capitulo 107

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Mi corazón revoloteaba en mi pecho, mi boca presionando desesperadamente un beso fuerte en el rosa suave de sus labios. Las ondas de mi pelo que contenían toques de color, como cortinas alrededor nuestro, ocultando la acción cada vez más apasionada. Una pequeña risita fue lanzada entre nosotros cuando los dedos de Justin trazaron un patrón en mi costado desnudo. Mi cabeza se alejó un poco, rompiendo nuestro contacto antes de que él gruñera en molestia, sosteniendo mi barbilla y continuando el movimiento encendido de nuestros labios.


- ____. - cuestionó Justin.


Besé ligeramente su boca por útima vez. Las cejas de Justin se unieron en un ceño mientras me miraba fijamente bajar por lo largo de su cuerpo. Di un beso al pequeño camino de vellos que desaparecía en sus boxers que eran visibles por encima de sus jeans. Mi nariz corría a lo largo de la banda de su ropa interior mientras mis dedos abrían torpemente su cinturón. Logré abrirlo, haciendo estallar el botón. Justin no parecía preocuparse por la pintura que actualmente estaba manchando su ropa, mis manos limpiando los últimos restos de color de mis caricias en sus pantalones antes de abrirlos por completo. Con su ayuda pude tirar de ellos un poco hacia abajo. Tenía la sensación de que mi amante de pelo claro sabía exactamente lo que estaba haciendo, y me dio una pequeña sonrisa para tranquilizar mi mirada nerviosa.


Agarré suavemente el borde de sus boxers, extendiéndolo lejos de su piel tibia antes de meter con cuidado mis dedos libres de color. Vi sus labios carnosos entreabrirse, sus ojos fijos en los míos. Mi toque curvándose suavemente alrededor de su pene, liberándolo de los confines del tejido apretado. El miel de los ojos bonitos de Justin estaba oculto desde mi punto de visión, su cuerpo tensándose. Su ropa interior amontonada antes de que enganchara el elástico de su cadera, llevándolo un poco más abajo.


Un pequeño grito de asombro se escapó de mis labios cuando fui testigo de la contracción del miembro de Justin cada vez más duro que descansaba sobre los tonificados músculos de su estómago desnudo. Mis dedos cuidadosamente bombeando hacia arriba y abajo, engatusando sonidos suaves salir de los labios de Justin mientras él me permitía expresar mi curiosidad. Miré con asombro cómo la sangre corría a su entrepierna, contrayéndose de nuevo cuanto tenté ligeramente la base con la pun*ta de mi lengua cálida. Su miembro cada vez más grueso, más duro, más pesado. Mi pulgar rozó lentamente sobre la cabeza, las caderas de Justin levantándose.


Mi mente retrocedió rápidamente a mi conocimiento limitado de lo que Justin deseaba, de cómo le gustaba que lo tocaran. Tomé sus bolas en mi mano, apretando ligeramente mientras iba en busca del punto sensible del que me acordaba de la última vez. Segundos después, un gemido gutural salió por encima de mí. Eso trajo una sonrisa a mis labios, con cuidado hundiendo los dedos en la zona otra vez. Mi otra mano estaba ocupada en la prestación de ligeros toques en la cabeza de color rosa de la erección palpitante de Justin. Nunca lo había visto tan inquieto, incapaz de reproducir una frase coherente. Sus manos estaban en puños apretados a sus costados. Me sorprendió la áspera y ruda voz de Justin que resonó en todo el estudio vacio.


- No me tientes. - habló con dureza.


Si me hubiera hablado de esa manera cuando nos conocimos por primera vez, me hubiera quedado petrificada con su tono amenazante. Pero mirándolo ahora, tendido y en mi misericordia, la vista trajo una sonrisa a mis labios. Yo tenía el control. Me gustaba.


- ____.


Estaba desesperado, elevando las caderas un poco. Lo solté, mis palmas presionando sus entradas y con fuerza empujándolo hacia el suelo. Justin miró furioso, con la mandíbula tensa por la frustración mientras se lo negaba. Se movió debajo de mí, mis manos capturando sus muñecas antes de que pudiera tomar el control con sus propias manos. Una chispa de emoción corrió a través de mí ante la idea de presenciar a Justin dándose placer a si mismo.


No podía negar que había una pequeña parte de mí que deseaba dejarle hacerlo, ver cómo él alcanzaba su propio orgasmo. Pero no se lo permitiría.


- Compórtate. - lo regañé.


Trajo su peso sobre sus codos, apoyándose. Los ojos de Justin se oscurecieron, nadando en una seductora lujuria, inclinó la cabeza a un lado y sin vergüenza miró todo mi cuerpo con su visión penetrante. La pequeña sonrisa en su boca difundiéndose mostrando su cambio de humor repentino, mordiéndose el labio inferior antes de lamerlo un poco con la lengua. El pecho de Justin subía y bajaba duramente mientras permanecía tranquilo.


- Buen chico.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora