Justin se había sentado a mi lado en la mesa, en la que me sentaba generalmente, mientras él ayudaba a entrenar a la gente. A menudo me llevaba un libro para leer mientras esperaba a que terminara su trabajo. Chaz se había unido a nosotros unos minutos antes y yo proseguí a disfrutar de mi novela mientras hablaban de boxeo. Pero mi mente curiosa fue llevada de vuelta a la realidad en cuanto algo en su conversación despertó mi interés. Una pelea. Mi libro fue colocado a mi lado. Justin se había dado cuenta de mi repentina atención desviada, con los ojos mirando inquisitivamente a él. La conversación se detuvo cuando él tomó mi mano.
- Tengo una pelea. - dijo.
Su toque se retiró y se volcó a de nuevo a hablar con Chaz.
- Espera, ¿qué? - sacudí la cabeza. - Dijiste que no peleabas.
- Lo sé, pero planearon algo para la noche del viernes.
Siguieron conversando conmigo sentada al lado de ellos. Me miré las manos, jugando con mis dedos, recordando que Justin me había dicho que él no podía pelear con los de su peso. Sería un peligro para su competidor. Fruncí el ceño, apretando el hombro de Justin. Parecía un poco sorprendido por mi interrupción.
- ¿Está en tu categoría de peso? - pregunté bruscamente.
Él vaciló, mirándome. Parecía que estaba teniendo una batalla interna, no muy seguro si debía divulgar ese detalle.
- Justin. - exigí.
Mis dedos se clavaron en su piel. Pero me frustré más cuando una sonrisa se formó en su hermoso rostro.
- Eres hermosa cuando te enfadas.
Me estremecí cuando su mano se acercó a rozar mi mejilla. Justin estaba tratando de distraerme y su plan tuvo éxito durante un par de segundos antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo.
- Detente y contesta a la pregunta. - respondí.
Sus cejas elevándose ante mi tono no tan placido. Él me dio una sonrisa descarada, hoyuelos apareciendo en sus mejillas. Parecía tan joven.
- No.
La cabeza de Justin inclinada hacia un lado, sonriendo mientras esperaba a ver mi reacción.
- ¿No? - pregunté, arrugando la frente.
- Está en la clase mayor. - dijo.
Chaz había estado observando atentamente nuestra interacción. Claramente sorprendido con mi tono hacia Justin. Mi visión se posó en él para obtener su opinión sobre la situación.
- __, no te preocupes. Jus lo noqueará fácilmente.
Chaz golpeó ligeramente a Justin en el hombro mientras se reían.
- ¡N-no lo animes! E-el chico con el que pelearás será más grande que tú. Eso es peligroso, Justin.
Yo estaba cada vez más ansiosa. No quería ver a Justin lastimado. Mi mente entonces preguntándose donde iba a suceder. El gimnasio donde los dos muchachos trabajaban nunca le permitiría luchar, y mucho menos en contra de alguien en una categoría de peso diferente. Fue entonces cuando me di cuenta de que no les había dicho.
- La pelea no es legal, ¿verdad? - dije tranquilamente.
La lengua de Justin pasando sobres sus labios rellenos. Sus ojos mieles mirando intensamente a los míos.
- Técnicamente, no.
- Oh Dios mio. No puedes hacer esto. - hablé desesperadamente agarrando su mano.
- Chaz, ¿quieres darnos un minuto? - preguntó.
- Por supuesto. - sonrió, se giró y se fue caminando.
La atención de Justin y luego desviándose hacia mí. Me tomó la mano, guiándome a antes de caminar hacia la parte delantera del gimnasio donde estaban los vestidores. El cuerpo de Justin se puso en frente de mí, su altura sobrepasando la mía. Suspiré mientras sus largos dedos movieron mechones de pelo de mi cara.
- __, voy a pelear. - dijo con severidad.
Me di cuenta de que estaba frustrado por la interrupción de su teléfono sonando desde el interior de los vestuarios. Yo ya sabía nuestra rutina habitual, yo tenía que esperar mientras él tomaba la llamada. Él no dijo nada, sólo me dejó por mi cuenta mientras desaparecía por la puerta. Yo seguía enfadada, debido a mis propios pensamientos. Mi cabeza se movió antes de que yo caminara a un ritmo determinado hacia el vestidor de hombres detrás de él. Mi presencia asustó a algunos hombres, pero rápidamente salieron en cuanto vi a Justin. Se había quitado la camiseta y estaba de pie caminando de un lado a otro, sólo en shorts.
- Mira, ya tengo bastantes problemas con __, sin contar los que tengo contigo.
¿Por qué demonios iba a pelear con alguien? Apreté los puños en mis costados. Los hombres y sus egos estúpidos. Él iba a hacerse daño a causa de su bravura y su falta de sentido para saber cuándo retroceder. Mi pecho se levantó, tomando una respiración profunda.
- Ya te lo he dicho, no depende de ti. - gruñó. - Puedo hacer lo que quiera. - agregó bruscamente.
Yo había tenido suficiente de esto. Mi ira se desbordó mientras di un paso hacia delante agarrando el teléfono de su oreja.
- ¿Vas a dejar el jodido teléfono, Justin?