Traté de rodar fuera de él, pero él no me dejó, su brazo apretándose más.
- No, no lo hagas, __. Quédate conmigo. - Él me dijo con voz entrecortada.
Mi cabeza cayó hacia atrás sobre su hombro en la derrota, pero su toque aún causándome retorcerme encima de él. Justin gimió con la fricción que estaba creando contra su entrepierna. Un creciente prominente bulto presionado contra mí. El retumbar de su corazón, se podía sentir en mi espalda.
Nunca había experimentado nada como esto antes.
- Voy a hacerlo despacio. - Él me informó.
No le respondí, incapaz de hacerlo. Mis músculos se tensaron cuando intentó entrar en mí de nuevo.
- __, necesitas relajarte.
Mis ojos completamente cerrados en cuanto un segundo dedo se hundió en mí. Mi emoción le hizo un poco más fácil a Justin poder moverse dentro de mi calor apretado. La nueva sensación era incómoda, extendiéndose mientras Justin profundizó la acción de bombeo. Era amable, no quería forzarlo. No podía controlar los gemidos que salían de mis labios. Mis talones se clavaron en sus muslos mientras el ritmo aumentaba gradualmente.
- Eres tan estrecha. - Él dijo jadeante.
La mano libre de Justin agarró la mía, acepté agradecida el gesto reconfortante. Mi boca entreabriéndose mientras mantenía sus dedos inmóviles dentro de mí, dejándolos de bombear. En lugar de eso, luchó por girarlos. Le oí maldecir por debajo de mí cuando mis paredes involuntariamente apretaron alrededor de su intrusión. Los suaves movimientos de Justin dejaron mi mente en un lío, sus largos dedos acariciándome por dentro. Cuando los curvó lancé un chillido. Sus puntas tocando un punto que nunca supe que existía. El placer que sentí fue mucho más de lo que podía imaginar.
- J-Justin, quiero besarte. - Supliqué.
Odiaba no ver su rostro. Quería verlo, disfrutar de cada uno de sus detalles. El aire fue inhalado fuertemente cuando Justin cuidadosamente sacó sus dedos de mí. Su brazo se liberó de mi cintura permitiéndome rodar fuera de él y hacia un lado. Me sentía agotada, mi respiración convirtiéndose solo en exhalaciones. Mi cabeza perezosamente se volcó hacia el impresionante muchacho que me había llevado cerca del orgasmo dos veces en un período de tiempo increíblemente corto.
Mis ojos se ampliaron cuando fui testigo de Justin llevando sus dedos a la boca, cerrando los ojos mientras los metía por sus labios de color rosa. Sus largas pestañas revolotearon antes de que su cabeza se volcara hacia mí, chupando desesperadamente. Cuando los retiró renuentemente de su boca, la lengua de Justin se deslizó hacia fuera, seductoramente lamiendo alrededor de sus labios hinchados mientras tarareaba complacido. Sus brillantes ojos mieles siguieron mirándome, él desabrochando su cinturón. El botón fue pronto abierto, la cremallera bajada.
- ¿Vas a ayudarme? - Él preguntó juguetonamente.
Levanté el pelo de mi cara, buscando fuerzas y arrastrándome. Besé su mejilla antes de agarrar la parte superior de sus jeans. Sus caderas se elevaron, lo que me permitió bajar la tela por sus largas piernas. Me reí, tratando de retirar el material antes de que Justin se retorciera con éxito antes de tirar la ropa al suelo.
Hoyuelos aparecieron a cada lado de su sonrisa mientras miraba a Justin. El hermoso muchacho echado sobre mis sábanas. Él era el mío. Mi peleador, mi protector, mi ángel.
- Me estoy sintiendo solo por aquí. - Justin juguetonamente dijo con un puchero. - ¿Vas a venir a acompañarme? - Sus ojos brillaban con diversión.
Una profunda risa ronca hizo eco por toda la habitación en cuanto una sonrisa incontrolable apareció en mi cara. Mi cuerpo fue rápidamente encima de Justin. Nos encontramos en un beso provocador, mis dientes suavemente tirando de su labio inferior. Mi contacto fue sobre él, deslizándose sobre su fuerte pecho que subía y bajaba a un ritmo creciente debajo de mí. Apenas sentí los dedos de Justin arrastrándose por mi espalda, mi postura rígida en cuanto el broche de mi sostén fue abierto bruscamente.
Mi cuerpo se apartó un poco. Él se deslizó suavemente las correas de mis hombros, mi boca empezó a secarse. Seguía sobre su regazo mientras Justin se movió para sentarse. El encaje negro cayó de mi forma temblorosa.
Sus ojos mieles sosteniendo los míos. Sus grandes manos se colocaron alrededor de mi espalda, animándome a acercarme. Mis pestañas revolotearon cuando nuestros pechos desnudos entraron en contacto. Mis pechos presionados firmemente a la dureza del torso de Justin. Su cabeza rodó hacia atrás, un suspiro de satisfacción fue liberado. La plata fresca de su cadena atrapada entre nuestros cuerpos ahora húmedos.
- Justin.
Su piel estaba caliente, me encantaba estar envuelta en sus fuertes brazos. Me aproveché de su estado debilitado, colocando suaves besos por su cuello al descubierto. El embriagador aroma de Justin abrumando mis sentidos, sumergiendo mi rostro al hueco de su cuello. Nunca quisiera que me dejara ir. Mis labios se perdiéndose a lo largo de su mandíbula definida, poniendo mis manos en sus hombros mientras suavemente le animaba a que se acostara. Justin obedeció, sosteniéndome con fuerza. Sonreí cuando con dulzura frotó nuestras narices antes de darme un beso en la boca. Mis dedos apartaron los mechones que caían sobre su frente.
- Soy tuya. - Apenas susurré.