Había esperado con aprensión mientras pasaban los minutos, el sonido resonante de la respiración de Justin estaba constantemente controlado. Chaz lo soltó, el foco de Justin se centró en mí. Despreciaba mi propia reacción a medida que avanzaba, mis pies al instante dieron un paso fuera de su alcance. Justin miró a Chaz con preocupación que había llegado a estar a mi lado.
- Voy a llevarla a casa. - dijo Justin en voz baja.
Instintivamente me paré detrás de Chaz, temerosa al hombre que estaba mirándome desesperadamente. Parecía herido. Herido de que estuviera tomando refugio en alguien más que no era él.
- Mejor no, creo que está un poco conmocionada todavía. - Chaz se inclinó hacia delante, apretando el hombro para tranquilizarlo.
Una mirada de temor desatado en el miel de sus ojos, tragó duro visiblemente.
- Déjame despedirme de ella. - instruyó Justin.
Su visión se lanzó en Chaz cuando yo todavía estaba obstruida por su cuerpo. Justin frunció el ceño, su tono de voz más profundo, sus cejas juntas.
- Chaz, ella sigue siendo mi novia.
Me sentía expuesta cuando mi defensa me dejó ir por mi cuenta. Mi cabeza cayó al suelo, sintiéndome mal preparada para llegar tan cerca de la persona furiosa que había causado la ira minutos antes. Las lágrimas amenazantes en mis ojos cuando capté un vistazo de Justin limpiándose la sangre de los nudillos en sus pantalones. Momentos después un toque cuidadoso inclinó mi barbilla hacia arriba.
No podía entender, parecía un ángel. Ojos brillantes, labios rosas. ¿Cómo podía tanta ira y odio venir de alguien que me quitaba la respiración con sólo verlo? Quité suavemente su calor lejos de mi cara. Mi mano se levantó para retirar con cuidado el material de la capucha gris, permitiendo que sus suaves mechones escaparan y se movieran ligeramente en el viento. Mientras lo observaba, llegué a descubrir alarmantes pequeñas manchas de color rojo salpicado en la parte superior de la camisa a cuadros que llevaba puesta.
Tragué saliva mientra se inclinaba cautelosamente hacia mí, mi cabeza se volteó ligeramente. No era la primera vez que me había negado a su beso. Justin hizo una pausa, aparecieron facciones de dolor en sus rasgos hermosos mientra sus cálidos labios se posaban en la esquina de mi boca. Él no tuvo que ir muy lejos antes de que su voz llegara a mis oídos.
- Te amo ____. - susurró Justin.
Mi respiración parecía como si hubiera parado, mi mejilla rozándolo mientras estaba íntimidantemente cerca. Su declaración silenciosa revolvió mi cuerpo. Nunca había oído a nadie admitir cualquier cosa con tal cruda emoción.
- Dilo. - Justin rogó en silencio. - Por favor... dime que me amas.
Mi cuerpo se estremeció cuando agarró mi mano, manchas de lo que quedaba de sangre en su piel. Miré desesperadamente a Chaz, quien se adelantó con mirada urgente. El toque de Justin se deslizó de mi mano en derrota. Chaz no pudo ser capaz de reemplazar la sensación de vacío mientras gentilmente apartaba de Justin. Unos ojos marrones trataron de llamar mi atención que repetidas veces vagó de nuevo al ángel ensangretado.
- Ve y espera en la puerta.
Asentí con la cabeza, siguiendo sus instrucciones. Mis pies me llevaron a la esquina, pero me detuve, mi espalda presionando al ladrillo fresco mientras escuchaba secretamente la conversación.
- Mier*da. - Justin maldijo. - La he perdido.
Podía ver la intrusión a ciegas de las palabras que se intercambiaban.
- No, no, sólo está en estado de shock. No te preocupes, va a entrar en razón. - aseguró Chaz.
- Ella tenía miedo de mí, podía verlo en sus ojos. No quería que la tocara.
- ____ va a estar bien, ella es más fuerte que tú, dale la confianza que le corresponde.
Hubo una pausa.
- Yo la amo.
Giré mi cuerpo, los dedos plasmados en los ladrillos de la esquina para mirar alrededor. La cabeza de Justin estaba hacia abajo hasta que la levantó a los ojos de Chaz. Un soplo fuerte expulsado de mi cuerpo mientras los ojos de Justin cayeron al instante sobre mí, parecía herido, sin saber qué hacer.
- ¿Me llamarás cuando ella esté en casa a salvo?
- Por supuesto.
- Gracias Chaz... por todo.
- No te preocupes.
Vi cómo ambos se despidieron el uno del otro. Justin curiosamente me observaba mientras salía de mi posición protegida, aprovechando lo poco de valor que me quedaba. Chaz me encontró a mitad de camino, tomando mi mano entre las suyas, conduciéndome por el callejón.
- Vamos ___.
Pero yo no podía salir, no así. Justin había pasado demasiado tiempo en busca de algo que nadie había parecido lo suficientemente valiente como para dárselo. Amor. Mis dedos se escabulleron mientras Chaz pronunciaba mi nombre en confusión.
Mi cuerpo ignoró el sonido, dando pasos vacilantes hacia la alta figura que quedaba en la oscuridad. La capucha cubría sus mechones por los cuales me moría por pasar los dedos. Sus ojos brillantes estaban observando atentamente mis movimientos. No tenía sentido ser tímido ahora, mi mano se enganchó alrededor de la parte posterior del cuello de Justin. Un suspiro escapó de mis labios presionando un beso delicado al calor de su mejilla.
Tan rápidamente como había sucedido, estaba caminando lejos, de vuelta hacia Chaz, que estaba esperando. Él extendió la mano con una sonrisa, aceptando el gesto rápidamente, nos dirigimos hacia la carretera. Pero no antes de dejar una última mirada, mi cabeza girando a presenciar el marco imponente de un hombre saliendo de las sombras.
- Te amo. - articulé.
La curva inconfundible de sus labios carnosos calentó mi corazón mientras silenciosamente él hizo eco en mis palabras.