- Steve quiere que vayas al mostrador. - habló con cierta brusquedad.
En silencio, asentí con la cabeza en confirmación, pero mantuvo su postura persistente en la puerta.
- ¿Es él, tu novio? - Dan sacudió la cabeza a mi teléfono.
Había una cierta hostilidad en su voz, una aversión clara hacia el hombre por el que me había tomado un tiempo fuera para poder hablar. Tarareé en respuesta, dándome la vuelta.
- ¿Quién es? - preguntó Justin. - Es ese Oops! crío de tu trabajo, ¿no? - su voz descendiendo.
Me pareció un poco difícil enfocarme en ambos muchachos exigiendo mi atención. Los egos volando alrededor.
- ¿____? - llamó Dan.
- Ya te oí. Estaré allí en un minuto. - respondí molesta.
Yo no tenía la intención de responderle así, Dan se fue sólo cuando finalmente reconoció mi molestia. E incluso cuando lo hizo, dejó la puerta completamente abierta. Era casi como si supiera que el gesto frustrante me sacaba de quicio. Justin siguió hablando conmigo a través del teléfono.
- En serio ____, si no se aleja le voy a sacar la mier*da.
Su agresión fue descaradamente clara a través del tono áspero de su voz. Sabía muy bien que su amenaza iba en serio. Y cuando no respondí oí lo que sonó como un golpe de la puerta en el otro extremo de la línea.
- Justin, ¿qué estás haciendo? - dije deprisa.
- Voy para allá. - dijo con dureza.
- Oh Dios, Justin ¡para! - supliqué - Quédate ahí.
Hubo unas cuantas groserías intercambiadas con Chaz. Me encontré agradecida por su presencia. Chaz no tenía miedo de Justin como la mayoría, pudo mantenerse firme contra el chico de cabello claro, incluso en su momento más hostil. Pero yo tenía la sensación de que la agresión de Justin sería su característica mayor si es que alguna vez se redujera a una pelea a puñe*tazos.
- ¿Justin? - pasaron unos segundos, pero yo sabía que todavía estaba en el otro extremo de la línea. Su respiración un poco más pesada. - Me gustaría estar allí. Besaría el pequeño pliegue que se te forma entre las cejas cuando estás enfadado. - le dije tranquilamente.
Mi postura era tensa mientras ansiosamente esperaba algún tipo de respuesta.
- Ya sé lo que estás haciendo. - murmuró Justin.
- Te ves muy sexy cuando estás enfadado. - continué.
Su risa ligera confirmó que había logrado calmarlo parcialmente.
- ¿Dónde más me besarías? - preguntó lentamente.
Encontré a Dan de vuelta en las cajas. No se dio la vuelta hacia mí, ya que estaba parada a su lado. Pero su mirada se cuadró cuando le toqué el brazo. Empujó hacia atrás su pelo castaño claro apartándolo de sus ojos. Su mirada profunda en mí. No había duda de que era atractivo, pero no podía verlo de otra manera que no fuera un amigo. Cierto muchacho de pelo claro puede haber tenido algo que ver con eso. Nadie podía compararse con Justin.
- Lo siento. - me disculpé con Dan.
Sus rasgos se suavizaron ante mis palabras.
- Está bien. - sonrió - Pero yo probablemente no debería estar hablando contigo. - comentó Dan.
Fruncí el ceño, un poco sorprendida por sus palabras. Pensé que éramos amigos. La mayoría de nuestros turnos coincidían y habíamos pasado muchas horas juntos a medida que traíamos nuevas cosas para la tienda. Era fácil hablar con él y me hacía reír.
- ¿Por qué?
Pero él no pudo terminar su explicación. Me puse un poco impaciente mientras esperaba a que atendiera a un cliente. Rápidamente embolsé el artículo siendo comprado para acelerar el proceso.
Por supuesto que sabía que Dan y Justin habían tomado una aversión repentina entre si desde el principio, pero parecía un poco extrema.
- Dan. - animé.
Sus ojos se encontraron con los míos, escaneando mi cara.
- Él no estaba muy contento de que trabajáramos juntos. - su voz casual, y yo sabía que se estaba refiriendo a la breve conversación de la que fui excluida
La información ya era de conocimiento común.
- Justin es un poco sobreprotector. - razoné.
La burla que Dan emitió me tomó por sorpresa.
- ¿Un poco sobreprotector? - su nivel subió, el sarcasmo inundando sus palabras. - Él me dijo que me mataría si alguna vez trataba de tocarte. Y eso es diciéndolo bonito.
No estaba segura de cómo responder. La tienda estaba un poco más silenciosa, las cajas libres de clientes cuando Dan se volcó hacia mí.
- Vamos ____. No puedes decirme que no te asusta. - su ceño fruncido.
Su declaración como asumiendo algo me irritaba. Dan, ni nadie sabía nada acerca de mi relación con Justin. Me acerqué un poco más, mi altura demostrando una desventaja.
- No tengo miedo de Justin. - mi tono áspero.
Él bajó la mirada hacia mí, mirando por encima de mi cabeza antes de volver de nuevo a mi mirada. Casi parecía como si él decidiera sobre algo en la cabeza. Sus ojos se posaron sobre mis facciones, demorándose en mis labios por un segundo demasiado largo antes de regresar a mi color azul curioso.
- Tu novio me aseguró que no iba a encontrar dificultad alguna en adquirir un arma. Después procedió a decirme que no tenía problema en darme otro agujero para respirar. - Dan hizo una pausa. Mis ojos se abrieron, tragando saliva visiblemente. - ¿Tienes miedo ahora?