Oww. - se frotó sobre la llaga.
- Nos dejaste. - lloré. - Cuando te necesitábamos, nos dejaste.
La burla en sus ojos desapareció. Nos acercamos, mis dedos suavemente agarraron su mano. Mi madre había estado en silencio todo el rato. Era mucho que ella dijera algo, sobre todo porque no había hablado con él por teléfono.
- Pensaba que no me queríais. - habló en voz baja. - No después de lo que pasó.
Las palabras de Justin se cerraron en mi corazón. Parecía un niño perdido, su aspecto era más fuerte, no pudiendo ocultar la leve vulnerabilidad que aún sostenía.
- Eres un idiota, Justin. Por supuesto que te queríamos. Eres mi hermano, siempre te querré.
Se mordió el labio mientras bajaba la cabeza. Se apoderó de nuestras manos, casi con miedo de dejarnos ir.
- Lo siento. - susurró.
Traté desesperadamente de contener las lágrimas. Sabía que Justin había preferido quedar en un sitio público para evitar una escena.
- Oh Dios. - murmuró mi madre.
Su mano libre agarró la parte posterior de su cuello, tirando de él hacia abajo. Su cabeza descansó sobre su hombro mientras le acariciaba el pelo. Le oí oler a la ligera, su gran mano sostuvo la mía con fuerza.
- Lo siento. - su voz se quebró mientras repetía las palabras.
- Está bien. - mi madre le consoló.
***
- ¿Dónde está tu cadena? - pregunté.
Le habíamos dado a Justin el collar por su decimoquinto cumpleaños. Nunca se la había quitado.
- Alguien más la usa ahora.
Fruncí el ceño, sin entender por qué lo habría regalado. Había significado tanto para él. Pero mi mente encontró el sentido a sus palabras de amor. Suspiré al tiempo que una sonrisa se extendía por mi rostro.
- ¿Es un chico? ¿Cómo se llama? - corrí.
Negó con la cabeza riendo.
- Jazzy, me gustan las chicas. - se quejó.
Estaba a punto de volver a hablar antes de que una camarera pechugona se acercara con las bebidas. Ella ni siquiera nos miró a mi madre o a mí, su atención estaba por completo en Justin.
- ¿Algo más?
- No, creo que estamos bien, gracias. - Justin nos miró.
Mi estómago era un remolino de nervios ante la idea de ver a mi hermano otra vez, apenas había comido nada. No tenía apetito. Nos asintió y se dio la vuelta en silencio antes de irse. Miré a Justin que no parecía darse cuenta de las no tan sutiles llamamientos que la rubia le estaba dando.
- Y al parecer, también tú a las chicas.
Sacudió su pelo, sonriendo. Recorrí con la mirada las otras mesas. Era cierto, una serie de ojos femeninos miraban a Justin, curiosas. Miradas furtivas viajaban arriba y abajo de su cuerpo. De repente me sentí protectora, era mi hermano mayor al que comían con los ojos. Le di a una particula mujer una mirada dura. Parecía un poco nerviosa antes de regresar de nuevo a su conversación con quien supuse que era su novio.
- Háblanos de ella. - mi madre sonrió.
Mi enfoque se precipitó de nuevo a nuestra mesa. De repente me convertí en una gran curiosa acerca de quién estaba enamorado Justin.
- ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Dónde os conocisteis? ¿Podemos verla?
- Jazzy, para. - rió.
Su labio inferior estaba tomado entre sus dientes nerviosamente, sus ojos nos miraron a mi y a mi madre. Sonreí mientras arrastraba los pies en el asiento. Su aprehensión lo hizo lucir más joven, el chico que recordaba.
- Se llama __. - inclinó la cabeza habia abajo, tratando de ocultar el sonrisa que salpicó sus mejilla. - Es hermosa. - murmuró en voz baja.
- Aww, Jus. - arrullé, a lo que me dijo rápidamente, bastante grosero, que me callara.
