Me sostuve del antebrazo de Justin, saltando hacia debajo de la pared y la vinculación de mi mano con la suya caminando la corta distancia hacia el coche. Esta vez fui ayudada en el proceso de mi ascenso por un par de manos cálidas que descaradamente dieron unas palmaditas en mi trasero antes de que yo no tan cortésmente le dijera a Justin que se apartara.
Había conducido de vuelta a mi casa en un estado de ánimo un poco más feliz, Justin ya se había cambiado y estaba esperando en mi habitación mientras yo me cambiaba en el baño. Antes de salir, revisé mi aspecto en el espejo, la fijación de unos mechones que no se habían sostenido en la cola de caballo. Mis dedos tiraron del dobladillo de mi nuevo top, el escote muy sacado un poco más bajo de lo que yo estaba acostumbrada. Mis amigas habían dado su aprobación junto con los shorts de mezclilla. Había solicitado un poco de maquillaje, comprobando que la máscara era impermeable antes de aplicarla por mis pestañas.
- Vamos _____. - llamó Justin.
- Espera.
Una última mirada fugaz en el espejo confirmó que estaba lista, saliendo por la puerta de baño y al dormitorio. Me paseé por delante de Justin, dirigiéndome directamente a mi bolso. Incluso estando de espaldas pude sentir la curiosa sensación de hormigueo de su mirada sobre mí. Un chillido escapó de mi boca cuando unos finos dedos tiraron de la parte inferior de mis shorts de mezclilla.
- ¿Qué estás haciendo? - le pregunté sorprendida audazmente volviéndome hacia Justin.
Una gorra estaba domando ahora los mechones de su pelo rebelde, una apretada camisa negra aferrada a su torso. Llevaba una camisa a cuadros negra sobre la parte superior, pantalones y un par de zapatillas grises Nike.
- Tratando de encontrar el resto de estos shorts. - tiró suavemente de nuevo.
Resoplé con fastidio, golpeando sus manos.
- Los shorts están bien.
Mi tranquilidad se negó a someter el ceño que Justin llevaba. Nos quedamos juntos mientras jugaba con el final de mi cola de caballo, corriendo el cabello entre sus dedos. Mi cabeza cayó hacia delante, descansando sobre su pecho y escuchando el latido de su corazón. Me hizo sentir cansada por alguna razón.
- ¿Los elegiste tú?
Sus brazos se colocaron alrededor de mi cuerpo, reconfortante y cálido.
- No. Hayley lo hizo.
- Mmm. - reflexionó.
Luché contra mi deseo, alejándome. El abrazo de Justin seguía, ahuecando mis codos para que yo levantara mis brazos para recorrer su cuello. Me puse de puntillas.
- ¿No te gustan? - le pregunté un poco decepcionada.
