capitulo 65

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No podía borrar la sonrisa de mi cara mientras paseaba por el pasillo. Nos íbamos a encontrar. Después de cuatro años iba a ver a mi madre y a mi hermana. Mis ojos se iluminaron cuando vi a __. Ella era la razón, la hermosa chica. Si no fuera por ella, nunca lo habría intentado. Hubiera estado el resto de mi vida pensando que mi familia no me quería. Una sensación de estar perdido, sin amor, con un dolor constante en el pecho.

Ella estaba despierta, sentada, con las rodillas flexionadas mientras se recostaba contra el cabecero. Su mano viajó apresuradamente a su pelo, tratando de dominar los cabellos ondulados.

- Hola, bella.

Ella sonrió tímidamente. - Buenos días.

Me metí en el extremo de la cama, __ tomó su labio inferior entre los dientes.

- ¿Quieres mi té? - pregunté con gracia, levantando las cejas.

- Ahora es el mío.

Me encantaba cuando era juguetona conmigo. Una sonrisa irrumpió en mi cara, tomando la taza de su mano y colocándola en la mesilla de noche. Su inocencia brillaba a través de sus ojos cada vez que los abría. Mis manos se apoderaron de sus tobillos y en un movimiento rápido la acosté sobre su espalda por debajo de mí. Sonreí, sintiendo el contacto de su cuerpo a través de la camiseta que llevaba.

- Bueno, tú eres mía. - susurré.

***

Jazzy's POV:

- ¿Crees que vendrá? - pregunté con ansiedad.

- Por supuesto que lo hará. - sonrió tranquilizadoramente, pero me di cuenta de que estaba tan nerviosa como yo. - Aunque puede que sea un poco tarde.

Nos reímos, Justinnunca había sido realmente alguien puntual. Mi madre y yo habíamos estado más unidas desde que se había ido mi hermano mayor. La idea de perder a otro miembro de la familia era totalmente indescriptible.

- ¿Crees que lo reconoceremos? - pregunté.

Tenía la esperanza de que su cabello no hubiera cambiado; su pelo claro y sus hoyuelos eran una especie de firma, junto con su sonrisa descarada. Cuando mi madre no respondió, la miré. Pero su atención se había centrado en la puerta, con la boca ligeramente abierta antes de que la cubriera con su mano. Me volví en el taburete para ver a un chico alto, de pelo alborotado. Sus ojos mieles recorrieron la zona, su boca formó una sonrisa descarada cuando nos vio. No podía moverme de mi posición y tampoco podía mirar a mi madre. Si no fuera porque estábamos en un lugar público, probablemente me encontraría ahora en el suelo.

Se dirigió a nosotras, llevaba una camisa vaquera abotonada hasta arriba, con converse blancas. Parecía mucho más viejo, más alto. Mis ojos absorbieron su cara. Su mandíbula estaba más definida, y la piel lisa mostraba un atisbo de barba. Pero fueron sus ojos lo que llamaron mi atención. Una sombra más profunda de color miel... más oscura.

Mi madre fue la primera que envolvió sus brazos con fuerza alrededor de su cintura, enterrando la cara en su cuello. Él la abrazó estrechamente. Justin sonrió, mirándome cuando levantó el otro brazo y me ofreció un abrazo. Me levanté de un salto, aceptando rápidamente la oferta. Apoyé la cabeza en su pecho duro, las lágrimas rodaron por mis mejillas.

- Justin. - lloré suavemente.

Mi madre todavía se aferraba a él cuando me eché hacia atrás, mirándole a la cara. No podía creer que fuera él. Después de todo este tiempo, nunca pensamos que lo veríamos de nuevo.

- Eres tan alto. - comenté.

- O eso, o que tú eres más pequeña. - respondió juguetonamente.

- Tu voz es profunda.

- Me lo dijiste por teléfono. - rió.

No pude evitar sonreír al escuchar su risa de nuevo. Le miré, con las manos agarrando su brazo libre. Sentí que mi boca caía ligeramente cuando apreté su bíceps.

- Mierda, tus músculos son enormes. - dije con efusiva incredulidad.

Todavía no podía dejar de pensar en que él todavía era un adolescente torpe de dieciséis años. Su cuerpo había perdido toda la grasa. Ahora lo ocupaban músculos definidos.

- Puede que no seas capaz de hacerme una llave ahora. - bromeó.

- No puedo creer que seas tú. - susurré.

Pero al pensar en el tiempo que habíamos estado separados, no podía detener los horribles recuerdos de escuchar a mi madre llorar hasta quedarse dormida por las noches. Deseando haber hecho algo para detener a Justin de que se fuera. Ambas estábamos angustiadas por su desaparición. El dolor volvió con toda su fuerza. Era casi como si hubiera muerto. Los sentimientos que habíamos experimentado mi madre y yo, eran casi como si acabara de morir alguien importante de nuestra familia.

Tiré de su brazo, Justin me miró con confusión. Le golpeé con fuerza en el pecho.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora