- ¿Qué puedo hacer por ti, amor? - sonrió.
La expresión facial estaba lejos de ser reconfortante.
- Cancela la pelea. - exigí.
Él sacudió la cabeza a mi petición, ahora sonriéndome. Abrí un poco más los ojos mientras se acercaba. Su altura era muy parecida a la de Justin, se alargó por encima de mí. Pero me negué a hacerle saber que me estaba intimidando, a pesar de lo que había oído hablar de su reputación con las mujeres. Me mantuve firme.
- ¿Y cómo te llamas?
Su voz era paternal, me hablaba como si fuera una niña. Tragué saliva mientras se inclinaba ligeramente hacia abajo. Mi miedo mezclado con la ira, era obvio que no me tomaba en serio.
- ¡Sólo tienes que cancelar la pelea! - levanté la voz.
Sus cejas se levantaron con mi tono mientras me miraba.
- Bueno, no lo haré. - habló en broma.
Mi cabeza se volvió rápidamente con el sonido de la voz ronca de Justin. Incluso desde el pasillo aún lo pude oír.
- ¿Dónde demonios está __?
Divertido, el hombre trajo mi atención hacia él.
- ¿Eres __? Porque no creo que Justin esté muy contento contigo. - sonrió. - Ahora, si me disculpas, estoy a punto de derrotar a tu novio. - su voz celebraba una oscuridad inquietante.
Estaba desesperada. Sabía que no iba a dar marcha atrás, y menos Justin. Pero todavía me aferraba a esa pequeña pizca de esperanza de que todo terminaría. Justin se iría y yo podría olvidarlo todo. Pero eso era un deseo del cual me di cuenta que no se haría realidad. Las lágrimas surgieron de mis ojos. Me di la vuelta mientras trataba de llegar a él, agarrando su muñeca.
- Por favor... cancela la pelea. - supliqué débilmente.
Fue entonces cuando sentí que me agarraban la cintura desde atrás. Mis pies dejaron el suelo, ya que estaba en el aire y alejándome de la habitación. La pesada respiración de Justin se podía sentir en la parte posterior de mi cuello. Llegamos a la mitad del camino antes de ponerme de nuevo de pie y darme la vuelta bruscamente. Me miró furioso.
- ¿Estás loca? __, te dije que te quedaras con Chaz. - se enfureció. - ¿Sabes lo que ese tipo ha hecho y sin embargo todavía vas y lo enfrentas? ¿En qué estabas pensando?
No pude responder, me quedé sin palabras mientras bajaba la cabeza. La sorpresa de Justin era evidente al abrazar mis brazos a su cuello, aferrándome a él mientras lloraba.
- P-porfavor no hagas esto. - lloré en silencio en su pecho, las lágrimas de desesperación mojaban su camiseta.
Lo oí suspirar fuertemente, envolviéndome en un abrazo protector. Su barbilla descansaba en la parte posterior de mi cabeza, la respiración comenzaba a equilibrarse. Nos quedamos por un momento en esa posición antes de que alguien me sobresaltara gritando el nombre de Justin. Trató de animarme a caminar por el pasillo con él, pero yo sólo apreté su mano. Me levantó del suelo, acariciándome el pelo.
Nos quedamos en silencio mientras me llevaba a la habitación en la que había eludido la atenta mirada de Chaz.
***
- Ella se queda conmigo. - confirmó Justin.
Hubo unos segundos de silencio antes de que Chaz asintiera y abandonara el cuarto. Me senté en la mesa del fondo, una vez más, la mirada verde de Justin bloqueó la mía antes de quitarse la parte superior. Lo miré aturdida mientras miraba cómo bajaba los pantalones vaqueros, sustituyéndolos por unos cortos azul marino.
Se acercó a mí, una pequeña sonrisa en el rostro. Le permití separar mis rodillas, su cuerpo se colocó entre mis muslos. Colocó sus manos grandes en mi espalda, deslizándome hacia delante ligeramente. Su pelo hizo cosquillas en mi piel cuando bajó la cabeza, llevando sus labios gruesos a mi oído.
- Te prometo que saldré con vida. - bromeó.
Dejó un beso en mi oreja cuando no le di respuesta. Obviamente dándose cuenta de que no estaba de humor para sus bromas. Se echó hacia atrás, sus ojos mieles ardieron en los míos. Giré mi cabeza cuando apoyó su mirada en mis labios. Parecía sorprendido por mi rechazo, como le había negado en nuestra primera cita. Su nariz golpeó mi mejilla, deseando que aceptara su afecto.
- ¿No me das un beso? - susurró.
Cerré los ojos ante su voz. Sus dedos agarraron el borde de mi camisa.
- Para darme buena suerte.
Mi silencio hizo que se rindiera. Mi cuerpo parecía tenso mientras sus labios dejaban un beso en mi mejilla.
El aliento temblaba en mi boca mientras me soltaba y me dejaba fría y sola en la esquina de la habitación, ahora aterradora. Vi cómo recogía sus guantes antes de hacer su camino a la puerta. No me miró mientras salía. El corazón latía violentamente en mi pecho.
Moví la cabeza, no podía dejarlo ir, no así. No quería que se preocupara por mí, sobre todo cuando estaba a punto de entrar en un ring de boxeo. Tenía que concentrarse en eso, no en mí. Me apresuré hacia la puerta. Mi mirada ansiosa cayó sobre la espalda desnuda de Justin mientras caminaba por el estrecho pasillo.
- ¡Justin!
Se volvió rápidamente con el sonido de mi voz, sus ojos llenos de preocupación. Agarré la parte posterior de su cuello, tirando de él hacia abajo para presionar con fuerza mis labios con los suyos. Los guantes cayeron al suelo cuando sus fuertes brazos me sujetaron con fuerza, mi boca saboreando la sensación de la otra. Cuando nos separamos, nuestra respiración era muy fuerte, apoyó la frente contra la mía.
- Lo siento. - susurré.
Justin sonrió suavemente antes de tocar el colgante escondido debajo del material de mi escote. Llevó mi mano a su pecho, presionándola contra la piel desnuda y bronceada.
- Tienes mi corazón, cuídalo. - susurró.
Abrí los labios con las palabras tranquilas de Justin, mirando fijamente a sus ojos. Me apoyé en su cuerpo, dándole un beso en donde mi mano descansaba anteriormente.
- Lo haré.
Compartimos un último beso antes de ir a regañadientes, recogiendo los guantes del suelo. Me quedé con la sensación de Justin en mis labios mientras le veía alejarse.
- Justin.
Se giró.
- Dale una patada en el culo.
Le oír reír, paseando por el pasillo.