capitulo 71

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La voz de Justin era baja y sabía que estaba tratando de mantener la calma. Al instante, solté el bolso, lo escuché caer al suelo, mis ojos fijos únicamente en su rostro. Su cuerpo caliente se presionó contra el mío, impidiéndome escapar. Mi corazón latía rápido, mi respiración salía en bocanadas cortas. Mis muñecas estaban clavadas en el metal del coche mientras me miraba. Sus orbes eran oscuros.

Miré con nerviosismo hacia la derecha para ver a Dan que seguía de pie allí, con los ojos muy abiertos mientras observaba la interacción. Me había acostumbrado a los gestos dominantes de Justin, pero Dios sabe cómo otros retratan su comportamiento posesivo. Rápidamente giré la cara cuando oí un gruñido que salía de la garganta de Justin. Tenía la mandíbula tensa, apretó el agarre.

- Eres mía. - confirmó profundamente.

Su rostro se relajó un poco, una sonrisa se formó en sus labios mientras miraba a Dan. Su expresión era desconcertante antes de enfocar su mirada de nuevo en mí. Me sorprendió cuando sus labios besaron los míos con fuerza. Su lengua caliente se metió en mi boca, explorando. Cerré los ojos mientras él continuaba utilizando su fuerza, manteniéndome entre su cuerpo y su coche.

Sabía que Justin era consciente de mi reticencia hacia sus avances contundentes, mi postura no era tan dispuesta como él hubiera querido. Fue entonces cuando decidió elevar mis manos, acercándolas hasta su pelo. Mis dedos lo agarraron . Tiré de los mechones, con fuerza. Mi intención era que reconociera mi objeción ante su dominio autoritario, a sabiendas de que era para el beneficio de Dan, asumí que todavía estaba mirando. Justin estaba reclamando su territorio sobre mí. Pero en lugar de retroceder como yo esperaba que lo hiciera, el ronco gemido que emitió me tomó por sorpresa. Las vibraciones corrieron por mi integridad cuando ahuecó sus grandes manos bajo mis muslos. Fue entonces cuando me acordé que a Justin le gustaba que fuera ruda con él. Me levantó, obligándome a envolver sus piernas alrededor de su cintura.

No pude evitar jadear mientras sus labios carnosos colocaban besos a los largo de mi mandíbula antes de chupar en mi cuello. Mis pequeños gritos de protesta se transformaron en gemidos. Justin sabía exactamente lo que estaba haciendo.

- Dilo. - exigió.

Me tranquilicé. Su sendero tortuoso continuó por mi cuello. Mis dedos todavía mantenían sus mechones, su fuerte cuerpo me presionó más hacia el coche.

- Dilo. - la voz de Justin sonó un poco más dura contra mi piel.

Sabía que su nivel de molestia fue acrecentando mientras sus labios se apretaron con fuerza contra mi piel sensible. Abría la boca ante su intensidad, sus acciones eran implacables. Sus dientes rozaron la piel enrojecida. Todo había cambiado, me obligué a decir las palabras que él estaba esperando oír.

- S-soy tuya, Justin. Soy tuya. - susurré.

Al instante se alejó antes de pulsar un pequeño beso en mi cuello. Presioné las manos contra su pecho.

- Bájame.

Mis pies tocaron el suelo un segundo después. Empujé el pelo a un lado y miré mi reflejo en una de las ventanas del coche. Justin me había marcado. Afirmó su poder sobre mí. Lo que más me molestó fue el mordisco, estaba en el mismo lugar en el que él me había dado cuando nos conocimos.

Rápidamente cogí el bolso del suelo, ignorando las súplicas de Justin. Dan ya no estaba, estaba agradecida por su ausencia. Caminé lejos de Justin.


- __.

Me detuve con lágrimas en los ojos. Limpié las evidencias de mis emociones frenéticas.

- ¿No vienes?

Tragué el nudo en mi garganta, oí pasos acercarse. Mi labio inferior temblaba mientras estaba quieta en el lugar, no muy segura de cómo manejar la situación. Mi mente todavía estaba tratando de procesar lo que Justin había hecho. Nunca había estado en esa posición antes.

