capitulo 56

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Esperé nerviosamente en la cama de Justin. Se escucharon unos pasos y supuse que me estaba buscando. La puerta se abrió con un chirrido, una mano grande presionó la madera para revelar un alto chico de pelo claro. Se veía hermoso. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado mientras me miraba con curiosidad desde la puerta.

- ¿Qué haces aquí? - sonrió, un poco confundido.

Me levanté, rápidamente acercándome hacia él antes de que pudiera acobardarme.

- Quiero volver a intentarlo. - susurré.

Justin supuso de inmediato el tema al que me refería. Deslizó la mano en el bolsillo trasero, fruncí el ceño cuando sacó su teléfono. Pero pronto me di cuenta de lo que estaba haciendo. Mi corazón latía con fuerza mientras la luz en la pantalla se oscurecía. Apagó el teléfono y lo dejó a un lado.

- Soy todo tuyo. - susurró seductoramente.

Abrí los ojos ligeramente ante la velocidad con la que se quitó la camiseta. Cerró la puerta, pateándola con el pie descalzo. Mi boca se secó cuando extendí la mano hacia su cintura. Nuestras frentes apoyadas, Justin inhalando mi aliento tembloroso. Abrí el botón ansiosamente, tirando hacia abajo la cremallera. Tenía la sensación de que era claramente evidente que nunca había desnudado a nadie en mi vida, especialmente a alguien tan hermoso como Justin. Bajé torpemente los shorts de sus caderas. Mi nerviosismo era evidente a través de mis manos temblorosas tocando la suave piel de su estómago. Él tarareó, rozó mi mejilla, deslizando el pulgar por encima de mi labio inferior. Le miré a los ojos, mieles y brillantes.

- Shh, está bien, bebé. - susurró.


Mis pestañas revolotearon cuando él empujó suavemente mi cabeza con la suya. Colocó sus grandes manos sobre las mías, guiándolas a la banda de sus bóxers. Me ayudó a deslizarlos hacia abajo de sus caderas. Mi mirada todavía fija en Justin mientras su ropa interior caía alrededor de sus pies. No estaba muy segura de qué hacer, pero me obligué a dar el primer paso, empujando mi incertidumbre a la parte posterior de mi cabeza. Los labios de Justin se abrieron en cuanto ciegamente puse la mano por debajo de su erección palpitante. El miembro largo y grueso era duro y pesado mientras descansaba en mi palma. La sensación suave y sedosa de su piel me sorprendió, un gran contraste con el eje rígido. Gimió suavemente al tacto antes de colocar su mano debajo de la mía, animándome a envolver los dedos a su alrededor.

- Muévelo. - susurró sin aliento.

Poco a poco moví la muñeca hacia atrás y hacia adelante. Justin se quedó sin habla, solo unos cuantos gemidos. El pelo rizado cosquilleaba mi frente mientras su cálido aliento pasaba por mi rostro. Sentí su mano sobre la mía unas cuantas veces cuando mi tacto se acercaba a la punta. Su brazo se movió y me encontré curiosa. Los labios de Justin besaron los míos antes de mirar hacia abajo. Tomé una respiración temblorosa, abrí los ojos ante su tamaño. El pulgar de Justin estaba frotando círculos suavemente sobre la punta hinchada.

- Déjamelo a mí. - susurré.

Él quitó la mano mientras cuidadosamente ponía la mía reproduciendo sus acciones con el pulgar. Los sonidos que hacia contra el hueco de mi cuello me decían que lo estaba haciendo bien. Después de unos minutos me di cuenta de que la respiración de Justin se había acelerado considerablemente. Su pecho desnudo subía y bajaba rápidamente. Me agarró desesperadamente las manos, sujetándolas a mis costados. Estaba a punto de pedir disculptas por haber hecho algo mal antes de que me sonriera.

- Todavía no quiero terminar. - sonrió.

No podía creer que lo hubiera llevado cerca del orgasmo en un período tan corto de tiempo. Antes de que pudiera caer en la alfombra él me agarró de las caderas.

- Primero bésame. - susurró.

Cumplí con entusiasmo. Besar era una de las cosas que estaba acostumbrada a hacer con Justin. Su lengua se deslizó rápidamente en mi boca, invadiendo mis sentidos. Agarré su cuelo, lo que me permitía inclinarme hacia él. Salté un poco, sintiendo su erección rozar mi estómago. Pero él estaba demasiado concentrado en mí como para notar mi aprensión. Dejó besos mojados en mi cuello mientras presionaba los dedos en su nuca, luego deslicé los dedos hacia su pelo. Cuando nos alejamos, él tenía una sonrisa con hoyuelos.

- ¿Estás segura?

Asentí con la cabeza antes de que me besara dulcemente la mejilla. Me puse de rodillas delante de él, respirando profundamente.

Una vez más, estaba intimidada por su tamaño

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora