Me aferré a Justin, mis tobillos se cerraron alrededor de su cintura mientras sin esfuerzo subía por las escaleras a su apartamento. Su pelo estaba enredado entre mis dedos, mis labios besando su mandíbula mientras Justin hacía maniobras con las llaves en la cerradura. Cerró la puerta con el pie, apretándome contra la madera mientras sus dedos temblaban al poner la cadena. Puse mi cara en el hueco de su cuello, mis manos cosquilleando bajo la chaqueta de Justin para retenerlo bajo la ropa. Me sentía segura mientras me acurrucaba más en su reconfortante calor, absorbiendo la temperatura elevada mientras respiraba un olor que parecía nublar mis sentidos.
Pero la comodidad pronto se transformó en deseo, de suaves besos a marcas de pasión quedando en su piel mientras mi labios sin temor succionaban la base de su cuello. Salió un gruñido áspero seguido de un aliento bruscamente inhalado mientras Justin respondió apretando mi trasero con dureza.
- Te deseo tanto.
- Bájame. - me reí sin aliento.
Mis pies tocaron el suelo, alejándome mientras Justin me seguía. El pasillo estaba débilmente iluminado, pero no era difícil detectar la seductora sonrisa plasmada en el rostro de Justin. Hubo apenas un par de centímetros que separaban nuestros cuerpos. El calor latente de los ojos de Justin manteniéndose tentativamente sobre mí mientras se desnudaba, tomándose su tiempo para quitarse la chaqueta oscura que llevaba. La cual dejó caer en el suelo.
- Quiero ser sucio contigo.
La frente de Justin contra la mía, arrugando mi vestido mientras una mano subía tranquilamente por el interior de mi muslo. Sus hoyuelos fueron mostrados cómo efectivamente cesé sus esfuerzos, apretando mis piernas juntas.
- Paciencia...
Agarrando el material de la camisa de Justin lo tomé por sorpresa empujándolo contra la pared con tanta fuerza como pude reunir. Sus labios entreabiertos, hinchados por el placer, con los ojos completamente cerrados Disminuí la distancia entre nosotros, a toda prisa tratando de desabotonar la camisa de Justin. Su movimiento brusco me dejó asombrada, tirando de ambos lados de la camisa para abrirla con fuerza. El sonido de los botones golpeando el suelo. Nunca había sido testigo de algo tan desesperadamente sensual, las palmas de mis manos sobre el estómago y el pecho descubierto de Justin. Parecía casi como un Dios, todo bronceado y musculoso... mío.
- Me gusta cuando eres dura conmigo. - admitió Justin.
Las últimas palabras apenas habían salido de su boca antes de que rasguñara con las uñas a lo largo de su torso, asegurándome de dejar unas líneas sobresalidas en señal de gesto severo.
Justin maldijo entre dientes.
- Te llevaré a mi cama.
Mi corazón latiendo rápidamente con su promesa, presionando un apasionado beso donde el aire caliente estaba siendo expulsado. Lamentablemente me aparté de la tentación de sus labios, girando y caminando por el pasillo. Mis zapatos fueron apartados, pero me detuve en la puerta de la habitación mientras me esforzaba por escuchar sus pasos finales. Miré detrás de mí para descubrir que había estado observando todos mis movimientos. Una mirada ardiente en la piel que yo sabía que él deseaba descubrir. Nos paramos directamente uno frente al otro, una buena distancia entre nosotros, mientras descuidadamente quitaba la ropa de sus anchos hombros. Yo había entendido con rapidez que el cuerpo de Justin estaba cerca de la perfección, en mi opinión al menos. Incluso la variedad de cicatrices que habían sido resultado de peleas sostenían una belleza intrigante y algo entrañable. Me preguntaba si alguna vez volvería a abrirse completamente y contarme los orígines de todos esos recordatorios permanentes.
Mi mano se levantó delante de mí, tentando a Justin con mi índice moviéndose en un gesto que lo invitaba a acercarse a mí.
- Ven aquí.
Su sonrisa suspendida más arriba en la mejilla derecha que en su izquierda, quitándose los zapatos mientras caminaba hacia delante. Pronto estuvimos en la cómoda cama de Justin. Una vez que la pequeña lámpara se encendió, mi atención se desplazó de nuevo a él, ahora estaba descalzo en tan sólo sus pantalones negros. Los ojos de Justin estaban iluminados con picardía cuando levanté mi mano para que no se acercase. Su paciencia fue notada cuando me incliné hacia delante, mis dedos viajando hasta la falda de mi vestido, enganchándolos en mi ropa interior y tirando hacia abajo por mis piernas. Salí de ellos, dejando caer el material al suelo antes de estar de pie con la espalda recta, una vez más. La mirada que Justin me dio fue de lujuria, sin poder evitarlo, me sonrojé mientras él practicamente me desnudaba con la mirada.