estaba en ningún sitio. Se había ido.
Me senté en el borde de la cama, dejándome caer de nuevo en el edredón. Pasaron unos minutos antes de que me teléfono sonara. Busqué en el bolso que había dejado en la puerta, sacando el teléfono.
''Estate lista mañana por la noche a las nueve. Usa un vestido para mí''
***
Justin me llevó a un club diferente, más lejos de la ciudad. Una vez más, parecía ser habitual que el guardia le conociera y le dejara entrar. Su fuerte brazo colgaba en mi hombro, tirando de mí más cerca de su cuerpo.
- Tu culo se ve increíble con ese vestido. - susurró en mi oído.
Sabía que él me había estado mirando. El paseo hasta el club había estado lleno de miradas persistentes intentando exprimir mi culo. Se reía cada vez que posaba la mano en mi trasero, sólo para dejar un comentario sugestivo minutos más tarde.
Alcé la vista hacia él. Sus ojos merodearon por mi pecho antes de mirarme. Sonrió y me llevó a la barra, donde servía una rubia tetona. Ella trató descaradamente de coquetear con él, sólo para ser rechazada. O quizá Justin no había notado sus intentos de conseguir su atención o la estaba ignorando. Independientemente de eso, su interés estaba sobre mí. Algo que me pareció sorprendente, ya que la camarera era bastante guapa.