- Por favor...

Mi corazón se aceleró, la voz ronca de Justin más cerca de lo que esperaba. Salté cuando él agarró mi mano, caminando con cautela y poniéndose delante de mí. Levantó la mano, presionando un beso ligero en la parte posterior. La misma boca que había abusado de mi piel unos minutos antes.

- ¿Por qué hiciste eso? - pregunté en voz baja.

Su agarre se apretó, obviamente refiriéndose a la pequeña actuación. Vi sus ojos parpadear hacia la marca de dolor que había infligido en mi piel.

- Él tiene que saberlo. - dijo con frialdad. - No puede tenerte. Nadie puede.

¿Por qué pensaba que yo iba a permitir eso? Nunca había estado en una relación, pero ignoraba el hecho de que no iba a corretear con otro chico mientras tenía un novio. ¿Por qué diablos pensaba que iba a hacer eso? Tenía a Justin. Era todo lo que quería.

- ¿No confías en mí?

Mi voz sonó más dolorida de lo que había previsto.

- Por supuesto que sí. Es de él y de todos los demás de quien no me fío.

Mi boca se secó mientras le miraba. Los mechones claros sobre su cabeza estaban despeinados. Sus orbes habían regresado a una sombra más brillante, un marcado contraste con las oscuras profundidades de antes. Sus dedos aún estaban entrelazados en los míos, apretando suavemente, consciente de que todavía era cauteloso a su toque.

- __, todavía vas a venir, ¿no? - su voz sonaba un poco desesperada.

Sus ojos estaban llenos de preocupación. No importaba lo mucho que tratara de descartar la idea, sabía que me había estado enamorando lentamente de él. De el chico alto, de pelo rizado, con una oscuridad impredecible. Seguramente no podía suceder tan rápido. Contaba las horas antes de verlo, esperando a que me llamara o mensajeara durante el tiempo que estábamos separados. Mi anhelo constante por él empezaba a asustarme.

Apoyé la frente contra su pecho, sus brazos se envolvieron alrededor de mi cintura. Levanté la cabeza y asentí antes de que tomara mi barbilla, inclinándola hacia atrás.

- ¿Puedo darte un beso? - dijo en un susurro.

Sus palabras encogieron mi corazón. Una mirada de miedo se extendió por su cara, alarmado de que había ido demasiado lejos esta vez. Pero no tenía la intención de decirle que no. Todo lo que quería era que Justin me sostuviera, me tranquilizara y me dijera que todo iba a estar bien, olvidándome de la lucha sangrienta.

- Sí.

Sus labios hicieron contacto con los míos, el gesto íntimo fue delicado y suave. ¿Cómo podía ser tan abrumadoramente posesivo en un momento y ser romántico y dulce al minuto siguiente? Mantuve los ojos cerrados mientras nuestras narices se frotaban. Compartimos el cálido aliento del otro. Los fuertes brazos de Justin rodearon mi cintura, sosteniéndome cerca.

Dejó un pequeño beso en la esquina de mi boca antes de arrastrar los labios por mi cuello. Me puse tensa cuando su cabeza empujó la mía a un lado, aumentando su acceso. Posó los labios calmadamente sobre el mordisco que había creado fervosamente. Pero la espera no duró mucho, él se alejó. La ausencia de su calor provocó un escalofrío en mi cuerpo.

- __.

Extendió la mano para que la cogiera. El simple gesto parecía tener mucho más significado. Mis ojos viajaron de su rostro a su extremidad extendida. Recordé la noche en que me había rescatado. Había puesto toda mi confianza en él. Vi su miedo, el temor de que no lo quisiera, cómo pensaba que su familia no lo había querido.

Tomé su mano, sonriendo. Pero mientras me guiaba hacia su coche estaba pensando en lo que se llevaría a cabo en un par de horas. El evento que había estado temiendo.

La pelea.

A dark boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora